𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒂𝒎𝒊𝒈𝒐𝒔
La carretera a la hora de un largo viaje era un buen lugar para reflexionar sobre los errores de la vida, pensar en lo incierto del futuro o solo dormir par los menos poéticos. Cada quien tenía distintas maneras de distraer su mente en medio de una ruta donde solo habían autos pasando a gran velocidad y nada más que eso, pero si algo tenían en común, era que lograban matar el aburrimiento de una forma u otra.
Justamente el trío dinámico se encontraba en esa situación.
Daniel conducía relajado en su asiento con una mano en el volante y la otra sobre la palanca de cambios. Manejaba a una velocidad medianamente rápida, pendiente de cada tramo de carretera; él era demasiado precavido al conducir ―quizás en exceso―, e intentaba no pensar mucho en las cosas malas que podrían pasar durante su trayecto poco turístico a otra ciudad con una finalidad mucho más grande de la que cualquiera pensaría.
A su lado, Daniela estaba recostada de su asiento, mirando por la ventana con aparente aburrimiento mientras que Luca dormía plácidamente en el asiento trasero, probablemente soñando con Mary.
Todo el viaje de tres horas transcurrió en completo silencio por parte de los pasajeros del vehículo y sin percances en medio de la música a todo volumen que llenaba el ambiente.
En todo ese tiempo, Daniel se tomó un momento para pensar.
Entre el ajetreo del trabajo, las responsabilidades y dramas en su casa, su instinto alcohólico apareciendo la mayoría de las noches y todo el tiempo que ahora le dedicaba a Nora, había estado lo suficientemente ocupado para no darse un espacio a sí mismo.
¿Y qué pensó en el tiempo en que por fin tuvo la oportunidad?
En lo mucho que empezaba a incluir a Nora en su día a día.
Es decir, silenciosamente la pelirroja empezaba a meterse en sus pensamientos como una bonita fuente de risas, conversaciones amenas y un respiro de todos sus dramas familiares.
Sí, ya había tenido varios encuentros calientes con ella y no podía dejar de imaginársela en su cama y de pensar en las llamadas sugerentes que no ayudaban en nada...
Okey, era difícil decir que solo era una gran amiga que había conseguido sin buscarlo, pero así era, pese a todo lo que sucedía a su alrededor.
Tal vez, solo tal vez, le pegaría un poco alejarse de ella cuando este viaje terminara y si es que conseguía algo.
Tampoco sabía que sería de él si seguía pasando más y más tiempo con ella sin conseguir algo útil para la misión, pero no quería averiguarlo, no ese día.
Y entre pensamientos, lamentos y entusiasmo dentro de su cabeza, por fin llegaron a Washington D.C., tardando solo veinte minutos en llegar al hotel donde se hospedarían, pero claro que desde hacía quince minutos atrás una impaciente Daniela miraba por la ventana al tiempo en que preguntaba:
―¿Ya llegamos?
―No. Falta poco. ―Daniel puso los ojos en blanco por enésima vez.
―Dijiste eso hace cinco minutos.
―En realidad fueron dos.
Daniela frunció el ceño, despegando por fin la mirada de la ventana.
―¿Entonces porque sigues diciendo eso?
―Porqué falta poco.
Daniela se tendió en el asiento, soltando un gruñido cargado de frustración.
―¿Por qué mejor no cierran la boca de una buena vez y me dejan dormir en paz? ―murmuró con irritación un somnoliento Luca que se reincorporaba en el asiento para ver a ambos rubios con mala cara.
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Una Perfecta Mentira
Romance1. 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐥𝐲 𝐈𝐦𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 1. 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐜𝐭𝐬, 𝐋𝐢𝐞𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐓𝐡𝐫𝐮𝐭𝐡𝐬 VOL I & II ✿❯────「✿」────❮✿ Daniel es un agente de la IOMAC que busca acabar con su mayor enemigo, Adrián Martínez, para así conseguir su tan anhelada libe...