Capitulo 26.

5.9K 427 17
                                    

¿Qué haces aquí? – Pregunté confundida.

Él. – Dijo Taylor detrás de mí. – Él me amenazó. –

¿Sam? – Pregunté asombrada.

No. Pepito Alcachofa. – Dijo sarcástico mientras rodaba los ojos.   

¿Porqué…? – Carraspeé cuando mi voz sonó más aguda de lo normal. – Quiero decir. ¿Por qué amenazaste a Taylor? –

Se rió.

Pero era una risa media psicópata.

Ella no me interesa, no me sirve de nada. Su familia tampoco me interesa. La única que me importa eres tú. – Abrí la boca. – No…espera. Creo que si sirve de algo. Para abrir la boca. – La miro mal. – Puede que me denuncie a la policía pero la verdad no me importa, así que no interesa si abre la boca. Pero creo que después la voy a matar. –

¿Por qué yo? ¿Qué te hice? Y a Taylor no le tocaras ni un pelo. – Luego murmuré bajo para que solo Taylor escuchara. – Corre. –

Pero… – Me miró como si estuviera loca.

Corre. – Suspiro y corrió.

Ahora que me dejó a solas con Sam y como si estuviéramos en un pueblo fantasma, me acabo de dar cuenta de lo que le dije.

Estoy más cagada que ella y yo le digo eso.

¿Desde cuándo me convertí en una tipa de películas de acción?

Debería pensar bien las cosas y luego decirlas.

Se rió otra vez como un psicópata.

Bien hecho. Eres más inteligente de lo que pensé. Salvándola a ella, pero tú mueres. Qué bien. – Aplaudió.

Él pensando en que yo soy inteligente y yo pensando en que soy una idiota total.  ¿En qué quedamos amigo?

Quiero que me respondas que te hice yo. – Dije ignorando lo que dijo y lo que pensé.

¿Qué hiciste? – Se frotó la barbilla pensativo. – No lo sé…como por ejemplo. ¡¿Asesinar a mi padre?! –

Todo rastro burlón que tenía en el rostro se transformó en furia, mientras yo no entendía de qué carajos hablaba.

¿De qué demonios hablas? – Pregunté en mi estado de confusión total. – Yo no eh asesinado a nadie. Ni siquiera conozco a tú padre. –

¿Ah no? – Se cruzó de brazos. Negué. – No te suena conocido el nombre… ¿Arthur Volkov? – Mis músculos se tensaron.

¿El profesor de historia? ¿Él es tu padre? – Pregunté sorprendida. Más que sorprendida estaba asombrada.

Nunca, jamás de los jamases, hubiese pensado que Sam era hijo de Arthur.

¿Pero Sam sabrá en lo que se metía su padre?

Sí. – Afirmó con rudeza. – Y ya no lo tengo más porque tú lo asesinaste. –

Yo no lo asesiné. – Respondí a la defensiva.

No, casi lo asesinas. Si supieras manejar un arma, lo habrías hecho. –

¿Y entonces por qué me culpas a mí? –

Porque tú noviecito fue el que lo asesinó. Y si él me quitó a alguien importante, yo también le quitare a alguien importante. –

Cuando comprendí que se refería a Daniel hablé rápidamente.

Él no es mi novio. –

Sí claro. Y hoy están cantando los pajaritos y Blanca nieves está la esquina. – Quise reírme.

Los hijos de la Mafia (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora