Me encontraba sentada en el asiento del copiloto, viendo todo el trayectorio a la misión o tarea, como quieran llamarlo, que nos encargo Gojo, la cosa era que en un pueblo lejano estaban desapareciendo mujeres, nada del otro mundo, debe de tratarse de un asesino serial o aún mejor, una maldición. Lo que sea con tal de que pueda entretenerme un poco, ya deseaba salir de al escuela, tomar un poco de aire fresco
—Bien... ¿Y que información tenemos? - pregunto Nobara al fin cortando ese silencio tan incómodo entre todos.
—Todo está aquí. - le respondió Megumi quién le pasó una pequeña tablet en donde venían las fotos de las desaparecidas, y toda la información sobre ellas, si se conocían o tenían algún parentesco
—Dejame ver - hablo también Itadori quien extendió su mano había Nobara, ella se la paso y después volvieron a quedarse callados
Yo solo me limite a ver el camino, ver el paisaje y los demás autos, era muy tranquilo, sentía que me miraban pero yo no les hice ningún caso, al final cuando presentía que me llamarían saque mis audifonos y me los puse, lo que menos queria ahora era escucharlos, pude medio ver que esto hizo que Itadori volviera agachar su cabeza, teniendo una expresión triste.
Cuando por fin llegamos fui la primera en bajar, no por que no quisiera esperarlos, mi trasero dolía, lo sentía plano, al salir me estire lo mas que pude logrando escucharse mis huesos tronar. En verdad se sintió bien. Ahora con esta nueva imagen ya no me preocupada que las demás personas se me quedarán viendo cuando iba por la calle, ahora me trataban como alguien "normal", por fin podía descarsar y relajarme
—Fue un largo viaje, ¿verdad? Es bueno poder salir a estirarse un momento - comentaba itadori mientras también se estiraba.
—Tienes razón, me duelen mis brazos - le respondia Nobara mientras ella solo estiraba sus brazos hacia arriba y a los lados.
Megumi solo se limitó a vernos para después mirar el suelo.
Moría de hambre, tengo hambre, será mejor terminar con esto mucho antes de lo contrario me pondré molesta si no como algo, ya saben, como todos.
Con tal de no escucharlos mas tiempo comencé a caminar lejos de ellos, quería terminar con esto y me concentre en percibir su energía maldita o bueno, en todo caso la que no conocía y donde estaba más concentrada, era como un radar.
—¡E-Espera! ¡Nagisa! - me llamo Itadori quien rápidamente comenzó a correr hasta llegar aún lado de mi y caminar a mi ritmo.
Me comportaba como toda una adolescente pues seguía mi camino sin prestarles atención. Aunque tenía mi apariencia anterior, mi carácter seguía intacto.
—Bueno... Sobre la otra noche, se que yo te había invitado y bueno... La cosa es que... - hablaba de nuevo itadori tratando de dar una explicación a lo de la otra noche.
Ese imbecil de Satoru, bien pude haber venido sola y terminar con esto rápido apuesto a que esto lo hizo de nuevo para molestarme, debi darle más fuerte en sus bolas
—Disculpa, ¿decías algo? - por un momento olvidé que itadori estaba hablando pues me sumergi mucho en mis pensamientos.
—Yo... Nada. - algo desanimado miro de nuevo sus pasos quedando completamente callado. Así estaba mejor
Seguimos caminando hasta llegar a un templo que por muy extraño que fuera, parecía reconocer, sabía que lo había visto antes. Tal vez una de mis anteriores reencarnaciones vino acá.
—Hey Megumi, puedes ir invocando a tus perros para -- - me gire para verlo pero para mi sorpresa en vez de verlo a él, lo que vi fue a una versión de Megumi adulta. Solo con el detalle de que en su labio tenía una cicatriz. Tenía una complexión musculosa y sombría. Era como si estuviera muerto en vida. En cuanto dio un paso yo de forma involuntaria retrocedí pero en cuanto lo hice el pareció crecer o eso creí pero la verdad era que yo había encogido, como si tuviera solo 5 o 6 años de edad, mire mi cuerpo, no era el que tenía actualmente, era otro.
La tensión en mi cuerpo era mayor, ¿que estaba pasado? Mi cuerpo me estaba pidiendo a gritos que corriera y finalmente le hice caso, corrí hasta lograr esconderme dentro del tembló. Podía escuchar sus pasos aproximarse, eso era lo más estresante. Busque por todos lados, no había nadie más conmigo, ¿una alusinacion? ¿Tal vez me desmaye? ¿Es real o todo esta pasando en mi mente?
Intente crear una arma con mis manos pero me era difícil, eso lo confirmaba, estaba viviendo los recuerdo de una reencarnación anterior, una niña. Recordaba todo pero mi cuerpo aun no estaba listo. Maldita sea. Si esto es obra de alguna maldición, tengo que buscarla y ELIMINARLA, pero ¿donde esta?
—Creí que lo que me decían era falso, después de estudiarte durante varios días, fue fácil traerte aqui - lo escuche hablar desde afuera del templo, se escuchaba muy relajado
—¿Quién te mando a buscarme? - le pregunté sin ningún tipo de miedo
—Eso no importa, es obvio que todos supieran de tus supuestas reencarnaciones, eres muy famosa, al igual que tu cuerpo, me han dicho que te llevara viva o muerta pero evitar todo daño posible a tu cuerpo. Asi que, se buena y ven conmigo, el día de hoy no me apetece lastimar a una niña - debo de admitir que lo relajado que estaba daba hasta cierto punto algo de miedo
—¿Ir contigo? Si que me estas subestimando - si que comente dando una leve risa, no se por que lo hice pero sentí la necesidad de hacerlo
—¿Y que podrias hacer con ese pequeño cuerpo? ¿Solo correr? - imaginar esa posibilidad hizo que el diera una pequeña risa
—¡Eso es exactamente lo que hare! - Sin perder más tiempo salí corriendo al bosque dejándolo atrás, todo con la intención de perderlo —Idiotaaaaaaaaa - claramente se pudo escuchar el eco de mi voz y como esta se iba alejando
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Reina De Las Maldiciones |Jujutsu Kaisen|
أدب الهواةSe sabía de la existencia de 20 dedos pertenecientes al Rey de las Maldiciones, Ryomen Sukuna. Pero en antiguas leyendas, Sukuna compartía su trono con otro espíritu maldito. Y si bien su relación no era del todo buena, se toleraban y hasta cierto p...