Parte 40

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Gulf debía mantenerse por dos días en el hospital para que siguiera en observación, Alessa era llevada a su habitación mientras este dormía para que pudiera sentirlo y no sufriera tanto la separación del día, lo bueno era que Gulf se dormía constantemente.

El último día de internación llegaba, Gulf se encontraba sentado en la cama mirando al vacío. La puerta es abierta dejándose ver Let con una pequeña sonrisa.

- Gulf estas despierto... - Dice adentrándose para acercarse a un lado.

- Hola... hoy deben darme de alta... - Dice sin expresión en el rostro.

- Sí, en la tarde ya estaremos en la mansión.

- No quiero ir allí...

- Gulf, tu aun estas convaleciente, dónde irás?

- A un hotel, o donde sea...

- Quién cuidará de ti?...

- Contrataré a alguien...

- Gulf...- Dice Let llevando una silla a su lado para sentarse.- Sé que puedes estar molesto, pero puedes ir a la mansión para que cuidemos de ti? Qué le diré a tus padres si te dejara estar solo en este momento?

Gulf queda en silencio apretando sus manos en puños.

- Quiero mi vieja habitación y no ver a Mew.

- Entiendo, se hará como quieras... y... Alessa? - En los ojos de Gulf comenzaron a formarse algunas lágrimas que ajustando la garganta intenta seguir hablando.

- No tiene nada que ver conmigo, cuando Mew tenga el acta de divorcio que te lo de a ti... por favor... - Esto último sonaba como una suplica.

- Seguirás adelante, sin arrepentirte?

- Así es como debía ser no? Los apellidos están unidos y Mew y yo seremos libres, todos... felices, no?

- Estás seguro que serás feliz?

- Por favor, basta...

- Entiendo, puedes pensar? sé que Mew te ama de igual manera en que lo haces tú... - Gulf presiona sus labios entre sí cerrando sus ojos intentando retener esas lágrimas que se habían formado pero era imposible ya que comenzaron a deslizarse sobre sus mejillas. - Descansa iré a terminar con los papeleos del alta de ambos. - Gulf asiente con la cabeza viéndolo salir del la habitación.

Las horas pasaban, Gulf fue llevado por Let a la mansión con sumo cuidado hasta su antigua habitación. Mew se había encargado de llevar a Alessa por su parte junto con Mild y Thanat quienes no se habían apartado de su lado.

Mientras todos se encontraban en la habitación de la pequeña esta seguía dormida. Gulf al llegar fue acostado en su cama, sus ropas se había llevado de nuevo a esa habitación a excepción de algunas, que Mew había ordenado que no la llevaran ya que quería dejarlas para Alessa. Ya que ella solo quería sentir a Gulf había intentado una vez llevando una prenda suya al hospital para tomarla entre sus brazos, esta de inmediato había dejado de llorar calmando sus ansias con el aroma de la camiseta.

Así comenzaba a pasar los días, Gulf volvió a la misma actitud de no salir de su habitación, a excepción de Let solo las mucamas entraban para llevarle que comer.

Let llama a los padres de Gulf informándoles de lo que sucedía.

- Gulf sigue con la misma actitud. - Dice Let con pesar.

- No me sorprende, siempre ha sido obstinado. Pero Mew no ha intentado conversar? - Pregunta Pho.

- No, y lo entiendo, el médico le había pedido que no discutieran ya que Gulf sigue con algunos cuidados. Hace unos días me había dicho que retrasaría el registro de Alessa para esperar a que cambiara de decisión.

- No creo que eso suceda.- Dice Janet con la mirada triste. - Pero cuál fue la razón para que volvieran a estar de esa manera?

- No lo sé, no creo que sea solo lo del peluche, pero ninguno habla, Mew dice no saber y Gulf se rehúsa a hablar sobre eso.

- Y Mew dónde se encuentra?

- Salió en la mañana... no sé como terminará, los días siguen pasando, Gulf esta mejorando y en unas semanas ya podrá viajar si así lo quiere.

- Gulf sigue sin querer ver a la bebé? - Pregunta Pho.

- Ni siquiera se cruza frente a la habitación. Debemos tomar alguna prenda suya para calmarla, ya que lo busca con ansias, pero pareciera que lo descubre y vuelve a llorar.

- Quisiera poder ir amigo, pero aquí estamos con nuevos proyectos que nos obliga a mantenernos en constantes reuniones.

- No se preocupen, aquí todos cuidamos de Gulf y también de Alessa. les estaré comunicando cualquier cambio.

-Gracias amigo. - Dice Pho para despedirse antes de cortar con la llamada.

- Thais, que esperas para hacer algo? Acaso nuestro pequeño perderá al hombre que ama? - Susurra Let en su despacho soltando un gran suspiro.

******

Gulf se encontraba en su habitación como todos los días, los dolores cada vez eran menos, aunque no saliera de su habitación siempre quedaba a un lado de la ventana viendo el día acabarse en cada atardecer, deseando que llegara el día en que Let le entregara los documentos del divorcio, a veces oía a su pequeña llorar, sin poder hacer otra cosa también lo hacía sintiendo como un castigo antes de poder alejarse.

La puerta de su habitación recibe dos golpes suaves llamando su atención, yendo lentamente la obre encontrando a Mew frente a esta.

- Fui... a registrar a Alessa... - Decía con la voz cortada con un sobre en la mano. Gulf sentía sus ojos arder, ver ese sobre en las manos de Mew le hacía entender que ya todo estaba acabado, ajustando la garganta une sus manos comenzando a deslizar el anillo de su dedo para luego entregarle a Mew. Arrebatando de sus manos el documento cierra la puerta sin decir una palabra.

Pegado a la puerta cae quedando sentado doblando sus rodillas pegándolas a su pecho, sus lágrimas caían sobre sus mejillas empapándolas. Abriendo el sobre toma la hoja que estaba debidamente doblada comenzaba a leer lo escrito, mientras con sollozos  confirmaba lo que aseguraba lo que decía, arrugando entre sus manos el papel su llanto se hizo más profundo.

- Ya no somos nosotros. Eres libre, también yo. Solo es cuestión de días para ya no estar en este lugar, junto a ti, y mi... mi Alessa. Debes de ser hermosa... - Sollozaba apretando sus rodillas con sus brazos. El divorcio estaba hecho, luego de haberlo deseado y peleado tanto por lograrlo ahora era una palabra y un estado que odiaría el resto de su vida.

Solo era cuestión de días para tomar ese viaje que dejará atrás su alma y corazón, volviéndose en alguien sin vida suponiendo que disfruta de una libertad vacía.

ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora