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No tenia pensado contarles todo sobre mi pero salió como si nada, era como si de forma inconsciente quisiera que ellos supieran. Al final no puedo cambiar lo que ya pasó.
Cuando dejé de hablar de mi todos parecían aturdidos. Creo que si fue demasiado para ellos.

-Y entonces, ¿jamás se entero que esperabas un hijo suyo? ¿Sabias si en verdad estabas embarazada? - me preguntaba Maki quién cada vez más se acercaba a mí para analizarme

-Creo que si lo estaba, digo, tal vez eran otros tiempos pero los síntomas no cambian, aunque no sabía si podían cambiar al ser maldiciones. Así que no estaba segura, igual no tuve mucho tiempo como para averiguarlo y obvio jamás lo supo, no pude decirle. No se como lo habria tomado - hable algo apenada mientras me rascaba un poco mi cabeza.

En fin, creo que no habrá problema alguno que ellos lo supieran, además, desmiento lo que antes se decía de mi.

Cuando mire a mis compañeros note que Panda se había quedado dormido. Lo que faltaba, era tan adorable. Sintiendome un poco incomoda por esa atmósfera que se había creado decibi ponerme de pie.

-¡B-Bien! Se supone que venimos a divertirnos. Así que vamos. - trate de regresar los ánimos al lugar pero ellos seguían sentados -Oh, ¿tal vez quieran saber algo mas?

En cuanto pregunte eso todos me miraron, la respuesta era algo clara en ese momento.

-Bien,¿tienen alguna otra pregunta? - pregunté rendida, se suponía que ya no había de ello pero se ven más interesados en saber sobre mi que pasar el rato. -Trataré de contestar todas las que pueda.

-¿que te diferencia de Sukuna? - me pregunto la hermana de Maki

-Bueno como sabrán, a Sukuna parece gustarle el sufrimiento ajeno, la frustración y el miedo que las demás maldiciones o humanos tienen al verlo. Yo estoy un poco más relajada, si me da algo de gracia pero no tanta, no mató por placer, solo cuando es necesario. - trate de responderle de una forma no tan maldita que me haga vez como la mala

-¿En cuantas partes cortaron tu cuerpo? - preguntó Nobara de golpe, si que es como bizarra esa mujer

-Eres un poco extraña, ¿jamás te lo habían dicho? - me burle un poco de ella - Pero bien, en total fueron 26 veces, mis brazos los partieron en tres al igual que mis piernas, también mi torso, y mis dedos. Es algo complicado

-¿y todavía le quieres?

-¿Le quiero...? No lo sé, digo antes lo hacía pero ahora, no estoy muy segura... - sin pensarlo mucho mire a Yuuji, quien de un momento a otro estaba frente a mi, sentado en la arena prestando atención a todo lo que decía. -Creo que no...

¿Realmente ya no lo quiero? Es tonto y muy vergonzoso admitirlo y me estaría mintiendo a mi misma, creo que todavía lo quiero. Creo que lo hago. Todo es muy confuso. Tal vez hable con él.

Con tal de librarme de la situación ya que era algo incomoda decidi apartarme un poco de todos ellos para acercarme más a la orilla, a este punto no me importaba que se mojaran mis zapatos. Creo que sería una sensación magnífica. Fue en ese momento en que pude sentir como un brazo algo largo se posicionaba sobre mis hombros, parecía que se apoyaba en mi. Cuando me gire un poco vi que se trataba de Satoru. Extrañamente aún tenía su ánimo por los cielos, parecía un niño.

Eres tú...

—¿Y bien? ¿Crees que haya escuchado lo que dijiste? - me preguntó muy curioso mientras me pegaba aún poco más a él para que solo nosotros nos escucharamos.

Realmente no lo sé, ni siquiera me percate cuando Itadori ya se encontraba sentado frente a mí. Así que no puedo saber que tanto sabe o en todo caso escucho, tal vez necesite de tu ayuda para que pueda hablar con él

Parece como si estuvieramos planeando secuestrarlo - Se burló de mí pues en verdad eso parecía

Ja, así lo parece. - hable en todo momento mirando había el mar, me sentia de cierta forma en confianza con el.

Permanecí un momento sumergía en mis propios pensamientos que no me di cuenta que me había quedado callada unos minutos. Lo que me trajo a la realidad fue sentir como Satoru había soplado en mi oído. Eso hizo que diera un grito y me lanzara al suelo, había sido una sensación muy rara que hizo que sintiera como si mi cuerpo se retorciera. Esto obvio provocó que Satoru se pertiera de risa. Le pareció muy divertido

¡Maldito loco! Itadori... ¡Itadori! Ayudaaaaa - hable pidiendo su ayuda, en verdad eso hizo que me pusiera nerviosa y lo llame sin pensar

Como todo un héroe el fue en mi ayuda notándose muy preocupado y también tratando de contener su risa, eso finalmente hizo que me riera con ellos. Al final me levanto de la arena y me ayudó a limpiarme.

—¿En verdad estas bien? - me preguntaba tratando de contener su risa

¡Ya burlate! Admito que si fue algo gracioso

Nuevamente nos reímos para finalmente mirarnos a los ojos, era un momento muy hermoso, me sentía en paz pero al tener a Itadori tan cerca provocó que sintiera un cosquilleo en mi estómago. Fue muy extraño, una sensación muy extraña. Seguido a ese cosquilleo pude sentir como mi cara comenzaba a ponerse roja, por lo que decir darle la espalda de golpe.

Esto no podía ser verdad, ¿por que me sentía así? Admito que es un sol y es muy bueno con todos. Se preocupa por otros antes que por el mismo, es tan valiente. Ojalá pudiera ser como el

Reina De Las Maldiciones |Jujutsu Kaisen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora