¡𝑺𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒑𝒊́𝒂𝒔!
Daniel apenas llevaba una semana siguiendo a Nora a todos lados y ya se estaba hartando.
La pelirroja tenía una vida común y corriente, vida que Daniel siempre había soñado con tener pero que ahora que veía desde la lejanía lo aburrida que era se le quitaba por completo las ganas de tener tanta tranquilidad en la suya.
Todos esos días el rubio había estado llegando a casa más tarde de lo habitual ya que se quedaba en su oficina revisando las redes sociales de la chica en busca de algo que le sirviera en lo más mínimo para su investigación, también había utilizado en un par de ocasiones el programa de la organización para interceptar las llamadas de Nora, pero ella y su madre, o ella y su hermano, solo hablaban de cosas comunes y corrientes, nada que fuera importante para la misión o entretenido para Daniel.
Al ritmo al que iba, si llegaban a pedirle un reporte de misión lo más interesante que podría decir era que Nora pertenecía a un club de lectura online.
Justo en ese momento llegaba a casa dos horas más tarde lo acostumbrado después de haber pasado la mayoría del día estacionado a las afueras del edificio donde vivía la pelirroja.
Ya se esperaba alguna clase de regaño o interrogatorio, por lo que ni siquiera reaccionó al encontrarse a su hermana y primo sentados en el sillón en espera de que él llegara.
Cuando ambos voltearon a verlo, supo que tendría que inventar una buena excusa.
―¡Hey, pero miren nada más quienes están aquí!, ¡mis parientes favoritos! ―saludó con su típico tono burlón ―. No mataron a nadie sin mí, ¿verdad? Eso me haría sentir traicionado.
Luca lo miraba con el entrecejo fruncido y de brazos cruzados.
Podía pasarle que llegara tarde una vez, ¿pero que lo hiciera a diario y con semejante tardanza?
¡Eso jamás!
Y no era porque quisiera controlar su vida, era por la preocupación que sentía hacia esta ya que si un Martínez llegaba tarde a casa sin avisar era sinónimo de problemas.
―¿Qué sucede contigo? ―preguntó en ese tono serio y demandante que casi nunca usaba.
Por otro lado, Daniela sentía lo mismo que él solo que en esta ocasión estaba en su mundo como diría Daniel, por lo que solo los miró con cierta curiosidad mientras tocaba unas suaves notas en la guitarra que tenía sobre el regazo.
A Daniel esa melodía se le hizo parecida a las que usaban en las películas de suspenso.
Al escuchar el carraspeo de Luca, lo miró y sonrió como un angelito.
―Solo estaba tomando unas cervecitas.
―No hueles a alcohol ―murmuró Daniela, regresando su mirada a las cuerdas de la guitarra.
El rubio maldijo en su interior al recordar que su hermanita era casi como un sabueso.
―¡Va! Entonces solo fui a pasear por la ciudad ―su tono seguía siendo divertido, tomándose todo como una broma ―. ¿Está mejor esa excusa?
―Mira, Ethan... ―Luca apretó el puente de su nariz y tomó una profunda respiración en busca de reunir la mayor cantidad de paciencia posible ―, sabes muy bien que con la clase de vida que has tenido el que llegues tarde es razón para que nos preocupemos. ¡Qué sé yo si intentaron matarte en estas dos horas! ―exclamó con alteración. Cualquiera diría que lo que decía era algo dramático, pero era una posibilidad que no se podía descartar, no cuando eres un Martínez ―. ¡La próxima vez solo envía un puto mensaje!, nada te cuesta avisar que tendrás sexo y por eso llegaras tarde.
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Una Perfecta Mentira
Romance1. 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐥𝐲 𝐈𝐦𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 1. 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐜𝐭𝐬, 𝐋𝐢𝐞𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐓𝐡𝐫𝐮𝐭𝐡𝐬 VOL I & II ✿❯────「✿」────❮✿ Daniel es un agente de la IOMAC que busca acabar con su mayor enemigo, Adrián Martínez, para así conseguir su tan anhelada libe...