Capítulo 40

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Áyax POV

Recorro los pasillos en busca de Laia. No quiero ser demasiado cantoso. Pero necesito encontrarla lo antes posible. Hoy, me han demostrado lo que yo antes solo sospechaba, que Chiara y  Mery no están en su sano juicio. Me han dado un ultimátum y tengo que hacer lo que me han dicho antes de dos horas. 

También me he dado cuenta de que Laia es aun más importante para mí de lo que yo creía. Esos sentimientos que tenía son aun más fuertes de lo que pensaba. Era ella o yo, y sinceramente, mejor yo.

Primero, porque el adulto de los dos soy yo; segundo, porque sería por mi parte demasiado egoísta ya que lo había podido cortar en su día; y tercero, ella ya ha sufrido bastante y la quiero demasiado como para hacerla daño. 

Sí, la quiero. Ya lo he dicho, la quiero pero ella nunca lo sabrá, por eso tengo que hacer esto. Siempre he dicho que nadie debe decidir por otras personas y que nunca me haría el falso "héroe". Porque sinceramente, pensamos que salvamos a la persona pero no tenemos derecho a hacerlo sin su conocimiento. 

Nervioso al ver que el tiempo corre, la mando un mensaje. Prefiero eso que llamarla y escuchar su voz. Aunque sé que cuando la vea tendré que escucharla. Para que se haga más fácil quedo con ella en la caseta del jardinero. Allí nadie nos verá y podremos hablar sin ser descubiertos porque aunque esas víboras ya lo sepan, no quiero que lo sepa más gente y Laia acabe peor.

Sé que no va a ser fácil, más por mi parte que por la suya. No es la primera vez que la "dejo" y la digo que lo nuestro no puede repetirse más. Pero si es la primera vez que yo siento por ella y va a ser complicado. Antes de ir a la caseta del jardinero empaqueto todas mis cosas dejando mi habitación libre. Ya he hablado con Carmen como ellas me dijeron, y efectivamente me ha echado. Me ha dejado otras dos horas para irme pero solo me harán falta treinta minutos siquiera.

Cuando llego a la caseta me siento en la mesa donde tuve en su día a Laia desnuda. Ese día nos quedamos mirando por la claraboya como llovía, también fue una despedida porque estuvimos un tiempo sin volver a vernos. Pero como siempre teníamos que juntarnos. Miro mi fondo de pantalla, si aprieto más la mano conseguiré romper el teléfono. Cuando escucho la puerta abrirse lo bloqueo y lo guardo en mi bolsillo. 

Al levantar la mirada la veo, la veo con esa preciosa sonrisa en su rostro y todos los momentos vividos aparecen por mi mente como si fueran una película. No aguanto más y aparto la mirada de ella. Sé que me arrepentiré toda mi vida de esto.

Laia POV

No me gusta ni un pelo la cara que tiene Áyax. Venía bastante ilusionada porque está mañana despertar a su lado ha sido lo mejor que me ha pasado desde hace mucho tiempo. No entiendo a que se debe este cambio de actitud en unas horas. Es verdad que no es la primera vez que saca su lado más bipolar, pero si que es la primera vez que tengo miedo.

-¿Qué es lo que te pasa?-prefiero preguntar e ir al grano.

Creo que después de todo irse por las ramas es una tontería. Además, cuanto antes me lo diga antes podremos solucionarlo y repetir lo que pasó el día de la tormenta en la caseta.

-Tenemos que hablar.-me dice serio mirándome de nuevo.

Sé que siempre digo que no me intimida pero hoy un escalofrío recorre mi cuerpo haciendo que me tambalee.

-Hablemos pues.-tengo miedo de acercarme a él porque tengo el presentimiento de que lo que me tiene que decir no me va a gustar.

Pero la atracción de la que siempre hablo hace que dé pequeños pasos en su dirección.

Él, en cambio, levanta una mano en mi dirección haciendo que pare de golpe.

-No te acerques más.-me gruñe pero mirando a un punto detrás de mí.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora