Capítulo 12

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-Katie se va a sentar con nosotros hoy para cenar, espero que no haya ningún problema con eso.-les comunico a los chicos mientras me siento en mi silla.

Paso mi mirada por todos ellos y no veo que les moleste que haya traído a alguien conmigo sin avisarles. Aunque si les molesta me da igual, porque hay que ser majo con la gente.

-Si claro, aquí hay un sitio libre.-dice Alexandro mientras retira la silla de su derecha invitando así a Katie a sentarse.

Katie hace una mueca pero sin decir nada acepta el sitio y se sienta.

-¿Cómo es que te sientas hoy con nosotros?-pregunta Melany un poco curiosa llevándose su vaso de agua a la boca para ocultarlo un poco.

-Ha sido idea suya.-responde tímidamente Katie mientras me mira.

-Creo que ya va siendo hora que nos vayamos conociendo. Para algo somos compañeras de habitación, tenemos que poner todas de nuestra parte. Katie ser más abierta y nosotras tener más paciencia. Al fin y al cabo nosotras somos la única familia que vamos a tener aquí dentro.-las digo mientras cojo un trozo de mi pequeño pan.

Creo que hoy estoy muy sentimental, demasiado para mi gusto.

-Laia tiene razón, así por lo menos se nos hará más llevadero estos dos años que nos queda.-apunta Lara cogiendo su servilleta mientras se limpia las comisuras de los labios.

-Cuanta más gente mejor.-añade Nick ofreciéndole una sonrisa a Katie.

Cenamos mientras charlamos animadamente. Katie a pesar de tener vergüenza se mete en la conversación, al parecer se está integrando muy bien aunque parece un poco incomoda al lado de Alexandro.

-Laia ¿no me has dicho antes que querías postre?-me pregunta Alexandro.

-No yo n..-empiezo a decir pero me corta una patada por de bajo de la mesa.

-Si hombre, que yo te he dicho que estabas loca por querer comerte eso y que era una locura.-me dice Alexandro levantando las cejas.

Me le quedo mirando con cara de "qué cojones dices" pero él sigue hablando.

-Si hombre, eso que decías que estaba más bueno que el dios griego Áy..

-Ay si, ya me acuerdo.-le digo cortándole mientras me doy un suave golpe en la cabeza con la mano.-Vaya cabeza que tengo, me había olvidado por completo. Vamos a ver si hay.

Dejo la servilleta que está en mis piernas sobre la mesa y empujó con cuidado la silla hacia atrás, me levanto y giró sobre mis talones para ir junto Alexandro.

-¿Tú estás loco?-le susurro mientras nos dirigimos a la mesa de los postres.

-La próxima vez, digo delante de todos que Áyax no para de mirarte durante toda la cena, esperando a que le mires. Mientras él, te como con la mirada claro, por lo menos ahora es solo con la mirada.-me dice tocándose la barbilla con los dedos haciéndose ver más interesante.

-Me estás vacilando, ¿no?-le digo posando mi mano en su brazo.

-Claro que no, le he observado.-comenta moviendo la cabeza a un lado, señalando a la mesa de los profesores que estaba situada a nuestra derecha, al lado de las mesas de las comidas.

-Se suponía Caruso que no debía acercarme a él y aquí te tengo lanzándome a las garras del lobo. ¿Quién lo iba a imaginar?-digo a modo de sorpresa.

-Ferrer, cierra la boca antes de que cambie de opinión.-comenta mientras aprieta los labios formando una línea recta con ellos.

Cogemos un yogurt y nos dirigimos a la mesa.

El caos en la tempestad: EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora