Maldita sea.
¡¿Qué hago?!
¡NO TE QUEDES AHÍ PARADA, CORRE!
Si corría hacia las escaleras, obvio se iba a dar cuenta.
Por lo que mejor es esconderme en lo primero que veía.
El baño.
Corro como desesperada hacia el baño y apoyo todo mi cuerpo sobre la puerta por si la abren al igual que apoyo cuanto puedo mi oreja.
¡¿Pero qué te pasa Marcus!? –
¡Eh visto a una chica! –
¡¿A dónde?! – La voz de Daniel se escuchó enojada.
¡Aquí! ¡En la puerta de la sala! – El grito de Marcus era cada vez más fuerte. – ¡Creo que estaba espiándonos! –
Se empezaron a escuchar cómo se rompían cosas.
Mierda.
Y luego silencio.
Todo silencio.
Temblando como gelatina abrí un poco la puerta y asome el ojo.
No había nadie, pero las vasijas y algunas cosas más estaban en el suelo hecha pedazos.
Abrí la puerta lentamente y salí disparada cómo un rayo hacia arriba.
¡¿La encontraste?! – El gritó de Daniel provino desde la planta baja.
¡No! – Me congelé por segunda vez en el pasillo casi cerca del baño y de la habitación de Daniel por dónde provino el grito de Marcus.
¡Rápido! ¡Entra al baño otra vez!
¿Por qué siempre tengo que encerrarme en el baño?
Corrí al baño otra vez y entré rápidamente e hice lo mismo que abajo.
Apoyar mi cuerpo y la oreja sobre la puerta.
Pero esta vez no gritó nadie.
Suspire aliviada.
Estoy a salvo.
¿L-Lola? –
Dejé de respirar.
Giré mi cabeza hacia atrás lentamente encontrándome con Connor sentado en el retrete tapando su…cosita.
Oh.Por.Dios.
Me llevé la mano a la boca y abrí los ojos en grande mientras tenía mi vista clavada en él, quien estaba pálido, con la boca abierta y quieto como una estatua.
Dudo que respire.
Lo mataste.
¿C-Connor? –
Abrió la boca pero la cerró.
Así estuvo por varios minutos.
Y-Yo…¿Qué demonios haces aquí? – Preguntó frunciendo el ceño ahora colorado.
L-Lo siento. – Dije avergonzada mientras sacaba la mano de mi boca.
No podía apartar la mirada de su cara.
Después de unos minutos suspiró.
¿P-Podrías…? – Preguntó haciendo con la mano libre unas señas. Fruncí el ceño sin comprender. – Ya sabes…Necesito…– Hizo una cara y apuntó con sus ojos hacia abajo avergonzado.
Mátenme por favor.
C-Claro. – Gire y vi la puerta blanca por varios minutos.
L-Listo. – Gire mi cabeza hacia Connor. – De esto a nadie. ¿Entendido? – Asentí. – Ahora. Salgamos de aquí. – Se colocó al lado mío y tomó el pomo de la puerta.
¡No! – Grité bajo. Me miró confuso. – Allí afuera está Marcus, un amigo de Daniel que trabaja con él. Me vio cuando los estaba espiando y ahora me están buscando. – Le entregué la botella con agua. – Y ten tú maldita agua. –
La tomó.
¿Por eso tardaste tanto? ¿Por qué los estabas espiando? –
Sí. – Dije. – Y ahora están allí afuera buscándome. –
¿Por qué lo hiciste? –
No lo sé. Quería saber algo. – Alcé los hombros.
¿Y cómo saldremos entonces? –
¿Esperando? – Pregunté dudando.
(…)
Dos horas.
Dos benditas horas esperando dentro del baño con Connor a mi lado bebiendo de la botella.
Y los malditos no sé si se habían ido o siguen buscándome.
No me sorprendería que me buscaran debajo de una roca solo para encontrarme.
Lola. – Susurró Connor. Lo miré. – Creo que deberíamos salir. No siento las voces. Podremos ir caminando hasta mi habitación o podemos ir a algún lugar. Lo que tú quieras. – Abrí la boca para contestarle. – No espera. Tengo una mejor idea. –
¿Cuál? –
Llamaré a Daniel y le preguntare si ya se fueron de la casa. –
Pero porqué le preguntarías eso. Tienes que preguntarle si está en la casa o no. Si no se daría cuenta.–
Es lo mismo. – Dijo rodando los ojos y sacando su celular. Se alejó un poco de la puerta. – ¿Daniel? Sí. ¿Estás en la casa? – Se giró hacia mí negando con la cabeza. No estaban en la casa. – No. Por nada. – Frunció el ceño. – Claro. Ahora te paso con Lola. – Fruncí el ceño y agarré el celular de Connor.
¿Hola? – Pregunté.
¿Qué hacías espiándonos? – Preguntó Daniel con un tono frío.
Diablos.
Yo… – Carraspee. – Fui por una botella de agua para Connor y justo pase por al lado de la sala y tú amigo me vio. – La verdad es que no era del todo mentira.
Mientes. –
No. Es la verdad. –
No Lola. Sé que mientes. – Suspiraron desde la otra línea. – Te eh visto. –
¿Enserio? –
Sí. Cuando llegue a casa tendrás tú castigo. –
¿Qué? – Pregunté confundida. – ¿Qué quieres decir con…?– Cortó.
Maldita sea.
¿Un castigo?
¿Enserio?
¿Quién es?
¿Mi papá?
Ten tú maldito celular. – Se lo entregué y luego abrí la puerta para salir e ir a mi habitación. Paré de caminar. – Y Connor hoy no quiero salir. –
Está bien. – Fue lo último que dijo antes de que llegara a mi habitación.
Camine hacia mi cama y me desplome.
¿Qué castigo me tendrá?
Viniendo de él, me espero cualquier cosa.
Como supongo que llegara tarde, no me ara mal dormir un rato.
Me acomodo bien en la cama y cierro los ojos.
Holas!
Aquí el capitulo 19.
Espero que les guste.
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Los quiero :3
Adiós!
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Los hijos de la Mafia (Editando)
Teen Fiction"¿Acción? -preguntó. - ¿Crees que todo esto es una película de acción? ¿O un libro de ciencia ficción como los que tú lees? -Negó. -No bebé. Esta es la vida real. Personas reales mueren, tú podrías ser una de esas personas." Portada hecha por: lou...