Las Crónicas Del Fénix II: La Ascensión De Fálasar

GRACIAS

He estado posponiendo durante varios días escribir esto, plantarme aquí y dedicaros unas últimas palabras. No sabía por dónde empezar. Pero como tantas otras veces he hecho en momentos así, elegí un momento en el que supuestamente debería estar estudiando y empecé a escribir.

Para los que no lo sepáis, publiqué el primer capítulo del primer libro de Las crónicas del Fénix en agosto... de 2016, cuando apenas tenía 15 años, tirando a 16 ya. Ahora tengo 20 y ya me siento viejo recordando esa época. Tuve numerosos altibajos en todo ese tiempo, más de lo que os podéis imaginar, pero aquí estamos, 4 años y medio después, despidiendo esta pequeña y alocada historia. Como siempre dije, con dudas a veces, pero segurísimo en el fondo... seguiría escribiendo hasta terminar la historia.

Tuve semanas brillantes de publicar de seguido y parones de meses enteros que ni las temporadas de los animes, pero nunca lo dejé del todo, por muy apartado que pudiera estar en algunos momentos. Nunca me planteé de verdad tirarlo todo por la borda y marcharme sin mediar palabra, por muy saturado o poco inspirado que estuviera.

Y todo eso fue gracias a vosotros. En mayor o menor medida, tanto los que solo leyeron y comentaron los primeros capítulos del primer libro, como los que se lo leyeron todo del tirón o aquellos que han estado aquí, en las buenas y en las malas, durante casi todo el trayecto. La verdad es que nunca tuve a nadie que me incite a leer o escribir, fue algo que, poco a poco, fue despertando y creciendo dentro de mí con el paso de los años, y empezó cuando no era más que un mocoso.

Pero no estoy seguro de lo que habría pasado si no os hubiera tenido a todos apoyando esta historia desde el principio. Vuestros votos, comentarios, saber que estáis siguiendo esta historia, que existen aunque sean contadas personas que están esperando un nuevo capítulo, generaron un severo sentido del deber y de la responsabilidad en mí para con vosotros, y me refiero ya al primer libro. Tener lectores me impulsó a seguir escribiendo, saliera lo que saliese, porque no podía dejarlo, no podía no entregaros nuevas aventuras.

Y eso siguió así, motivándome a escribir durante mucho tiempo, hasta que me di cuenta que no querría dejar de hacer esto nunca, que consumir y contar historias, escribirlas y compartirlas con el mundo, era lo que más me apasionaba hacer, que había nacido para ello, y que mientras viviera nunca perdería mi razón de ser.

Y para darme cuenta de ello vosotros fuisteis muy importantes. Por eso, y no solo por simplemente hacer leído los delirios de un extraño en internet, os estoy enormemente agradecido. Gracias de corazón a todos.

Y respecto a la historia, qué decir. Es un caos xd. Pero es nuestro caos. No es ningún misterio que todo el primer libro es improvisado, y casi todo el segundo también. El segundo empezó a estar más preparado en su recta final, y más o menos al principio también tenía cierta idea. Os podéis creer que Seya ni siquiera la había pensado? Me dejé llevar escribiendo y su personaje literalmente nació solo. Se hizo un hueco en la historia, atrajo los focos hacia ella y encauzó el rumbo durante una buena parte del segundo libro. Pero literalmente empecé a escribir su personaje de la nada, no había nada planeado, solo apareció. Nació para brillar como una estrella. Y tres cuartos de lo mismo con todo este libro, y esta historia.

Mucha improvisación, pero también muchas aventuras, risas y lágrimas, y dedicación a seguir escribiendo y mejorando. Creo que es bestial comparar cualquier capítulo del primer libro, o incluso del principio del segundo, con la recta final del mismo. Con esta historia crecí no solo como persona, sino también como escritor, y todos vosotros habéis estado aquí para verlo, para acompañarme.

La verdad es que estuve muy tentado de darle un final feliz a la historia. Después de tanto tiempo, y con lo que significó para mí, me dolía imaginar un final trágico para cualquiera de ellos. Pero quería que, de alguna forma, se quedara grabado en vuestros corazones, aunque solo sea una sensación, un recuerdo, una emoción. Y el final que venía maquinando en mi cabeza desde hacía tiempo no apuntaba a una resolución mágica y feliz, sino a un terrible sacrificio tan cruel e injusto como la vida misma, como el mundo que refleja la historia.