Capítulo 11

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Cuando cierro la puerta de la taquilla me encuentro con la cabeza de Alexandro. Lo que provoca que dé un salto y ahogue un grito además de que le propine un manotazo en el hombro.

-Ni se te ocurra repetirlo.-le amenazo llevándome una mano al lado izquierdo de mi pecho, justo encima del corazón.-Me has dado un susto de muerte.-suelto el aire que había retenido por culpa del susto.

Alexandro se había agachado para que cuando cerrara la puerta su cabeza quedara a la altura de esta.

-Esa era la idea.-me informa risueño.

-¿Qué quieres?-le pregunto, porque estoy casi segura que quería algo, éramos amigos y aunque de poco tiempo, sabía que él no me había venido a buscar para saludarme sin más.

-Buuueno...-dice alargando la "u". Ahora si que si estaba segura de que quería algo.-En verdad solo venía a avisarte que tus amigas te quieren matar y para preguntarte dónde demonios te habías metido está mañana.-a lo que yo ruedo los ojos.-Aunque no has sido la única que hoy no estabas en el desayuno.

-Entonces asunto resuelto, ¿no?-le digo echando a andar evitando contestar a su pregunta.

-No me lo puedo creer Ferrer.

-No te lo creas Caruso.-le llamo por su apellido encarándole.

-Estás loca. Como te pillen te expulsan y a él lo echan.-me regaña.

-Pensaba que tú me entenderías.-le acuso pasándome las manos por el pelo.

-Y te entiendo pero un profesor es demasiado. Y si lo dejáis le vas a tener que ver todos los días.

-No me hagas reír. ¿Por quién me tomas?-le pregunto poniendo los ojos en blanco.-Uno, no me va a dejar porque no tenemos nada serio y dos, él no me va a importar tanto como para hacerme daño. Así que estate tranquilo.-le aseguro cogiéndome de su brazo para ir a biología juntos.

El día se pasa muy lento y solamente porque mis amigas no paran de preguntarme qué dónde había pasado la noche. Simplemente yo las respondo que por ahí. Y ellas han sacado sus propias conclusiones y al final han dado por hecho que ha sido Alexandro el culpable de mi desaparición está mañana.

-Mira pensar lo que queráis, total, por mucho que os diga no me vais a hacer caso.-las digo dándome por vencida.

-Por cierto ¿qué tal me queda estas mallas?-pregunta Melany.

-Igual que siempre.-bufa Lara.

-Pero estás son nuevas.-alega la italiana mirándose el culo.

-Si pero también son del mismo modelo que las de antes, se llama uniforme.-digo poniendo los ojos en blanco.

-¿Os creéis que soy tonta? Si os lo pregunto es porque no son iguales, es una talla más pequeña, se confundieron al dármelas.-dice irritada.

-En ese caso, date la vuelta.-la dice Lara.

-Bueno se te ve un poquito el culo. Pero vamos que tampoco es para tanto.-la comento.

-No te preocupes así solo pareces lo que eres primita.-le suelta Chiara que estaba cambiándose al otro lado de las taquillas.-Una zorra.

-Entonces nos debe de venir de familia, lo de la zorrería digo. Pero no te preocupes que tu siempre serás la mejor, en eso, claro.

-Primita eres un poco antigua ¿no crees?-dice Chiara rodeando las taquillas del vestuario de las chicas y se acerca hacia nosotras.

-Primero, has empezado tú y segundo, tú eres una zorra por poner los cuernos a todos tus novios y por cómo has pisoteado a tu prima, o sea, a mí. Solo porque estaba con un chico al cual deseabas.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora