-Tsssss, Laia.-noto como algo me golpea la cabeza.-Tsssss, Laia.
Giro la cabeza hacia donde proviene la voz y me topo con una bola de papel que viene directa hacia a mi cabeza.
-Auch.-me toco la frente donde me ha dado la mierda de la pelotita. La cojo y la aprieto.-Te la voy a meter por el culo ese italiano que tienes.-susurro.
Caruso aguanta la risa y me señala las bolitas.
-¿Qué?
-Lee...las...bo...las.-me dice o eso creo porque lo dice tan bajito que apenas se le entiende.
Escuchamos como la profesora carraspea con la intención de que nos callemos y atendamos.
Abro una de las bolitas:
¿Qué es lo que tanto te preocupa?
En la segunda en cambio pone:
¿Áyax?
Hago un gesto con la mano quitándole importancia. Bajo la mirada hacia mis manos, las cuales tengo posadas encima de mi regazo. Miro el reloj de la pared y veo que falta menos de un minuto para que suene el timbre, recojo mis cosas y cuando suena yo ya estoy saliendo por la puerta. Me introduzco en el mar de personas intentando perder de vista a Alexandro.
-Laia.-me grita desde lejos.-Laia.
Me giro y le veo moviendo la mano de un lado al otro.
Ahora mismo no necesito que alguien me recuerde lo tonta que soy por acostarme con un profesor que sólo quiere follar con una niña rebelde.
Le pone la idea de tenerme babeando detrás de él. Y una mierda, eso ya no va a ser así, voy a pasar de él, ¿qué coño se cree? ¿Qué voy a llorar por él? Ni de coña. Llorar no he llorado ni lo voy a hacer. Pero si que me he comido la cabeza, cosa que no voy a hacer más.
Que él no quiera estar conmigo no significa que sea por mi culpa.
-Ey mira por dónde vas, nena.-me responde la persona con la que me he chocado.
-Lo siento.-miro al frente y me encuentro con Melany y a su izquierda a Lara.
-Esta mañana estas muy rara.-levanta una ceja Lara y entrelaza su brazo con el mío.-El gimnasio está por el otro lado, justamente en dirección contraría.
-¿Toca otra vez educación física?-formulo haciendo pucheros mientras me giro a la dirección indicada y comenzamos a andar.
-Todos los días tenemos educación física, recuerda eso de que somos la generación electrónica, que no nos movemos y esas cosas que se inventan.-me recuerda Melany.
-Eso es porque no te han visto en plena acción con Nick.-menciona muy seriamente Lara.
Gruño haciendo pucheros de nuevo.
-Pero si te encanta el deporte.-dice Melany.
-Es solo que no he dormido bien.-las aclaro.
-No hace falta que lo jures.-se ríe Lara y abre la puerta del vestuario.
-¿A qué te refieres?-la pregunto.
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El caos en la tempestad: Efímero
RomanceDe un día para otro me convertí en el caos dentro de mi vida, la cual estaba siendo una tempestad. Además, cuando todo parecía calmarse apareció un lobo feroz, el cual prometió devorarme, ¿o fui yo quien se lo prometió?