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¿Quien pensaría que un hechicero terminaria revolcándose con una Maldición?
Creo que hasta cierto punto eso debería de considerarse un pecado, ¿no?
Bueno, que les jodan.

—No creo que me hayas llamado solo para esto, ¿verdad? - me pregunto Satoru quién se encontraba aún recostado en la cama con la sabana cubriéndolo de cintura para abajo —Toda la semana me estuviste evitando y ahora esto, si que tu mente trabaja de una forma muy rara

¿Tu crees? Y pues tienes razón, además de esto, tengo que hablar contigo de algo que me viene atormentando - le respondí mientras estaba sentada en la cama viendo hacia la ventana, estando completamente desnuda

—¿Y eso es? Debe de ser algo muy grave, pero si gustas puedes dejarlo para después para que esto se vuelva a repetir - comento con un cierto tono de burla

Ja, me tientas demasiado para hacerlo, pero es algo que debo de discutirlo contigo pues la fecha se acerca.

—¿Fecha?

En shibuya se llevará un ataque que llamara tu atención. Más bien será como un secuestro. Si tienes la posibilidad de no ir, no lo hagas. No caigas en esa trampa.

—Bien, agradezco la advertencia, ¿Pero a todo esto, como lo sabes? -pregunto en un tono nada preocupado mientras se acomodaba en la cama

Ellos me lo contaron, unas maldiciones de categoría especula. Una se llama Hanami y la otra tiene una cabeza de fuji, es muy molesta. - al no recibir respuesta de él me gire para verlo pero solo recibí la mano de Satoru la cual se posicionó en mi cuello, uso ese mismo impulso para recostarme quedando el sobre mi.

—Entonces después de todo si estabas en contra nuestra. - me hablaba mientras aún me sostenía

—¿En verdad lo crees? ¿Entonces que hago aquí contándote todo esto? De haber estado con ellos ya no hubiera regresado a la escuela. Por favor Gojo, piensa un poco más de lo que ves - con un tono suave dirigí mis manos hacia su rostro llevando a tocar sus párpados —Es obvio que los escogí a ustedes, escogí quedarme

—¿En ese caso debería de estar agradecido? - me pregunto en cuanto vio mi expresión relajada

Supongo que si pero por ahora me basta esto.

—Y yo supongo que algo debió ocurrir con Ryomen, ¿O me equivoco? - que me saliera con eso de repente en verdad hacía roto esa pequeña atmósfera de pasión

—Ah... Tenías que arruinarlo - hable algo decepcionada mientras lo hacia aun lado para que así logrará sentarme de nuevo. Seguido a eso me levante de la cama para así comenzar a ponerme mi ropa interior

—Lo siento, lo siento, pero tenía que sacarlo a tema, no importa cuánto trates de alejarte de él, esas marcas en tu cuerpo demuestran que sigues unida a él y que no importa con quien te acuestes eso seguirá así.

Ustedes a los hechiceros en verdad les gusta hablar. Pero aunque quisiera que no fuera así, solo me engañaría. - poco a poco me fui colocando mi ropa y finalmente atar mi cabello.

—Si quieres podría buscar la forma en cómo romper ese vínculo. - me hablaba mientras que de igual forma se ponía de pie

En verdad lo agradezco pero no te preocupes por eso, ya lo intente yo pero no funciona nada, solo hasta que uno de los dos muera. Básicamente es como un matrimonio. En fin, fue una grandiosa noche, espero volver a repetirla, Satoru - dije al final mandándole un beso al aire para así salir de la habitación

Era muy tarde, si que ese hombre era de carrera larga, me duele mi cadera. Una vez que llegue a la escuela entre a mi habitación, dejé mis cosas en la silla y me dispuse a dormir.

Solo cuatro otras después me llamaron, era Maki. No entendí muy bien el mensaje pero dijo algo así de ir al cine con Nobara y las chicas de segundo año, no me pareció la idea así que me negué. Mala idea negarse a la idea de Maki ya que 10 minutos después de esa llamada ella entró de golpe a mi habitación, claro que me asusto. Sabía que tratarían de llevarme a la fuerza así que trate de escapar por la ventana pero fueron más rápidas y me atraparon

¡Esperen, esperen! ¡No me siento bien! ¡Tengo el cuerpo adolorido! - les gritaba mientras me arrastraban por mi habitación

—oh, ¿En verdad? ¡Pues te veías muy bien al tratar de escapar! - me gritaba Nobara mientras me quitaba mi ropa a la fuerza

¡Ah! ¡¿Como puedes tratarme así?! ¡Soy la reina de las Maldiciones, ten algo de respeto! - Les seguía gritando a las chichas mientras trataba de cubrir mi cuerpo lo más que podía

—¡Saldrás con nosotras quieras o no! ¡No puedes quedarte aquí por lo que Sukuna dijo! - me regañaba Maki quien me vestía más a la fuerza - Serás la reina de las maldiciones y todo pero, ¡DEJA DE MOVERTE COMO UN GATO!

¡AAAAAAAHHHHHHHH!

Dar ese grito casi pidiendo ayuda no fue buena idea ya que parecía que me estaban haciendo daño, esto provocó que se escucharán pasos apresuraron fuera de la habitación Y LA PUERTA NO ESTABA CERRADA

—¡¿_______, que pasa?! - pregunto Megumi junto a Itadori quienes se asomaron desde la puerta, su expresión era una preocupada pero lo que vieron provocó que se les formada un leve sonrojo pues las tres nos detuvimos en seco al verlos, Maki y Nobara me sostenían mientras que yo estaba descubierta de la cintura para arriba. Inmediatamente mi rostro se puso rojo y di un grito tan alto que sentí que mi garganta se desgarraría. Ellos salieron casi corriendo y disculpándose.

Este día no podía ser peor.

Aún con la vergüenza en mi ser, salí con ellas, hablamos de todo y casi nada, tipica charla de chicas, al final terminamos yendo al cine, y para mi mala suerte decidieron ver una película romántica. No me podía sentir más incomoda de lo que ya estaba.

Al final nos fuimos a comer algo. Después de todo no fue tan desagradable. Fue divertido pasar un tiempo de calidad con ellas, paseamos, vimos una película y comimos. Una linda salida con amigas creo yo. Si bien ya no tenía la misma apariencia de una adolescente, era lindo que me considerarán para esto.

En el transcurso de toda esa noche recibí el mensaje de Megumi e Itadori quienes se disculpaban por entrar así a mi habitación y verme en ese estado, al final les dije que no se preocuparan, aunque si fue muy vergonzoso.



Reina De Las Maldiciones |Jujutsu Kaisen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora