Me despierto sobresaltada después del sueño que acabo de tener.
Miro por la ventana y me doy cuenta de que sigo en el avión, y que desafortunadamente, lo de mandarme mi padre a un internado en mi penúltimo año, no lo había soñado también.Gruño encogida en el incómodo asiento del avión y me echo la mano a la cabeza, sintiéndola como si me fuera a explotar. Y todo por culpa de mi sueño en el que he revivido el día en el que mi vida cambió, a peor, claro.
Después de ese día, mis padres se divorciaron, aún no me han contado el por qué. En su día me dijeron que era pequeña como para entenderlo, por aquel entonces tenía 15 años recién cumplidos como aquel que dice. Ahora ya tengo dieciséis para diecisiete, más diecisiete que dieciséis pero aún no los he cumplido, aunque ese no es el caso.
Ahora la excusa que me ponen es que ya es un tema olvidado y que ambos han pasado página, bueno eso es lo que me dice mi padre, porque con mi madre casi ni hablo. Después de que se separaran, ella también se divorció de sus hijas al parecer. No pidió mi custodia y ni si quiera nos preguntó si queríamos ir con ella, solo se llevó a Blue, que ni si quiera le quería cuando estaba en casa. Una hipócrita en otras palabras.
Así que he pasado este año y medio sola con papá. Neus después de lo que pasó estaba tan harta de ser perfecta que terminó bachillerato, hizo la selectividad y se marchó a viajar por todo el mundo durante un año y medio. Gracias al dinero de la pensión que le pasa mi madre a mi padre por ella, porque aunque es mayor de 18 así lo impuso el juez.
Yo en cambio, no he salido de Barcelona, ni en verano. Mi padre se tuvo que quedar trabajando para poder hacerse cargo de todos los gastos, ya que en casa no entraba el sueldo de mamá.
Aunque gracias a la separación me he dado cuenta de varias cosas. Primero, que mi vida era casi una farsa, y segundo, que no me he muerto sin practicar gimnasia rítmica.
Cuando Neus se fue y me quedé sola, pensé que tendría a mis mejores amigas conmigo, a mi lado apoyándome. Pensar... pensé tantas cosas por aquel entonces.
Se supone que me querían, las conocía desde que nací, nuestras madres eran amigas, pasaron los embarazos juntas. Pero al parecer, ellas también eran como mi madre. Solo les importaba lo que la gente pensaran, solo eran mis amigas porque por aquel entonces éramos "importantes" socialmente. Ay, pero cuando salió el escándalo de que mis padres se habían separado, ya no éramos bien vistos socialmente. Y ellas me dejaron, eran igual de falsas que la zorra de mi madre, que ni si quiera me llama para saber, ya no digo de mi vida, si no, de si aun sigo con vida.
Lloré. Lloré mucho. Pero un día dejé de hacerlo. Cuando estaba en casa solo estudiaba. Mi padre trabajaba muchas horas y yo estaba en casa sola. Y me junte con gente, no eran mala gente, pero eran de esos tipos de amigos que tus padres no querían. Pero sinceramente, yo al igual que Neus no quería ser nunca más perfecta, así que supongo que me revelé. Empecé a salir todos los viernes y sábados, no decía a dónde iba, bebía, me liaba con chicos y me ponía la ropa que quería. Mi madre no podía decir si parecía una prostituta, ella, ya no estaba.
En clase contestaba a los profesores, pero obviamente no podían hacer nada porque luego aprobaba sus asignaturas con dieces. Eso sí, me expulsaban de clase, incluso a veces del instituto.
Pero yo no me había vuelto ni tonta ni loca, hacía tonterías, sí, pero con cabeza. No hacía cosas ilegales, no me metía nada de droga, y bebía con moderación. Los amigos que ahora tenía no eran delincuentes, pero tampoco unos hijos de papá.
Mi padre se hartaba porque a veces también salía entre semana. Pero la gota que colmó el vaso fue que la policía me llevara a comisaría por estar con un chico en el parque haciendo cosas indebidas. En fin. Él pensó que lo mejor era mantenerme encerrada en un internado. Y aquí estoy volando rumbo hacia allí.
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El caos en la tempestad: Efímero
RomanceDe un día para otro me convertí en el caos dentro de mi vida, la cual estaba siendo una tempestad. Además, cuando todo parecía calmarse apareció un lobo feroz, el cual prometió devorarme, ¿o fui yo quien se lo prometió?