Capítulo 33

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Laia POV 

-Echaba de menos esto.-confieso mirando las vistas de Barcelona.

Hemos ido a desayunar a un hotel que tiene un terraza en el techo, aunque está al aire libre hay estufas y te dan unas mantas para no pasar frío. Estamos en una esquina por lo que si miramos a la izquierda podemos ver la ciudad y si miramos a la derecha vemos el mar, lo añoraba tanto.

Me recordaba a los sábados cuando nuestros padres nos llevaban de pequeñas a pasar el día allí. Daba igual sí hacía frío o calor, era un cita obligada. Hasta que yo empecé la gimnasia y mi hermana se empezó a obsesionar con los estudios, esto último por culpa de mi madre.

-Cuéntame. ¿Qué tal con el chico ese con el que te fuiste de viaje?-su pregunta me incomoda un poco, retiro la mirada y me fijo en el mar tranquilo intentando decidir si contarle o mejor guardarme el secreto.-¿Sabes qué puedes confiar en mí no?

Al escuchar esas palabras mi ojos se fijan en los suyos y sé que es verdad, pero tengo miedo a lo que pueda pensar, ella siempre ha sido tan correcta, siguiendo las normas y en todo, que tengo miedo de lo que pueda pensar de mí. No quiero decepcionarla.

-Por favor, no te enfades.-la suplico.-Eres la única familia que tengo, la única que no me miente y se preocupar por mi.

Neus se tensa, supongo que no le gusta por donde iba la conversación.

-Laia eso no es cier...

La corto antes de que pudiera seguir, sé lo que me va a decir.

-Papá y mamá te quieren, lo que pasa es que están pasando por un momento complicado.-la imito.-Me lo dijiste hace un año, sigo recordándolo y hasta hace bien poco sigo esperando a que cambie la situación y me lo demuestren un poco. Pero papá prefirió enviarme a otro país.-ella en respuesta alarga la mano por encima de mesa hasta sostener fuerte la mía.

-Sea lo que sea lo que me tengas que decir, o pase lo que pase, yo siempre voy a estar a tu lado.-me da una cálida sonrisa y yo cierro los ojos respirando hondo.

-Me estoy acostando con el profesor del internado con el cual me llevo siete años.-lo digo todo de carrerilla y abro los ojos para ver su expresión.

 Neus empieza a toser y se lleva su zumo de naranja a los labios.

-Laia, está vez te has pasado.-me reprende dejando el vaso de nuevo en la mesa.

-A ver, tampoco es para tanto.-la intento explicar mientras ella me mira con el ceño fruncido.-La primera vez no sabía que iba a ser mi profesor ni él que yo iba a ser su alumna.

-O sea, que a menos de que sea de prácticas, llevas acostándote con él todo el curso.-Neus se pasa las manos por el pelo mirando al mar.

-Estuvimos un tiempo sin hablar pero al final volvimos a acostarnos hasta ahora. Además, deja de ser exagerada que no llegan a los cuatro meses.-ahora soy yo la que se enfada y muerdo mi bollo que me he pedido.

-No, no, señorita, no tienes derecho a enfadarte. ¿Pero es qué como se te ocurre?-me agarra la mano, esta vez menos amable que antes, para que la preste atención.-¿Sabes lo qué os pasaría si se entera la directora u otro profesor o un alumno?

-¿Por qué das por hecho que fue culpa mía?-pregunto indignada subiendo, tal vez, un poco la voz.

-Laia por dios, que nos conocemos.-Neus parece más relajada al decir aquello.

-Vaaaale, puede que tengas un poco de razón.-ruedo los ojos ante su mirada asesina.-¡Ay deja de mirarme así! Solo le insistí un poco, y bueno se resistió otro poco. Pero chica, no es mi problema si no pudo resistirse a mis encantos.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora