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San se despertó primero que todos, y se sentó en su cama tanteando para encontrar a Shiber. Al no sentirlo, abrió sus ojos para hacer una mejor busqueda, enterandose después de que no estaba en la cama. Alarmado de pronto, y más despierto, se comenzó a mover, y poco después lo vio en el suelo.
Sonrió aliviado, t soltó un suspiro mientras se preparaba para bajar de la litera. Apenas lo abrazó, su mente se aclaró recordándole que día era.
Navidad.
El pequeño miro a su perrito, pensando que este le había recordado la fecha tan importante. Por supuesto, San había celebrado Navidad en los años anteriores, pero en la casa hogar las cosas eran un poco distintas. Para comenzar, no había intercambios, y si lo había, era de cartas. Allá, también les hacían escribir cartas a Santa Claus y las colocaban en el árbol de su dormitorio. Pero jamás despertaban encontrando regalos ahí.
El viejo regordete de traje rojo aparecía a la hora del desayuno, con un gran costal donde les entregaba personalmente regalos. San los recibía emocionado, pero él siempre notó que no era el verdadero Santa Claus, su barriga se notaba muy falsa, y en más de una ocasión le pillo levantándose la picosa barba falsa y rascando su mentón. Descubrió que se trataba del intendente del lugar.
Siempre pensó que el auténtico Santa Claus solo visitaba a las familias.
Por ello, San estaba seguro de que esa sería la mejor Navidad de todas. El pequeño se fue corriendo a la puerta, pero antes de tomar el pomo, se detuvo. ¿Estaría Santa Claus dando vueltas por la sala?, ese pensamiento le hizo sentirse mal, tal vez el buen hombre buscaba galletas y el niño no le dejo siguiera un vaso con leche, tendría que disculparse por eso, no quería estar en la lista de niños malos.
Estuvo de vuelta por salir cuando escucho algo detrás de él. JongHo estaba trepándose por los barandales de su cuna, como todo un experto. El pelinegro sabía hacerlo sin caerse en el intento. Entraba y salía de su cama cuantas veces el quisiera. Ni si quiera estaba en el suelo cuando San llego a él y efusivamente le abrazó.ㅡ ¡Es Navidad!, ¡Es Navidad Jonggie!
El menor le rodeó el cuello porque San le cargó, dando saltos emocionado. JongHo hizo un ruidito con la boca parecido a un quejido, pero sonrió al sentir las vueltas e incluso rio. Había escuchado la palabra Navidad, y como otras, esa era sinónimo de regalos.
Apenas le regresó al suelo, ambos fueron para despertarles, San fue con WooYoung y JongHo con MinGi. Gritaban, celebrando que era Navidad, despertando a sus hermanos. A diferencia de otros días, se despertaron con facilidad, y con la misma emoción de sus hermanos. Yeosang fue sorprendido por sus saltos en su cama y moviéndole entre gritos. Ya sabían que el mayor de ellos le costaba levantarse, así que fueron juntos a quitarle el sueño.
