Capítulo 24

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Laia POV

Estamos ya en diciembre, el internado está completamente cubierto de nieve y hace demasiado frío como para salir a la calle. Entre eso y que hemos tenido un mes entero lleno de exámenes, minis exámenes y parciales, no hemos salido apenas de estas cuatro paredes. Ni un día para descansar. Todas las tardes en la biblioteca estudiando y haciendo deberes, porque aunque tuviéramos exámenes no han dejado de mandar tarea y trabajos en grupo.

Los únicos ratos libres que hemos tenido, que no han sido muchos, los he empleado en estar con Áyax. Alguno de los dos nos buscábamos. Miro la hora para ver cuánto queda para que nos marchemos, no aguanto ya estar en esta clase, química es super aburrida.

Suspiro y mira por la ventana como los copos caen lentamente, mientras que mi mente viaja a recuerdos más felices.

Separo mi mirada de la ventana para centrarme en mi compañero.

-¿A dónde me llevas?-le interrogo, para ver si hace alguna mueca rara que le delate y pueda ver si me va a matar.

-Es una sorpresa Laia.-se ríe, como casi nunca hace.-Eres super impaciente, te he dicho que queda poco.

Está anocheciendo, mañana tengo examen de biología, lo llevo bastante bien y me podía permitir escaparme un rato. Si seguía un minuto más en la habitación me iba a volver loca. Al parecer las de dibujo técnico también tenían examen mañana y no lo llevaban tan bien. 

Katie se había ido con Alexandro, al parecer después de Halloween hicieron las paces, y soy la única que sabe que están juntos. Al principio Katie se negaba a contármelo pero Alexandro la convenció. Además no le quedaba otra, le dijo que yo les había escuchado.

Así es más fácil, ella no quiere hacerlo público y yo tengo una coartada, nos cubrimos las espaldas como mejores amigos que somos. En verdad se ha convertido en mi hermano, incluso hemos hablado de ir a la misma universidad pero eso es más complicado.

-La música esta es una mierda.-declaro mientras toqueteo los botones de la radio en busca de alguna que sea de mi agrado.

-Es la radio, ¿qué te esperabas?-se burla posando una mano en mi rodilla.

-Deberías poner una más moderna, para conectar spotify, aunque sea con cable, ni bluetooth te pido.-ruedo los ojos y sigo toqueteando los botones, hasta que encuentro una emisora más o menos decente.-Mira esta no está mal.

-No voy a destrozar mi coche para que puedas escuchar la música que quieras. ¿The heart want what it wants? ¿En serio?

-Es la que había y a mí me gusta, es muy bonita. Además, pega con el día que hace.

-¿Nublado y con un frío que pela?-aparta la mirada un momento de la carretera y posa sus ojos sobre mí, a lo que yo asiento.-Es una cursilada.-añade poniendo cara de asco.

-Lo que tú digas. Pero se queda.-alarga la mano para cambiar de emisora a lo que yo le doy un manotazo.-Madre mía y eso que estaba aquí al lado eh.-me quejo refiriéndome al sitio donde me está llevando.

-Tranquilízate un poco.-me dice mientras sube su mano por mi muslo.

Por instinto separo un poco las piernas para darle más facilidad, aunque no creo que llegue hasta el final mientras conduce.

Sus dedos dibujan círculos en mi piel mientras que cada vez se acercan más a mi punto débil.

Creo que si va a ser capaz de llegar. Mi respiración comienza a ser pesada cuando sus yemas de los dedos rozan mi entrepierna. Gracias a que llevo leggins noto más sus caricias y para él no supone un obstáculo meter la mano por dentro. Giro mi cabeza para verle, su mirada esta fija en la carretera, tiene cara de concentración hasta que involuntariamente sus caricias arrancan un jadeo de mi garganta. Acto seguido en su cara se planta una sonrisa socarrona y algo dentro de mí se enciende.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora