Claramente le conteste que si iría, el me indicó el camino y para mi sorpresa termine con itadori en una pequeña habitación, la cual solo tenía una televisión enorme, una mesita y un sillón frente a esta. No me molestaba, hasta de cierta forma creí que sería perfecto.
—¿Que es este lugar? Además de un pequeño cine - Le pregunté curiosa mientras me sentaba en el sillón
—Oh, aquí es donde el profesor Gojo me entrenaba, bueno si es que así se puede llamar. Me hacia ver películas para controlar mi energía maldita - conforme me lo decía se terminó sentando aún lado de mi. Seguido a eso se estiró un momento para así tomar todas las películas de la mesita frente a nosotros.
—Tengo curiosidad, ¿eso en verdad funcionó? - tenía como esa pequeña espinita para preguntarlo
—¡Por supuesto! Si no estaba concentrando me golpeaba un pequeño muñeco boxeador, este comía de mi energía maldita por lo que dormía. Tenía que mantenerlo dormido por que bueno... Sus golpes si dolían - parecía que se burlaba de si mismo por que sin mas comenzó a reírse, parecía estar avergonzado
—Ese Gojo... Bueno, pero de igual forma, se ve que sirvió de mucho. - trate de animarlo un poco.
Cuando dejé de hablar el me puso las películas en mis manos para ver cual me interesaba. Las analice y para que mentirle, no tenía ni idea de que trataba ninguna de ellas. No sabía ni el género así solo lo mire algo avergonzada.
—Yo... No tengo ni idea cual ver - trate de ocultar mi pena poniendo ambas manos en mi rostro. —Que verguenza...
—¡Lo siento! ¡No tenía ni idea! - itadori terminó disculpandose, ¿por qué lo hacia? Dios en verdad era un sol, ya no cubría mi cara por la venganza, ahora lo hacia por que no sabía como reaccionar, sentía que por su amabilidad se me iba a derretir mi corazón. —¡Podemos ver esta! Es muy buena y estoy seguro de que te gustara - tomo una de las películas y rápidamente la puso.
Verlo actuar así provocaba que mis ánimos se fueran por los cielos, era agradable por fin tratar de convivir con él. Con Megumi era todo seriedad y Nobara, bueno, con ella era tolerancia. Aveces, aveces la veia si como una amiga, solo que creo que hay momentos en los que se comporta como una niña
Cuando la película empezó inmediatamente me quede picada e Itadori pareció agradarle esto por que pude ver de reojo como había sonreído. Una sonrisa que si la hubiera visto bien estoy segura que moriría de nuevo.
Conforme pasaban los minutos, pude ver que itadori comenzaba a cabecear, y estaba tan cansado, ¿entonces por que invitarme a ver una película? Sabía que estaba cansado, me ablanda el corazón saber que el aun así intento disculparse por el golpe.
—Hey, Itadori, si quieres podemos dejarlo para otro día, debes de estar muy cansado. - le hable casi susurrando le estando muy cerca de él, ya que en verdad parecía que ya estaba dormido, pero esto solo hizo que abriera sus ojos.
—¡No! No, estoy bien, solo descanse mi vista un momento - me hablaba tratando de aparentar que estaba despierto que incluso estiró sus brazos
—¿Estas seguro? - le pregunte preocupada por que en verdad se veía que se estaba esforzando
—¡Claro! - me contestó con su característico humor.
El nuevamente se acomodo pero ahora aprovecho que estaba cerca de él para así pasar su brazo sobre mis hombros y pegarme a él. Esto para nada me imcomodo, al contrario. Me era muy cómodo incluso aproveche para recargarme mejor sobre su cuerpo y usarlo para estirar el mío un poco, seguido a eso nos mantuvimos así un largo tiempo, eso hasta que pude escuchar su respiración algo pesada. Ya estaba dormido.
Las voces de los personajes de la película, la luz, la música, todo parecía calmarme e hizo que mis parpados se sintieran pesados, pero lo que termino por darme paz fue que al estar muy cerca del pecho de Itadori podía escuchar los latidos de su corazón. Era como, no se como explicarlo. Me sentía tan bien.
Poco a poco estaba por quedarme dormida hasta que una voz muy molesta llamó mi atención.
—Es raro que hasta ahora te aparezcas, Ryomen. Creí que en cualquier momento terminarías molestandome pero para mí sorpresa, te mantuviste sobre la raya. - terminé hablado de nuevo en voz baja, solo para que el y yo pudiéramos escucharnos
—Estuve procesando todo. - para mi sorpresa el se escuchaba tan calmado
—¿Será que fue demasiada información para ti que no sabias que hacer? Que honor, no creí poner así de nervioso al Rey de las Maldiciones
—¿Yo nervioso? Ja, ¿Que tonterías dices?
De pronto solo nos mantuvimos callados, eso hasta que el nuevamente habló.
—Entonces ¿Que hay de cierto en todo lo que dijiste?
—Todo, espero y no creas que solo lo dije o lo invente para confundirte. Por favor Ryomen, se supone que prometimos no mentirnos - mi respuesta provocó que el se mantuviera callado unos largos minutos hasta que decidi hablar de nuevo —Hey, Ryomen...
—¿Que pasa? - para sorpresa mía, el se estaba comportando como antes, era como si solo estuviéramos los dos en la habitación, esta era la version de el que tanto extrañaba
—Ahora que estamos aquí, hablando. Por favor dime, ¿Es cierto todo lo que esos hechiceros me dijeron antes de matarme? ¿Lo es? - por fin me atreví a preguntar tratando de sonar lo mas tranquila que pude pero sentía que mi voz se rompía
—Por supuesto que no. Tal vez al inicio lo pareció pero, yo no venía a una simple arma a mi lado, veía a una compañera, una amiga, una esposa. Simplemente no tuve tiempo para demostrarlo, de saber que estabas... ah, te hubiera sacado a toda costa de ese lugar.
—No me digas...
Conocía la naturaleza de Ryomen, no sabía si estaba diciendo la verdad o sólo mentía para... Bueno, tenerme a sus pies de nuevo. Tengo mi cabeza hecha un lío.
En verdad quería creerle. En serio quería. Dios ahora me siento mal, ¿por que me siento mal de haberme acostado con Satoru? Si estaba molesta. El también hacía eso cuando peleábamos y yo era la única que se mantenía como una tonta. Creo que estaba mejor cuando no recordaba nada
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Reina De Las Maldiciones |Jujutsu Kaisen|
FanficSe sabía de la existencia de 20 dedos pertenecientes al Rey de las Maldiciones, Ryomen Sukuna. Pero en antiguas leyendas, Sukuna compartía su trono con otro espíritu maldito. Y si bien su relación no era del todo buena, se toleraban y hasta cierto p...