Capítulo 38

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Laia POV

Subo a mi habitación con una sensación extraña después de este día. Estoy cansada a nivel físico pero sobre todo a nivel emocional. 

Pensaba que el episodio de Noche buena lo había supero. Pero esta mañana, cuando he vuelto a recordar todo para explicárselo a las chicas, me he dado cuenta de que eso no es así. Me he pasado todas las clases dando le vueltas a lo mismo. Sigo sin entender con Neus ha podido mentirme de esa manera tan ruin. Podía haberme dicho que nuestra madre si quería hablar con ella. Lo hubiera podido superar, en cambio, de esta forma solo hace que me sienta aun más idiota.

Está claro que mi madre me insultara como lo hizo me afecto y me dolió, pero lo de mi hermana acabo por destrozarme y romperme el corazón en mil pedazos. Pensé que si no pensaba ni hablaba de ello no dolería, pero que error más grande. Tenía tantas cosas acumuladas que al estar delante de Áyax no he podido retenerlo más. He explotado, he explotado en sus brazo y he vuelto a sentirme segura y en paz como aquella noche que le llamé.

No he pensado nada, simplemente he dado rienda suelta a mi llanto mientras sus brazos me mecían. Volvía a ser una niña pequeña en busca de consuelo, pero en ese momento no me ha importado. 

La vergüenza ha venido después, cuando he despegado la cara de su pecho y le he mirado. He sentido como mis mejillas se tornaban rojas y he tenido la necesidad de salir corriendo. Ha sido la primera vez que hemos estado juntos y no nos hemos acostado. Al principio tenía miedo de lo que pudiera pensar, ya que nuestra relación se basa en la comunicación sexual y no en la real. Pero supongo que ha actuado como profesor y me sentido que necesitaba a alguien con quien desahogarme. 

Aunque para mí haya significado mucho más que eso, él nunca lo sabrá. Sé que si supiera como me siento nuestra relación cambiaría. Más bien se acabaría y es algo que de momento no quiero que pase. También creo que si ahora estoy así es porque lo de mi familia ha ocurrido recientemente. Cuando mis heridas se curen o al menos cicatricen un poco volveré a ser la Laia de siempre, y lo único que necesitaré de alguien es el sexo. 

No digo que no sea necesario tener a alguien con el que desahogarse y llorar de vez en cuando, pero esa persona no debe de ser tu profesor barra amante. Además, de que no me suele gustar preocupar a las personas de mi alrededor con mis tonterías. Si Alexandro me escuchara sé que me regañaría. Primero, por no contarle lo que me pasa y guardármelo todo, y segundo, por sentir lo que siento por Áyax.

Abro la puerta de la habitación y veo que los chicos están en esta, resoplo y sin decir nada me acerco a mi armario para coger el neceser.

-¿No piensas decir nada?-me pregunta Dereck.

-La verdad es que no está siendo mi día.-les observo a todos y luego añado.-Y vosotros tres no deberíais estar aquí. 

-¿Pero a ti qué te pasa?-Nick parece confuso ante mi postura.

En parte le entiendo, nunca he estado en contra de que ellos se colaran a nuestra habitación.

-Me pasa que hoy he estado toda la tarde castigada con White.-me tiro a la cama cambiando de idea y decidiendo que me duchare después de la cena.

-¿Te ha hecho algo?-Lara pregunta en apenas un susurro.

Yo inmediatamente me yergo con ayuda de mis codos.

-No, pero estar toda la tarde ayudando a arreglar la instalación eléctrica en el sótano no es divertido.-la do una sonrisa tranquilizadora para que no piense algo que no es.-Además he sido castigada sin motivo y estoy notando que la discusión de casa me está pasando factura. Necesito descansar inmediatamente.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora