charlas en el tren

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¿Ser extraño es raro?

El paso de los días hasta la semana de pascua, había transcurrido lo más normal que podía haber transcurrido.

Justo en ese momento, todos los que pasarían pascuas fuera de Hogwarts, estaban abordando el tren.

Kendall prefirió quedarse en el castillo, y aunque Fred le dijo que podía hacerle compañía, ella se negó. No sería la razón por la que Fred Weasley no estuviese con su familia en pascuas, ya era suficiente con el drama que había montado Lucy con Louis.

De igual forma, Lily le había dicho que podía quedarse en su casa, pero prefirió no hacerlo. Tenía muchas cosas que estudiar, y sabía que era poco probable que Lily estudiase tanto como ella quería hacerlo. Ir a casa de Lys no era buena idea, ya que seguía sin dirigirle una mirada a Lorcan, y él a ella tampoco.

Ya se hacían especulaciones debido a la evidente distancia entre Louis y Lucy. Algunos decían que Lucy estaba enamorada de Louis, y por fin le había confesado su amor, por lo que era incómodo para ambos. Otros decían que Louis estaba molesto porque Lucy no aclaraba sus sentimientos hacia Theo, y tenía al pobre hecho un desastre. Otra pequeña parte decía que Lucy no aceptaba a Lysander como una futura novia para Louis, porque sí, la última semana Louis y Lys habían dejado de esconderse, y ahora se les veía juntos.

Tampoco es que los dos estuviesen como dos tortolos empalagosos, porque si acaso se les alcanzaba a ver agarrados de la mano. Si no fuese porque todos sabían que Louis no solía dar caminatas con ninguna otra chica que no fuese Lucy, o Dominique, y porque se les había visto besándose en la fiesta de Slytherin, a nadie se le hubiese pasado por la cabeza la idea de que Louis y Lys estuviesen juntos.

En el tren los estudiantes se preocupaban por conseguir un compartimiento vacío.

Antes de que Rose pudiese entrar al compartimiento que habían encontrado Albus y Alice, Scorpius la tomó del brazo.

Ella se lo quedó mirando, con recelo.

—Emm...Rosie, se que no te convence pasar pascuas con mi familia—dijo en voz baja, para que ni Albus o Alice lo escucharan. Rose frunció el ceño, pero aguardó a que Scorpius terminará de hablar. Él estaba yendo directo al punto y lucía muy nervioso—y no te culpo...Sé que podrá ser un poco incómodo teniendo a mis abuelos ahí—Rose nunca había visto a Scorpius tan nervioso antes—no me molestaré si prefieres no ir.

Ella frunció el ceño. Quería ir a hablar con él a solas, pero todos los vagones estaban ocupados. Así que no le quedó otra opción que hablar con él allí mismo.

—Quiero pasar pascuas contigo, Scor—le dijo, sin dudarlo. Sí, los abuelos de Scorpius no eran sus personas favoritas en el mundo, pero no por eso dejaría de estar con él.

—No me enorgullece decirlo, pero usé legeremancia—dijo, y Rose no se sorprendió. Scorpius había estado actuando extraño desde hace unos días—no quiero hacerte ir, cuando es evidente que será incómodo para ti, y no te culpo...Mis abuelos no fueron muy amables con tus padres, y no es que hayan cambiado mucho...

Ella ladeó la cabeza, le daba tristeza ver a Scorpius lamentarse por actos que él no había cometido.

—Escuchame, puede que al principio la idea de estar con tu abuelo me aterrara, pero tampoco pretendo detenerme por lo que pueda decir.

De igual forma no pasarían toda la semana con Scorpius y su familia. Rose y Albus no podían faltar a la madriguera. Todas las pascuas los primos Weasley solían organizarse para jugar Quidditch. Un equipo estaba conformado con Victoire, Louis, James, Lily, Roxanne, Hugo y Molly. El otro equipo estaba conformado por Teddy, Dominique, Albus, Lucy, Rose, Fred.

Los secretos de la tercera generación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora