Capítulo 1

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Laia POV

Sonó mi despertador, eran las siete de la mañana.

De un gruñido me levanto hacía mi escritorio y apago la alarma del móvil. Miro la cama meditando si debería meterme otra vez en ella o subir las persianas. Estoy demasiado cansada, y ahora me arrepiento de no haberme acostado antes ayer por la noche, pero claro, estaba muy emocionada.
Entonces, lo recuerdo y corro hacia las persianas mientras rezo y cruzo los dedos para que haga un gran sol para este gran día. Cuando llego a ella y la subo, mi boca deja escapar un suspiro mientras mis hombros se relajan. 

El motivo, por el cual ayer me fui tarde a la cama y hoy tenga este entusiasmo, es que hoy es miércoles, tengo una excursión con mi instituto a Portaventura y esta tarde me enseñan el montaje que voy a hacer en el campeonato de España de gimnasia rítmica.

Salgo de mi habitación  y corro por el pasillo hasta el cuarto de baño, antes de que mi hermanita quiera entrar en él. Por las mañanas tiene muy mala leche, está muy estresada, es lo que tiene estar en segundo de bachillerato, y si a eso le sumamos lo maniática que es ella...la bomba de Irosima.

Me meto dentro de la ducha, abro el grifo para dejar que el agua me empape mientras canturreo la canción de mi nuevo montaje. Yo no suelo ducharme por las mañanas, es más, suelo ser team noches pero tengo que hacerme el moño para todo el día. Ya que voy al entrenamiento directa de la excursión.

Peino y engomino mi cabello rubio, es un poco difícil hacerse el moño con el pelo tan largo y eso que solo me llega por debajo de mis pechos. Me miro al espejo comprobando que no he dejado ningún pelo fuera de mi moño. Y me doy cuenta de que me ha quedado de maravilla, así que dando mi visto bueno al peinado salgo del cuarto de baño. Mientras Neus, mi hermana, está a punto de aporrear la puerta.

-Date prisa, voy a llegar tarde.-replica ella mientras me aparta de mala gana de la puerta.

-No he tardado tanto, además, tú entras a y veinte al baño todos los días.-argumento poniendo los ojos en blanco.

-Y ya son y veinticinco.-grita desde dentro.

No la hago caso y me meto a mi cuarto.

Neus es cuatro años mayor que yo, está obsesionada con los estudios y con la perfección. Ella tiene que sacar diez en todo, se pasa todo el día en la biblioteca y viene a casa llorando del instituto, porque se ha sacado un nueve en vez de un diez. No hace nada de deporte y le encanta comer sano, lo contrario que a mí.

Yo no saco buenas notas, bueno, ni malas, son normales como todo en mi vida. No me estreso por el instituto, pero claro yo estoy terminando tercero de la ESO y Neus terminando segundo de bachillerato. Lo mismo cuando yo llegue a donde está ella me tiro de los pelos. Otra cosa que nos diferencia es el deporte, yo adoro hacer gimnasia rítmica. La verdad es que soy bastante buena o eso es lo que me dicen mis entrenadoras. Voy a entrenar dos horas, cuatro días a la semana. Y en cuanto a la comida...yo como todo lo que quiero, porque siempre lo desgasto, si no estoy entrando, estoy bailando como una loca por mi habitación.

Me visto con el outfit que elegí ayer por la noche. Últimamente está haciendo mucho calor y eso que estamos en abril. Cuando ya me he puesto mis pantalones cortos de  ciclistas negros con un top a juego y una chaqueta de beisbol rosa y mis air force rosas pastel, me miro al espejo, cojo la mochila y salgo de mi habitación.

Neus está frente al espejo de su cuarto haciéndose una foto. Sin pensarlo dos veces tiro la mochila y me pongo a su lado para que ella nos retrate con la cámara de su móvil, mientras nos reímos porque parecemos tontas poniendo morritos en el espejo.

-Vas muy guapa y eso que no te has maquillado.-me dice Neus mientras vemos las fotos.

-Tú tampoco necesitas maquillaje, con esos ojos verdes no necesitas más.-la digo.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora