¿Qué está pasando Lola? – Preguntó. – Tu seriedad me asusta. Parece como si alguien se hubiera muerto. –
Negué rodando los ojos.
No estúpido. – Me levanté de la cama, camine hacia el bolso y saqué los sobres. – Quiero que los leas. –
¿Qué es eso? – Lo mire obvia. – Ya ya. Dame. – Se los entregue y me senté en frente suyo mientras abría el sobre de la abuela.
Mientras el leía empecé a pensar en lo ocurrido ayer en la noche.
¿Él de verdad iba a besarme?
¿Por qué?
Quiero decir, él es hermoso.
Un bombón sacado de las revistas pero porqué iba a besarme.
A mí.
El mono vestido de seda.
Lola. ¿Qué es esto? – Preguntó. – ¿Por qué lo tienes tú? Y de dónde carajos lo sacaste? –
Oye tranquilo viejo – Dije.
Me miró mal.
Te dije que dejaras de decir frases de la televisión.
Suspire.
Ayer cuando fuimos a la casa de la abuela los encontré. – Dije.
Y por qué no me dijiste nada? –
No lo sé. – Tome el sobre de mamá y se lo di. – Ten y dame ese. – Intercambiamos sobres y guarde el de la abuela otra vez en mi bolso.
Mientras él leía la de mamá empecé a pensar otra vez.
¿Por qué se fue repentinamente?
Por qué si iba a besarme se fue sin decir una mierda.
No iba a poder verle la cara sin sonrojarme.
Mire a Connor que se le escaparon algunas lágrimas.
Me miró y se las secó.
Me entregó el sobre.
Esto quiere decir que la carta está en Australia? – Alce los hombros.
No lo sé. Posiblemente. – Dije. – Pero no creo que nos los diga y ya. Creo que hay pistas, como un juego. –
Rodó los ojos.
Lola. No creo que sea verdad. –
¿Por qué no? – Guarde el sobre de mamá en mi bolso. – Quiero decir encontramos dos cartas y dos llaves en la casa de la abuela, puede que en las casas de las tías haya algo… – Me interrumpió.
Alto. ¿Dijiste dos llaves? – Le mostré la mini llave.
La otra llave venía con las dos cartas y la guarde en mi bolso. –
Entonces suponiendo que tienes razón… –
Y la tengo. – Afirmé.
Esto es como un juego. Tenemos que descubrir las piezas. – Dijo el subnormal entendiéndolo. – Como un rompecabezas. –
Claro. – Dije. – Como un rompecabezas. Entonces las segundas pistas están en la casa de la tía. – Sonreí por qué ya lo adivine.
Sí. – Se levantó. – Tienes razón. Entonces hay que ir a la casa de la tía Betty. – Me levanté yo también y me coloqué junto a él.
Andando Watson. – Dije caminando hacia la puerta.
Nunca me digas así. – Dijo siguiéndome. Abrí la puerta y salí junto con Connor. – Pero eso te hace Sherlock. ¿Por qué tú eres Sherlock? –
ESTÁS LEYENDO
Los hijos de la Mafia (Editando)
Teen Fiction"¿Acción? -preguntó. - ¿Crees que todo esto es una película de acción? ¿O un libro de ciencia ficción como los que tú lees? -Negó. -No bebé. Esta es la vida real. Personas reales mueren, tú podrías ser una de esas personas." Portada hecha por: lou...