Capítulo 14

2 0 0
                                    

-¿Y a quién dices que se le ha ocurrido la brillante idea de usarme para dar celos a H?-pregunta Alexandro haciendo comillas con los dedos pronunciando la letra H.

-No te lo he dicho. No seas tramposo.-le digo mirando por los pasillos por si alguien estuviera escuchando.

-Entonces en ese caso, búscate a otro para que te ayude. Además, ¿H en serio? ¿Pero qué nombre es ese?-dice soltando una carcajada jocosa.

-El nombre se le ocurrió a Lara. Y lo de elegirte a ti...-me acerco al oído de Alexandro para que nadie nos escuche.-Ha sido Katie.

-¿Qué?-dice enfadado-Vale, acepto pero si lo hacemos lo tenemos que hacer bien.

-¿Bien?-le pregunto extrañada.

-Sí, bien, yo sé quién es H así que cuando él esté cerca te besaré y estaré todo el rato detrás de ti.-me explica.

-Besarme no estaba dentro del plan de las chicas.-le informo mirando a los lados para cerciorarme de que no hay nadie escuchando nuestra conversación.

-Pues ahora en el mío si.-gruñe enfadado para después poner una sonrisa forzada.

-Espero que no lo hagas porque yo te guste, porque antes tengo que decirte que mis intenciones contigo son solo de amistad y además....

-No te flipes que las mías son las mismas.-dice cortándome y dándome un beso en el cuello y acercándome a su cuerpo.

-¿Pero qué haces?-le separo delicadamente mientras me río.

-Nada, estaba practicando para que tus amigas nos den el visto bueno.

Dicho esto Alexandro se va dejándome sola con mis amigas, no sin antes mirar mal a las chicas. Creo que no le ha sentado muy bien que quiera utilizarle.

-¿Y a este qué mosca le ha picado?-pregunta extrañada Lara.

Me giro al escuchar a Lara y las veo a las tres.

-¿Ha aceptado?-pregunta Melany entusiasmada.

-Aceptar ha aceptado pero no le ha hecho mucha gracia, además creo que se ha enfadado.-las comento mientras nos vamos a nuestra primera clase.

-Eso está claro.-declara Melany.-Ni siquiera nos ha saludo.

Katie, en cambio, no se queja de la actitud de Alexandro, supongo que es porque ella no lo conoce tan bien.

...

Ya solo queda una clase para que se termine el horario lectivo. La verdad es que estando aquí me he dado cuenta de lo valioso que era el momento en el que se escuchaba el último toque del timbre y recogías las cosas para poder irte a casa y alejarte de esas cuatro paredes que a veces, casi siempre, a mí me asfixiaban. Pensé que en el momento que no lo escuchara no lo echaría de menos.

 Pero aquí, lo echo de menos siempre, y hoy, aun más. Hoy para mí es un día asfixiante, me gustaría correr y alejarme sin mirar hacia atrás. No sé por qué pero me da pánico, últimamente, ir a educación física.

 Me agobia el hecho de pensar que tengo esa clase. Desde que empieza hasta que acaba estoy nerviosa, tiemblo como la última hoja que le queda a un cerezo en la penúltima época del año, con miedo a caer. Pero cuando él posa sus ojos sobre mí y me sostiene la mirada, sin embargo, parece que soy la flor del cerezo en primavera en vez de su hoja en otoño. Y eso es lo que me hace temblar cada día más porque cada vez parece que florezco con más intensidad.

Y encima hoy empezamos con la tontería de mis amigas de dar celos al supuesto chico. Porque en esta clase, mi preferida, nótese el sarcasmo, estamos con los mayores.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora