Se sabía de la existencia de 20 dedos pertenecientes al Rey de las Maldiciones, Ryomen Sukuna. Pero en antiguas leyendas, Sukuna compartía su trono con otro espíritu maldito. Y si bien su relación no era del todo buena, se toleraban y hasta cierto p...
Cuando finalmente y despues de pensarlo mucho termine recostándome para así quedarme dómida, creí que sería como las otras noches donde solo dormiría y abriría mis ojos al otro día obviamente descansada pero esta vez nuevamente las pesadillas regresaron y ¿Cómo lo supe?
Pues mientras dormía podía escuchar varios murmullos y objetos moverse, claro que esto término por despertarme, cuando abrí mis ojos tuve que parpadear varias veces para que mi vista se acostumbrara a la luz, creí que vería la puerta de mi habitación pero en cambio, lo que vi fue una cortina, bueno, en realidad era dos pero esta estaba cerrada, se trataba de una tela muy delgada que me permitía ver todo fuera. Con algo de esfuerzo logre levantar mi toroso teniendo como soporte mi brazo, las voces seguían a fuera y con cuidado recorrí la cortina viendo a dos mujeres quienes parecían asustadas.
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-Ustedes dos, ¿Qu-- -como si hubieran escuchado a un fantasma de inmediato dieron un pequeño grito y se arrodillaron frente a mi cama pegando sus frentes en el suelo, creo que incluso se las habían golpeado.
-¡L-Lo sentimos mucho! ¡No queríamos despertarla pero queríamos tener todo listo cuando usted despertara! –gritaban asustadas, realmente creí que se orinarían del miedo.
-Tranquilas, no estoy molesta, agradezco su preocupación. –les hice saber lo que claramente las relajo un poco pero no evite darme cuenta que ambas se vieron extrañadas.
-Como usted diga…
Despues de ese pequeño encuentro y claramente no sabiendo que estaba pasando les pregunte cuales eran los planes de hoy y como era de esperarse ellas me vieron confundidas ya que supuestamente yo lo sabía pero les respondí que necesitaba ver si ellas habían puesto atención ya que no necesitaba inútiles a mi alrededor. Y me dijeron todo a la perfección. Supuestamente este día iría al festival de la cosecha a bendecir cosa que en verdad no esperaba y más importante aún, yo no sabía cómo hacer eso pero si se trataba de un sueño o recuerdo solo debo de pretender, debo hacerlo.
Las dos chicas que me acompañaron desde que desperté se tomaron la molestia de prepararme, es decir, escogieron mi ropa. Los accesorios que debía llevar y otro tipo de cosas, incluso me peinaron y maquillaron e increíblemente todo hizo juego con el color de las marcas que también tenía. Eran las mismas que tenía en la realidad, lo que decía significar que si tenía razón, eran las que poseía antes de unirme a Ryomen. Pero la cosa es que no recordaba nada de esto. Todo era nuevo.
La verdad es que no sabía dónde seria el festival así que deje que ellas me guiaran al lugar. Cuando llegamos subimos unas largas escaleras, creo que iríamos aun santuario. Mientras subía cada escalón podía ver los bordes de las escaleras, todo iba decorado de acuerdo a la situación, admito que se veía hermoso y como era de esperarse la actitud que ahora presentaba no iba de acuerdo a la que “siempre” tengo por lo que las chicas comenzaron a sospechar que algo andaba mal conmigo pero aun así parecían estar agradecidas de que estuviera actuando amable con ellas. Era como un respiro para ellas.
