Capítulo 9

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Nos pasamos toda la hora de la comida en silencio, ninguno tenemos ganas de hablar, solo hay bostezos y algún que otro "que sueño" seguido de otro bostezo.

Cuando terminamos subimos a nuestras respectivas habitaciones.

Vamos subiendo las escaleras cuando a Melany se le escapa un grito ahogado:

-Esperad.-susurra agarrándome la muñeca mientras que con la otra mano señala a la planta de los profesores.

Nosotras al escucharla por instinto nos pegamos a la pared de la escalera, la cual está antes de la tercera planta, para poder cotillear sin ser vistas.

Levanto mi vista y le veo. White está totalmente desnudo y unas gotas le resbalan por el pecho, solo le tapa una toalla al rededor de su cadera dejando ver su "uve".

-No me digáis que no está bueno.-vuelve a hablar Melany.

Vemos como su espalda, que por cierto es enorme, se contrae mientras anda. Se para en una puerta, en la cual pone 304. La ventana donde le vi la otra mañana pertenece a una habitación del otro lado del pasillo pero después de la conversación que tuvo con Mery en la biblioteca dudo que esa fuera suya. Por lo que supongo que esta si que es suya.

Se gira antes de entrar y creo que me ha visto, ya que mira hacia mi dirección. Sus ojos se oscurecen y aprieta la mandíbula, me mantiene la mirada durante unos segundos para luego meterse y cerrar la puerta.

-Dios eso ha sido intenso.-suelta Melany-¿Creéis qué nos ha visto?

-Parecía que sí, pero es muy raro que no nos haya dicho nada.-dice Lara confusa.

-Seguro que no nos ha visto.-digo mientras que me separo de la pared y empiezo a subir las escaleras.

Pero me vuelvo a parar cuando veo a la profesora Mery saliendo de la ducha. Su semblante es relajado, se puede apreciar un ligero rubor de mejillas y una pequeña sonrisa que intenta esconder. Todo apunta a que White y ella han compartido algo más que una ducha, y eso hace que me cabree.

-Mira estaba mirando para asegurarse que su novia saliera sin que la viera nadie.-digo secamente retomando mi camino por las escaleras.

-Ni que estuvieras celosa.-dice Lara riéndose.

-¿Por qué tendría que estarlo?-pregunto desinteresadamente.

-Porque ese comentario junto con el tonito era de exnovia despechada celosa.-constesta Lara.

-Totalmente.-se suma Melany detrás de mí.

-Solamente estoy molesta, ¿por qué ellos se pueden acostar en el internado y nosotros no?-pregunto indignada girándome hacia ella en mitad de la escalera. 

Aunque esta claro que no solo me molesta eso, pero ellas no deben saberlo.

-Porque ellos son los que mandan, yo que sé.-alega Lara sobrepasándome por la derecha.

Dicho esto se da por terminada la conversación.

Cuando llegamos al cuarto nos tiramos en la cama y nos echamos una pequeña siesta.

Duermo plácidamente hasta que noto que mi cuerpo pesa más, y casi no puedo respirar de la presión, haciendo que abra rápidamente los ojos.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora