Los secretos de la tercera generación

límites

El cumpleaños de Dominique.

Dominique todos los años hacía algo por su cumpleaños, era ley. Para sorpresa de todos, este año no había inventado algo que los pudiese meter en problemas, sino que se había limitado a hacer un pequeño compartir en la sala común.

Nada del otro mundo para ser sus 18.

Todos deberían de estar en la sala común de Gryffindor a las ocho de la noche. A penas eran las cinco y James y Jade, habían ido a volar en sus escobas. Quedaba solo un mes para irse de Hogwarts para siempre, y eso los ponía a todos muy nostálgicos.

Para James, irse de Hogwarts, era como decirle adiós a su adolescencia y a la diversión. Ahora se tendría que enfrentar a la vida real, porque ya sería un adulto.

—Creo que lloverá—dijo Jade, mirando el cielo gris. Ya estaban muy lejos del suelo.

James asintió.

—Lo peor que nos puede pasar es que un rayo nos mate—dijo, sonriendo. James aceleró en su escoba y Jade lo siguió. No era una amante del Quidditch, pero disfrutaba de volar, la distraía.

—Si un rayo me mata, mi fantasma te perseguirá—dijo, tomando aire. Sus mejillas ya se estaban tornando de un color rojo.

James rió y dio una vuelta, que Jade quiso intentar imitar, pero teniendo en cuenta que no era una voladora profesional y apreciaba su vida, decidió no hacerlo.

—Espero a que me imites—le dijo James, con aire de grandeza—ah, verdad que no puedes hacerlo.

Jade soltó un "Já"

—No lo hago porque no quiero que te desmotives porque no estoy en tu equipo.

—Que graciosa eres, Jade.

Jade alzó su cara, y las gotas de lluvia comenzaron a caer encima de ella, dándole un toque de frescura. Sonrió. Amaba la lluvia.

Siguieron dando vueltas por el campo, hasta que comenzó a llover más fuerte.

—Mi cabello está todo mojado—dijo James, echándoselo para atrás. Tenía el cabello un poco largo por arriba como para poder hacerse una colita.

—Así te quedará más lindo.

—Ya sé que quieres que me lo corte. Se nota, pero no lo haré.

—No quiero que te lo cortes, me da igual. Pero deberías peinarte.

El sonido de la lluvia ya casi no los estaba dejando escucharse, y Jade tuvo que colocarse al lado de James, para que pudiese oírla mejor.

—En un mes nos vamos de aquí, ¿Qué locura, no?

James asintió. Lo desesperaba hablar de la graduación. No sabía que pasaría después. Lo único que sabía era que su vida cambiaría completamente.

—Me desespera pensar en el futuro. Quiero que las cosas cambien, pero a la vez no...Es confuso.

—¿Qué cosas quieres que cambien?

Ante la pregunta de Jade permaneció en silencio. No quería que la amistad que tenía con Theo se rompiera, ni mucho menos la que tenía con Jade. Sabía que seguiría manteniendo contacto con Dominique porque era su prima, al igual que con Fred y Frank, con Molly si sería más complicado, pero no imposible.

Al mismo tiempo quería sacarse de la cabeza a Jade, aún intentaba descifrar el momento en que dejó de mirarla como una amiga. Sobretodo quería dejar de pensar en lo que había pasado la vez que Fred había visitado a Jade en pascuas. Sí, sabía que Fred tenía algo con Kendall, pero algo dentro de él le decía que lo que Jade y Fred sentían había sido y de alguna forma seguía siendo más fuerte que eso.