Capitulo 17

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¿Qué está pasando Lola? – Preguntó. – Tu seriedad me asusta. Parece como si alguien se hubiera muerto. –

Negué rodando los ojos.

No estúpido. – Me levanté de la cama, camine hacia el bolso y saqué los sobres. – Quiero que los leas. –

¿Qué es eso? – Lo mire obvia. – Ya ya. Dame. – Se los entregue y me senté en frente suyo mientras abría el sobre de la abuela.

Mientras el leía empecé a pensar en lo ocurrido ayer en la noche.

¿Él de verdad iba a besarme?

¿Por qué?

Quiero decir, él es hermoso.

Un bombón sacado de las revistas pero porqué iba a besarme.

A mí.

El mono vestido de seda.

Lola. ¿Qué es esto? – Preguntó. – ¿Por qué lo tienes tú? Y de dónde carajos lo sacaste? –

Oye tranquilo viejo – Dije.

Me miró mal.

Te dije que dejaras de decir frases de la televisión.

Suspire.

Ayer cuando fuimos a la casa de la abuela los encontré. – Dije.

Y por qué no me dijiste nada? –

No lo sé. – Tome el sobre de mamá y se lo di. – Ten y dame ese. – Intercambiamos sobres y guarde el de la abuela otra vez en mi bolso.

Mientras él leía la de mamá empecé a pensar otra vez.

¿Por qué se fue repentinamente?

Por qué si iba a besarme se fue sin decir una mierda.

No iba a poder verle la cara sin sonrojarme.

Mire a Connor que se le escaparon algunas lágrimas.

Me miró y se las secó.

Me entregó el sobre.

Esto quiere decir que la carta está en Australia? – Alce los hombros.

No lo sé. Posiblemente. – Dije. – Pero no creo que nos los diga y ya. Creo que hay pistas, como un juego. –

Rodó los ojos.

Lola. No creo que sea verdad. –

¿Por qué no? – Guarde el sobre de mamá en mi bolso. – Quiero decir encontramos dos cartas  y dos llaves en la casa de la abuela, puede que en las casas de las tías haya algo… – Me interrumpió.

Alto. ¿Dijiste dos llaves? – Le mostré la mini llave.

La otra llave venía con las dos cartas y la guarde en mi bolso. –

Entonces suponiendo que tienes razón… –

Y la tengo. – Afirmé.

Esto es como un juego. Tenemos que descubrir las piezas. – Dijo el subnormal entendiéndolo. – Como un rompecabezas. –

Claro. – Dije. – Como un rompecabezas. Entonces las segundas pistas están en la casa de la tía. – Sonreí por qué ya lo adivine.

Sí. – Se levantó. – Tienes razón. Entonces hay que ir a la casa de la tía Betty. – Me levanté yo también y me coloqué junto a él.

Andando Watson. – Dije caminando hacia la puerta.

Nunca me digas así. – Dijo siguiéndome. Abrí la puerta y salí junto con Connor. – Pero eso te hace Sherlock. ¿Por qué tú eres Sherlock? –

Los hijos de la Mafia (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora