-Si lograste herirme, fue sólo porque me tomaste por sorpresa -le dijo molesto, poniéndose pie.
Le dió la espalda a ella, y pasó su mano frente al hueco en la pared, reconstruyéndolo en segundos.
-¿Q-Qué demonios? ¿Eres un brujo o algo así?
-Mi nombre es Gabrale, soy uno de los cincos superiores que existieron en Gianmat -le dijo serio, mirándola-. Nosotros podemos controlar la materia, el espacio, el tiempo, la fuerza y la gravedad.
-Okay, dices que existieron ¿Qué pasó?
-Murieron dos de nosotros, actualmente sólo quedamos tres.
-Ah, ya veo. Sí, definitivamente creo que esto es una especie de sueño, o pesadilla.
-Dices no saber quién eres, pero sigues siendo la misma arrogante de siempre, Nadiame. Frívola, prepotente, soberbia, no has cambiado en más de cuatrocientos años.
-¿Qué? ¿Cuatrocientos años? -rio divertida-. Nadie vive tanto tiempo, a lo sumo han llegado a los cien años ¿Pero cuatrocientos?
-Veo que su huída fue imperfecta. Ya veo que no pudiste con el peso sobre tus hombros y las comandaste mal. ¿Qué pasó con el resto de las Merezitas?
-¿Qué yo comandé mal qué? Escúchame una cosa, esteroides con patas -le dijo molesta, golpeándolo con su índice en el pecho-. No sé de qué diablos hablas, pero si yo fuera esa que nombras, te aseguro que no habría hecho mal nada.
-Si fuera así, recordarías quién eres, quién soy.
-Sé muy bien quién soy, cariño, y si no te recuerdo, no habrás sido muy importante en mi vida. A mí lo que no me sirve, lo desecho.
-¿Qué no fuí importantes dices? Conmigo aprendiste más que utilizar tu energía, yo fui quien te enseñó todo lo que sabes, o sabías. Te enseñé todo lo que estaba a mi alcance ¡Y lo utilizaste para huir! ¡Huíste de Gianmat!... De mí.
Tabitha lo miró a los ojos, y luego sonrió confundida, antes de negar con la cabeza.
-¿Qué estás queriendo decir? ¿Nosotros...?
-Que bueno que no recuerdes nada, así puedo nombrarte cada una de las cosas que hiciste -pronunció con rabia, frustración-. Llegaste como una estúpida adolescente a mi templo, sin saber siquiera porque destruía todo lo que tocaba con sus manos. Te enseñé a controlar tu energía, a utilizarla para ayudar a los demás, te enseñé mi colección... Prohibida para una simple merezita como tú. Pero lo hice, fui contra mis principios porque tú eras más que una simple mujer. Y lo utilizaste en mi contra -masculló apretando los dientes-. Te metiste bajo mi piel, y cuando conseguiste el secreto interdimensional que buscabas, huíste de mí, tomando de todos los superiores y takeils sus conocimientos. Te acostaste con todos ellos para poder robarles algo.
Tabitha lo observó aturdida. Vaya, no sólo en la Tierra era una zorra interesada al parecer.
-Am, lo siento, supongo -murmuró.
-No, tú no sientes nada, nunca lo sentiste -le dijo alejándose de ella, para ir hasta la puerta principal de la casa y abrirla-. Quiero que te vayas de aquí.
-Eres un resentido, como todo hombre con el orgullo herido -pronunció rodando los ojos-. Más que culparme a mí por lo que hice, deberías cuestionarte tú porqué te engañé.
-El por qué ya te lo dije. No sé porqué mierda apareciste en mi casa, largo.
-Sí, claro, por supuesto que me iré -sonrió pasando por su lado-. Ni que quisiera quedarme contigo.
-Suerte estando perdida ahora aquí.
-Yo siempre estoy bien, cariño -sonrió, antes de girarse y dar un paso fuera de la casa, cayendo hacia el vacío.
Gabrale escuchó el grito de ella alejándose, y cerró los ojos, apretando los dientes. Qué se hiciera añicos contra el suelo, él no pensaba salir y ayudarla. Ella no se lo merecía, era una infiel, manipuladora, frívola...
Tabitha sintió unos fuertes brazos tomarla, y rápidamente se aferró al cuerpo de la persona que la había salvado de morir por esa caída.
-G-Gracias, te debo mi vida, yo pensé que iba a-
Levantó la cabeza, y al ver que se trataba de Gabrale, apretó la mandíbula.
-Eras tú.
-Te tomo la palabra, tu vida ahora me pertenece.
...
Me harté de editarlo, Wattpad me cambia los guiones 🙄🙄