Parte 36

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Thanat junto con Mild fueron a visitarlos, todos estaban ansiosos de que faltaba solo unas semanas para que naciera la pequeña, Gulf se encontraba en la habitación dándose una ducha antes de salir a tomar aire libre en el jardín. 

Mientras se encontraba disfrutando del agua tibia en la tina Gulf podía notar los movimientos de la princesa de un lado a otro haciendo que sonriera hasta que un movimiento brusco hizo que gimiera de dolor.

- Oye! que sucede? - Decía Gulf acariciando su vientre.- Por qué estás tan inquieta? Sabes, aquí afuera estamos todos ansiosos de verte. Incluso tú tío Mild es el que más esta feliz, pero ten cuidado, tu papi Mew no los dejará ir a ver chicos en ropas menores en la playa. Tendrás una hermosa habitación, ahora la pintamos en rosa, pero cuando crezcas podrás cambiar a otro, pero no en negro, eso daría dolor de cabeza a papi. - Gulf sonreía ante su comentario. - Algún día te contaremos nuestra historia con tu papi, de cómo te tuvimos y de cómo nos... casamos. - Gulf queda en silencio por un momento, pensando en lo que acababa de decir, poniéndose de pie con cuidado lleva una toalla rodeando su cuerpo para secarse y ver que vestir. - Tengo que decirle a Mew que me lleve a cancelar ese estúpido papel, por qué dejé pasar tanto tiempo? Estuve tan ocupado con tantas cosas que lo había olvidado. Tus papis seguirán juntos! No te dejaré ni tampoco a tu papi, porque los amo a ambos. 

Terminando de vestir, Gulf baja con cuidado por las escaleras buscando a Mew, tenían que ir junto al notario para anular el trato del divorcio. Ni siquiera sabía por qué había dejado que pasara tanto tiempo, las veces que lo recordaba siempre se presentaba algo para distraerlo. En realidad una vez que había aceptado a su bebé, Gulf ya no pensaba en el trato que habían hecho haciendo que se olvidara de ese caso. Pero si nacía la bebé ellos estarán divorciados y no quería que eso sucediera. Estaba seguro que quería seguir casado con Mew y tener a su preciosa hija juntos.

- Disculpa, has visto a Mew? - Pregunta a una de las mucamas para no terminar buscando en toda la mansión.

- Se encuentra con sus amigos en el despacho. - responde amablemente.

- Gracias. - dice continuando el camino a esa dirección.

Cuando se disponía a abrir la puerta para buscarlo oye que estos conversaban.

- Y entonces que piensas hacer? - Se oye la voz de Mild.

- Mi hija nacerá y al momento de registrarla el divorcio será legal entre Gulf y yo.

La sonrisa de Gulf se desvaneció al oírlo, dando unos pasos hacia atrás comienza a caminar. Con lágrimas en sus ojos solo quería ir lejos pero no podía arriesgarse a que pasara lo mismo que hace meses atrás, aunque esta vez ya conocía mejor la ciudad. Comenzando a caminar por los pasillos abre una de las puertas adentrándose en ella para cerrarla tras él dejándose llevar por la tristeza que lo abordaba.

- Mew... quiere divorciarse de mí. Me dijo que me amaba... que me quería en su vida, pero--- soy un idiota!!... me envolvió con sus palabras de amor, pero él... solo te quiere a ti!. Todo este tiempo solo era por ti! Cómo pude creer en sus mentiras! como dejé engañarme de esa manera! Acaso tenía la necesidad de jugar conmigo?! 

Gulf se deja caer sobre sus pies dejando que la tristeza lo inundara. El dolor en su pecho era tan grande que no podía soportarlo. Se sentía impotente, furioso pero terriblemente triste. Quería salir corriendo de ese lugar y dejar todo atrás como lo había decidido pero cómo? si su corazón estaba arraigado a Mew, se había dejado envolver por ese sentimiento que al principio le había temido y se rehusaba a aceptar. Amaba tanto a Mew como a la pequeña y ahora debía dejar a ambos?!

Con lágrimas que empapaban sus mejillas levanta la cabeza viendo la habitación donde había entrado, nunca la había visto pero se encontraba a oscuras donde solo la luz que ingresaba por la ventana alumbraba el lugar.

- Qué es este lugar? - Se preguntaba al notar muchas cajas y cuadros cubiertos en sábanas blancas. Poniéndose de pie, comienza a caminar levantando las sábanas dejando ver lo que había en las cajas.

Sentándose al suelo con cuidado comienza a ver el contenido, tomando un álbum de  fotos, al abrirla no podía evitar entristecerse.

- Mira, él debe ser tu papi Mew... siempre ha sido hermoso, tu serás igual a él? - Preguntaba a su vientre con lágrimas en sus ojos. - Debes de ser igual a él, no quites nada de mi, para que... para que no le hagas recordarme. Ella debe ser tu abuela, ella... ya no está aquí. Yo ni siquiera la pude conocer, pero parece que era muy buena, tiene una hermosa mirada igual que tu papá. - Gulf veía todos los álbumes que había en el lugar. Con lágrimas en sus ojos hablaba a su pequeña como si se despidiera. Mientras seguía descubriendo  todo lo que habían guardado, era seguro que lo hicieron luego de que la esposa de Let había fallecido por el polvo que envolvía cada objeto. Pero por qué los álbumes también se encontraban en el lugar?

- Mira que bonito!  Qué haces aquí abandonado? solo te falta un baño y serás perfecto... - Decía sacudiendo el polvo de un peluche de oso marrón.

Luego de unos minutos, cuando sus lágrimas cesaron, poniéndose de pie sale de la habitación con el pequeño peluche entre sus brazos. Caminaba por los pasillos de dirigía a su habitación, mientras subía por las escaleras pensaba en cómo debía de actuar ahora que sabía la verdad, acaso él también debía de fingir que todo estaba bien?. Cuando esta por abrir la puerta, esta se abre de golpe haciendo que diera un respingo al ver el rostro preocupado de Mew.

- Amor dónde estabas? - Gulf no responde a la pregunta mientras Mew desviaba la vista de sus ojos a sus manos. - Qué tienes allí?- Gulf levanta las manos dejando ver al peluche haciendo que Mew se lo arrebatara con fuerza. - Qué haces con esto?! - La mirada de Mew cambió drásticamente a ponerse furioso.

- Yo... lo encontré... en una habitación - Susurraba por lo bajo al sentir el enojo de Mew.

- De dónde lo sacaste! - La voz grave de Mew solo hacía que sus lágrimas cayeran sobre su mejilla pero este parecía no importarle. No sabía que podría enfadar tanto a Mew pero mientras sus lágrimas caían en sus mejillas su vientre seguía moviéndose con fervor.

ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora