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El comentario de mis medias simplemente le hizo gracia pues sabía, yo sabía que esto no iba a ser impedimento para que siguiera tocando mi cuerpo, ni mis nalgas.

El beso continuaba hasta que finalmente termine jadeando contra sus labios, señal de que finalmente había decidido dejar de acariciarme y por fin meter sus dedos, comenzando a estimularme directamente con dos. Eran delgados pero del tamaño perfecto para acariciar dónde quisiera y como quisiera.

¿Qué pasa, cariño? No me digas, ¿extrañabas esto? ¿Me extrañabas? -el bajo susurro que me dió me hizo temblar e incluso podía jurar que se me dificultaba formular palabras, estaba tan excitada.

–N-No te hagas falsas ilusiones... -logre hablar entre leves jadeos, quería hacerle saber que no estaba sintiendo nada, pero obviamente mi cuerpo y mi expresión me delataba, Ryomen sabía que esto lo hacía solo para molestarlo pero aún así decidió usar esto para devolvermela.

Oh... ¿En verdad no estás sintiendo nada? ¿No extrañabas esto? ¿No extrañabas sentir como mis dedos se abrían paso dentro de ti, tocando y acariciando el interior de tu vagina, tan húmeda y caliente? ¿No extrañabas sentir como mis dedos te abrían?

–N-No! -la palabra "no" vino acompañada de un largo jadeo, casi quejido cuando sentí como abria sus dedos dentro de mi, extendiendo mi interior, la sensación hizo que lagrimeara un poco y mi rostro se pusiera completamente rojo.

En verdad, eres una terrible mentirosa. Tu cuerpo no miente, tus expresiones no mienten, tus gemidos no mienten, ni siquiera tu "amiga" miente, puedo sentir como haces presión alrededor de mis dedos, incluso puedo escuchar desde aquí lo feliz que está por tenerme cerca, por tener mis dedos dándole su merecida atención.

Con un carajo! S-Solo cállate, cállate... Por favor cállate, Ryomen... -cada una de sus palabras me avergonzaron hasta más no poder, no podía entender como podía ser tan descarado, bueno, después de todo el era así, adoraba burlarse de mi pero era algo que a ninguna le gustaría escuchar, estoy más que avergonzada.

¿Sera que toque algún nervio? -nuevamente esa tonta risa, sus palabras habían provocando que mi cuerpo se sintiera más ligero y más sensible, incluso podía sentir, podía imaginar como sus dedos me embestian de forma lenta pero constante, como los sacaba tortuosamente para después meterlos de golpe.

–Eres... Un grandísimo idiota. -si su intención era molestarte, torturarme, en verdad debía darle crédito pues estaba lograndolo, incluso si su intención era que tuviera un orgasmo solo con sus dedos, estaba a nada de conseguirlo.

Soy tu idiota, para toda la eternidad. –como era de esperarse, se burlo de mis insultos, de la forma más tonta posible pero lo hizo.

Después de esas palabras finalmente decidió sacar sus dedos de mi interior llevandolos a su boca y de la forma más morbosa posible terminara lamiendo los, los saboreo frente a mi, dejando escapar un sonrisa burlona, la expresión que debí poner al ver eso debió ser todo un poema para el.

Realmente eres deliciosa. –agrego mientras llevaba sus dedos a mi boca insistiendo en que yo también lo hiciera, quería que yo también me probara.

–No, ni loca hare-- -de nada sirvió negarme pues sin esperar mi palabra el de inmediato los introdujo en mi boca, casi llegando a tocar mi garganta.

Está acción me tomo por sorpresa y aún más cuando sentí como masajeaba mi lengua. Admito que la sensación fue extraña pero no pude evitar sentirme aún más excitada al pensar que sus dedos eran otra cosa, y esto se lo deje en claro cuando sujete su muñeca con ambas manos evitando que se alejara, Ryomen permaneció en silencio mientras observaba como chupaba y succionaba sus dedos, estaba burlándome de el.

Reina De Las Maldiciones |Jujutsu Kaisen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora