Los hijos de la Mafia (Editando)

Capitulo 30

Maldita tormenta.

¿Justo hoy tenías que hacer tú aparición?

Volví a mirar por la ventanilla y justo se escuchó un trueno sobresaltándome.

Maldición.

Solo espero que no se estrelle el avión.

Deberías dejar de ver las películas de Destino Final.

Es imposible no verlas.

Me acomodo en mi asiento y me quedo mirando hacia arriba.

Que aburrimiento.

Oye... - Susurró a mi izquierda. - ¿Estas dormida? -

No tarado. ¿O acaso me ves con los ojos cerrados? - Giro mi cara y abro en grande los ojos mirándolo.

Aleja la cabeza espantado de, seguramente, mi cara.

No hagas nunca más esa expresión. Pareces una loca, no espera, ya lo eres. - Sonríe con burla.

Gruño.

Ya... ¿Qué quieres? -

No lo sé...Estoy aburrido. - Hace puchero.

Yo también. -

¿Tienes sueño? - Pregunta mirándome más de cerca. - Por qué estás media zombi. -

Ruedo los ojos y suspiro.

Échale la culpa al intruso de anoche sumándole que dormí en la misma cama que Daniel. 

Muy juntos.

¿Sabes qué? Voy a dormir por qué la verdad que sí tengo sueño. - Cierro los ojos y me acomodo más, si es posible, en el asiento.

Justo cuando ya estaba por sumergirme al mar de los sueños, un trueno, demasiado fuerte, se escucha.

Tiemblo un poco.

Connor... - Susurro sin despegar los ojos.

Espero varios segundos, mientras escucho como las gruesas gotas de agua, se estrellan contra la ventanilla.

Connor... - Vuelvo a susurrar.

Está dormido. - Dice la voz de Daniel a mi derecha.

Oh... - Abro los ojos un poquito y veo que sí está dormido. Giro mi cuerpo hacia Daniel, que me observa. Bien, todo por estar cómoda. - ¿Puedes acercarte más a mí? Es que quiero apoyar la cabeza en tú hombro para estar más cómoda. Ya que Connor está dormido, tú eres mi última opción. -

Sonríe y asiente mientras se acerca más a mí.

Gracias. - Acomodo mi cabeza en su hombro y cierro completamente los ojos.

Siento como el avión se sacude y el ruido de la lluvia aumenta, haciendo que me apegue un poco en Daniel y tiemble.

¿Tienes frío o estás nerviosa? -

Solo tengo frío. - Mentí.

Obvio que estaba sudando a mares cerca de él, pero tenía un poco de miedo de que se estrelle el avión.

Ajá. Claro. - Noté la ironía en su voz. - Y la azafata de allá no me ha giñado el ojo. -

¿Qué?

Abro los ojos y levanto un poco mi cabeza para ver, a una morocha azafata mirar coquetamente a Daniel.

Sin que la llamáramos, camina hacia nosotros.

¿Desean pedir algo? -

Sí, que dejes de sonreírle como una zorra.

No. Gracias. - Murmuro con los dientes apretados.

Mira a Daniel y se muerde el labio mientras lo observa de arriba abajo "disimuladamente".

¿Y tú bombón? -

Un café. -

Claro. - Sonríe mostrando cada uno de sus diminutos dientes.

Se da la vuelta y empieza a caminar por el pasillo.

Zorra. - Murmuro bajo.

¿Dijiste algo Lola? - 

¿Yo? Nada. -

Claro... - Al instante una sonrisa se le dibuja en el rostro y me mira. - ¿Acaso tú...? -

Tú café bombón. - Lo interrumpe la azafata...

Miro su plaquita.

Manuela.

Sonrío y suelto una risa.

Pobre chica, la cagaron con el nombre.

Manuelita vivía en peguajo...

Gracias. - Daniel toma el café y le da un sorbo. - Está rico. -

Igual que tú. - Murmura.

Ya te puedes retirar...Manuela. - Digo su nombre al final con burla.

Me mira entrecerrando los ojos.

Pero dura un segundo ya que su vista se dirige otra vez a Daniel y sonríe.

En el vaso te he dejado mi número escrito. Por sí lo necesitas. - Le giña el ojo y se va.

¿Quién te necesita? Zorra de cuarta. - Susurro para mí misma.

Tal vez algún día lo necesite. - Dice tras varios segundos.

Abro la boca, un poco dolida, mirando a Daniel.

¿Qué? -

Es muy bonita, tal vez algún día lo necesite. En un futuro. -

Me muerdo el labio por dentro.

Giro mi cuerpo hacia Connor y me acomodo importándome un cuerno si estoy cómoda o no.

¿Lola? -

¿Qué? - Pregunto cortante sin abrir los ojos.

¿No querías estar cómoda? -

Ahora ya no quiero. -

Suelto un bostezo.

Rápido. Duérmete rápido.

¿Por qué no? - No le respondo. - ¿Estás molesta? -

Y vaya que lo estaba.

¿Por qué lo estaría? -

Porque... -

Antes de poder escuchar, me quedo dormida.