POV Áyax
Desde la mesa, en la biblioteca, puedo ver todo y cuando digo todo, me refiero a cómo le mete la lengua Alexandro a mi chica.
Bueno mi chica, lo de mi chica es relativo, mi chica como tal no es. Pero es la chica con la que me acuesto, así que técnicamente es mi chica. Aunque sinceramente, ya no sé lo que es.
Gruño al darme cuenta de la dirección que están tomando mis pensamientos y no me gusta nada. Tengo ganas de partirle la cara a ese capullo que resulta que es mi puto alumno.
Revuelvo mi cabello exasperado despeinándolo aun más si cabe.
No es la primera vez que presencio esta escenita, llevan ya varias tardes así. Que digo tardes, llevan días.
Me les encuentro por todos lados y a cualquier hora, y ya me estoy empezando a cansar.
Sin ir más lejos, en mi clase todos los días se ponen juntos, que si beso en el cuello, que si "la otra noche no decías lo mismo", que si "sudas más en otras ocasiones". Risitas por ahí y abracitos por allá.
Lo que no entiendo es cómo me molesta tanto, bueno, si lo entiendo. Porque no me gusta que otros hombres se tiren a la misma chica que me tiro yo. El problema viene cuando esa chica es menor de edad y tú eres su profesor, y ese es el punto que no entiendo.
Soy un pederasta. Y ya me está empezando a dar miedo los pensamientos que me provoca cuando la veo o pienso en ella. Y si solo fueran pensamientos pues aun, pero es que no es solo eso. Cada parte de mi cuerpo, además, también reacciona a ella.
Eso es otro "level", y hace que me replantee algunas cosas. Como por ejemplo dejar el trabajo.
Cuando la vi por primera vez en ese pub ya supe que me iba a dar problemas. Puro presentimiento, no sé lo que era, pero algo me decía "no vayas, no la mires". Pero sin ninguna explicación me sentía atraído.
Más tarde supe porque aquel presentimiento, que sin motivos aparentes en su momento, después se convertiría en mi ruina.
También es verdad que fue mi culpa, porque intenté alejarme, juro que lo intente, y que lo intento en la actualidad, pero no puedo. Pero caí y me volví a acostar con ella aun a sabiendas que era mi alumna. Porque la primera vez tiene un pase, porque no lo sabía pero la segunda vez, ya es imperdonable.
Mi atracción física hacia ella es más fuerte que mi razón.
Los primeros días lo llevé bien, bueno, la castigaba, no sé, me gustaba ponerla nerviosa y que ella creyera que no me acordaba de aquella fatídica noche.
Pero no pude, nunca he tenido fuerza de voluntad, que voy a hacer, soy débil contra los pecados carnales.
Me siento un pederasta, pero hay momentos en los que no me siento así, en los que esos pensamientos se desvanecen.
Porque si te pones a pensar lo único malo de esta extraña relación es que yo soy su profesor y ella mi alumna, bueno la edad también pero si lo miramos en otro contexto tampoco nos llevamos tanto. Ella tiene casi 17 años y yo tengo 23, bueno casi 24. Apenas son 7 años, hay parejas que se llevan 20 años, o incluso más.
Gruño y desvío mi mirada de la ventana al libro que estoy leyendo.
Las guardias de biblioteca son un asco, me dan mucho tiempo libre para comerme la cabeza.
Porque al parecer es eso lo único que sé hacer desde que la conocí, comerme la cabeza. Y todo porque es mi alumna.
Si no me hubiera acostado con ella aquella noche, no me hubiera pasado esto, la hubiera olvidado.
ESTÁS LEYENDO
El caos en la tempestad: Efímero
RomanceDe un día para otro me convertí en el caos dentro de mi vida, la cual estaba siendo una tempestad. Además, cuando todo parecía calmarse apareció un lobo feroz, el cual prometió devorarme, ¿o fui yo quien se lo prometió?