Los secretos de la tercera generación

misión

Jade observó como el hermano de James salía de la cocina con aspecto desganado y no pudo evitar sentirse mal por él. Lo que habían vivido esa última semana había sido una total locura, que incluso aún, seguía poniéndole los pelos de punta a todos.

—No ha querido ir a casa de tío Neville—explicó James una vez su hermano subió las escaleras—Scorpius ha pasado varias veces por aquí, pero el siempre pasa de ir. Incluso mamá y papá le dijeron para ir ayer, pero ya sabes cómo es Albus. 

—En realidad aún no puedo percibir a Albus con una palabra.

—Yo sí. Es extremadamente cerrado.

—Esas son dos palabras.

—Vale, Jade—dijo él, rodando los ojos. La pelirroja rio—Pues es cerrado.

—No lo veo muy cerrado. Siempre tiene algo que decir.

—Ya, pero no es como si te contara su vida. Solo dice lo necesario, pero diría que tiene una debilidad.

—¿Alice?

James rió, negando. Quizás Alice había sido la debilidad de Albus por un largo tiempo, pero sin duda ahora no lo era. No quitaba el hecho de que ella seguía siendo bastante importante para él, y de que su hermano estaba bastante afectado por todo lo ocurrido, porque después de todo ella había sido la única chica de la él estuvo enamorado, pero simplemente ella ya no era su debilidad. 

—Alex y Scorpius. Creo que ni siquiera es necesario que se cuenten las cosas, ellos ya saben lo que pasa con solo mirarse... 

—Entonces tu debilidad es Aria.

—Oh, sabía que la nombrarías.

—Ha sido una buena oportunidad para nombrarla. Además no lo has negado.

—¿Y tú debilidad es Fred?

—No tengo una debilidad, pero tú sí.

—Ya puedes admitir que Aria te cae bien, las vi hablar hace un mes en la madriguera.

—Oh, eres un chismoso.

—¿De que hablaron?

—Le dije que si te hacía daño la mataría.

—No hiciste eso. Me daría pena ajena.

Ella soltó una carcajada.

—¿En serio te daría pena ajena?

—Pues si haces eso, sí. Además, me estas cambiando el tema. Nunca pude preguntártelo…

—¡No te diré de que hablamos!

—¡Vamos! ¡Yo te cuento todo!

—Eres un mentiroso.

—Tú eres la mentirosa aquí. Ahora solo le cuentas las cosas a Theodore.

Jade rio. 

—¿Ves? Eres un mentiroso.

—¿Ni siquiera me contaras como van las cosas con Fred? 

—Siguen igual que siempre.

—A veces se te olvida que él es mi primo, ¿no? Y me lastima mucho que no me cuentes como van las cosas.

Ella lo miró de mala manera, y él se cruzó de brazos.

—Por esa misma razón prefiero omitir detalles. Es algo de lo que ya tú sabes. 

—Es algo de lo que me gustaría que me hablaras.

—Pues lo estamos intentando, a veces me siento como una tonta por estarlo intentando después de todo lo que vivimos. Fred y yo somos polos opuestos…Yo…No puedo hablar de esto contigo. ¡Es tu primo!