¿Puedes ir a fumar a otro lado? – Pregunté molesta.
Me lanzó humo a la cara y empecé a toser un poco.
Maldito.
No. Esta es mi casa, puedo fumar donde yo quiera –Dijo encogiéndose de hombros y se llevó el cigarro a la boca.
Rodé los ojos.
Lo que sea. – Dije. – ¿Cuándo iremos por la carta? –
¿Iremos? – Preguntó con una sonrisa burlona que daban ganas de partírsela a besos.
¿Qué?
¡¿QUE ACABAS DE PENSAR ESTÚPIDA?!
Fruncí el ceño.
Tú no iras. – Dijo lanzando humo.
¿Por qué no? – Pregunte.
Todos buscan la carta, lo mejor sería que te quedaras aquí. Es el lugar más seguro. –
No. No voy a dejar que se queden con la acción. –
¿Acción? – Preguntó incrédulo. – ¿Crees que todo esto es una película de acción? ¿O un libro de ciencia ficción como los que tú lees? – Negó. – No bebé. Esto es la vida real. Personas reales mueren, tú podrías ser una de esas personas. –
No pensaba eso. – Dije ignorando el hecho de que me llamó bebé. – Solo que mi vida se volvió un poco más interesante desde que esto pasó y sé que fue muy feo enterarme de la verdad pero quiero hacer algo. Mientras yo esté aquí media segura ustedes estarán arriesgando su maldita vida para buscar una maldita carta, por favor déjame ir. –
No. –
Resoplé.
Tantas palabras para un simple y maldito No.
¿Sabes qué? – Dije levantándome del sofá. – No tengo que rogarte a ti para ir. – Camine hacia las escaleras mientras sentía la mirada de Daniel en mí. Me gire. – De todas formas, esa carta está a nombre mío y el de Connor. – Me gire otra vez y seguí caminando, luego empecé a subir los escalones.
¡No me importa! – Gritó detrás de mí, pero no me gire. – ¡No iras! – Seguí subiendo hasta llegar a mi habitación, donde empecé a caminar de un lado a otro.
¿Qué mierda hago ahora?
Para colmo ya no me dejan salir ni siquiera afuera.
Oh, ya lo tengo.
Salí de la habitación y fui a la de Connor.
Entré como siempre.
¿Qué estás haciendo? – Pregunté. Subió las cejas.
Estoy cabalgando un poni. – Dijo con sarcasmo. – ¿Qué te parece que estoy haciendo Lola? Estoy descansando. –
Okey. Puedes llevarme a la casa de la abuela? – Me senté a su lado y se enderezó en la cama. – Sé que no conduces muy bien pero Daniel no me prestara sus llaves. –
¿Para qué? – Preguntó confundido. – Te eh dicho que la casa estaba vacía. –
Ya lo sé. – Se quedó callado unos minutos.
No te entiendo. – Dijo. – Y si tenemos un accidente será tu culpa. –
Rodé los ojos.
De tanto rodarlos voy a quedar bizca.
Porqué debe ver algo, una pista lo que sea. – Dije. – Y no te preocupes por eso. Tú solo pídele las llaves y yo conduciré. –
Está bien, pero que te quede claro que esto no es una maldita película de misterio. –
Lo sé. –
Tampoco es un libro. –
Lo sé. –
Tampoco… –
¡Basta Connor! – Grité interrumpiéndolo. – Ya te entendí. ¡Solo llévame a la maldita casa, maldita sea! – Alzó las manos.
Está bien. – Se levantó de la cama y empezó a colocarse las zapatillas.
Cuando terminó ambos bajamos las escaleras.
Hey Daniel. Me prestas las llaves de tu auto? –
No quiero ni un daño. – Y le lanzó las llaves.
Gracias. – Dijo Connor antes de salir por la puerta y yo detrás de él.
(…)
Te lo dije Lola. La casa está vacía. – Dijo Connor después de pasar dos horas buscando.
No. Debe haber algo. – Dije mientras seguía revisando los papeles del abuelo que tenía en un cajón de su oficina.
Ya basta Lola. – Dijo Connor colocándose en frente de mí. – No voy a seguir con esto, es una pérdida de tiempo. Te espero en el auto. No tardes. – Y sin más se fue.
Seguí revisando y no encontraba nada.
Camine hacia la habitación de ellos y empecé a revolver todo.
Nada.
Suspire y me senté en la cama.
Connor tiene razón. Esto es una pérdida de tiempo.
Antes de salir vuelvo a revisar la mesita que esta junto a la cama de la abuela.
Nada.
Cuando giro para caminar hacia la puerta, se siente el ruido de algo caer al suelo detrás de mí.
Maldita sea.
Giro y solo veo una caja de oro abierta con algunas joyerías desparramadas por el suelo.
Me arrodillo y empiezo a observar las joyerías que tenía la abuela.
Un anillo de oro y varios más de plata. Un collar con una foto de ella y el abuelo George, algunas pulseras de perlas y otras. Antes de vaciar la caja, un collar con una pequeña llave ocultaba un círculo negro en el fondo felpudo de color rojo de la caja.
¿Qué carajos es eso?
Me coloco el collar con la llave en el cuello y pongo mi dedo en el círculo donde cabía perfectamente. Empujo hacia arriba y lo que creía que era el fondo solo cubría una llave un poco grande y dos cartas.
Sí, sabía que por lo menos algo había.
Dejo la tapa a un lado de la caja y guardo la llave en el bolsillo de mis jeans. Saco las dos cartas y las guardo debajo de mi camiseta ajustándolas con la cintura de mis jeans.
Mejor las leo en mi habitación cuando este sola.
Guardo todo en su lugar, dejo la cajita de oro en la mesita de la abuela y bajo las escaleras para ir hacia el auto donde me esperaba Connor en el asiento de copiloto.
¿Encontraste algo? – Preguntó cuándo me senté en el asiento.
No. – Mentí. – No encontré nada. –
Oh. – Solamente dijo mientras conducía hacia la casa de Daniel, gracias a las indicaciones de Connor.
Hola c:
Al final conseguí wi-fi y bueno pos ahora subí capitulo.
Me encantaría que comentaran cuál es su capítulo favorito hasta ahora.
Espero que les guste :)
Adiós :3
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Los hijos de la Mafia (Editando)
Teen Fiction"¿Acción? -preguntó. - ¿Crees que todo esto es una película de acción? ¿O un libro de ciencia ficción como los que tú lees? -Negó. -No bebé. Esta es la vida real. Personas reales mueren, tú podrías ser una de esas personas." Portada hecha por: lou...