44

490 51 15
                                    

Admito que no pensé detenidamente lo que estaba haciendo, últimamente no me siento yo misma y eso me asusta, después de todo mi historial es algo súper normal. Siento que hay partes que faltan, por ejemplo, en un momento estaba con Ryomen en su dominio y al otro estaba con las chicas comprando ropa, hay partes en mi vida que no recuerdo y mi temor es que "alguien" esté viviendo por mi esos momentos, y lo peor es que ellos no notan la diferencia, no saben que no soy yo, posiblemente estoy volviendo me loca pero si existe esa posibilidad, tal vez debería advertirles.

Tampoco he tenido noticias de ese extraño chico con esa cicatriz en la frente e incluso parece ser que en cuanto más quiero averiguar, más confuso es, a veces solo desearía no saber de nadie más, irme lejos y ocuparme de mi vida, una vida tranquila.

Y respeto a Gojo, después de nuestro pequeño encuentro me detuve antes de seguir avanzando, no por qué no quisiera, solo deje de sentir ese deseo en el momento y lo deje deseando más, dios, ojalá hubiera tomado una foto de tu expresión cuando negue tener sexo con el, literalmente me dijo; "estás conciente de a quien dejas?!" "Cualquier mujer me querría en su cama", yo solo respondí que desgraciadamente yo no y me fui casi corriendo.

Aunque otra de las razones por lo que decidí no tener sexo con Gojo fue por mi cita con Itadori, no quería ser grosera y dejarlo plantado, tampoco quería llegar llena de sus fluidos y todo, sería asqueroso y me sentiría incomoda.

Por lo poco que había entendido la cita sería en la misma escuela, en uno de sus jardines y creo que fue por cuestiones de seguridad, aún me duele todo el cuerpo por mi batalla con Gojo y que la cita fuera aquí me cayó estupendo.

Con tranquilidad camine hasta uno de los jardines, dónde logré verlo a la lejanía, parecía que llevaba horas esperándome aunque llegar a tiempo.

—Itadori, es bueno verte por aquí, finalmente eres puntal -me burle solo un poco de el recordando sutilmente la vez que me dejó plantada.

—Bueno, la verdad estaba un poco nervioso así que llegue dos horas antes, no quería toparme con ningún imprevisto -estaba siendo honesto, podía notarlo.

—Bien hecho -lo felicité para finalmente sentarme aún lado de él en el césped, la vista era hermosa y el ambiente tranquilo, creo que realmente lo que estamos haciendo aquí era charlar, quería hablar y no me quejo.

Pasar el rato con Itadori es como estar con un hermano, dejando de lado que tiene a mi esposo en su interior, es tranquilizante estar junto a el, es como un sol, literalmente, es como si iluminará toda la oscuridad que puede rodear a uno.

Durante horas hablamos de nosotros, del equipo, de nuestros compañeros, de nuestros gustos y cuando la curiosidad de el no pudo mal finalmente pregunto.

—Entonces tu y Sukuna... ¿Tienen una relación? -podia escuchar su tono vacilante, como si no estuviera seguro de preguntar.

—Algo así, en realidad es mi esposo, aunque no sé si ahora cuente pues nuestro compromiso fue hace casi 1000 años y bueno, morimos y renacimos, así que supongo que estamos aún casados -fui completamente honesta con el, no había necesidad de mentir y seguir dándole la esperanza de tener algo más que una amistad. Aunque parecía que mi respuesta no le gustaba para nada.

—Eso significa que ahora mismo sigues siendo pareja de Sukuna, ¿verdad? -ahora su tono era un poco más grueso y golpeado, eso me confirmaba que no estaba feliz con esta nueva información.

—Si. Aún es mi esposo. -nuevamente le confirme, aunque eso lo irritaba.

Se de la reputación de Ryomen, el rey de las maldiciones, un monstruo y asesino de todo lo que se moviera, le disgustara, lo aburriera o divirtiera, sabía todo eso pero aunque no podía negar todo eso, era mi pareja y lo sigue siendo. Aunque a muchos no les guste esto. No lo decidí en su momento pero ahora no me avergüenzo en decirlo en voz alta.

Reina De Las Maldiciones |Jujutsu Kaisen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora