⓿❸❽. ❝Nueva rutina❞

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JongHo podía llegar a desesperarse muy fácil con sus hermanos

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JongHo podía llegar a desesperarse muy fácil con sus hermanos.

Que fueran muy ruidosos cuando el quería silencio, que no le dejaran jugar, que le prohibieran cosas y que ke regañaran llegaba a molestar bastante a molestar bastante al pelinegro. Sobre todo cuando le quitaban sus amadas manzanas dulces. Él les gritaba todos los días, se quejaba con sus padres y algunas veces les atacaba a golpes o dejándoles cosas. Todo dependía de que le hicieran. Sin embargo, les extrañaba demasiado.

Los días sin sus hermanos eran largos para el niño, se aburría mucho. Y lloraba. Al despertar y notar que los revoltosos niños mi estaban, lo primero que hacía era dejar que las lágrimas brotarán de sus ojitos sin control. Y se ponía peor si despertaba y los veía irse. La pareja intentaba que continuase durmiendo para que al momento de dejar a los demás a la escuela, no lo notara, pero no siempre era posible.

A veces parecía que tuviese una alarma interior, que le alertase cuando sus hermanos se alejaran de él.

Era muy tierno, pero tanto a HongJoong como a SeongHwa les costaba bastante calmarle. A veces pasaba hasta una hora para que pudiera distraerse con algo, o para que volviera a dormir. Y para sus hermanos era muy lindo ver que JongHo sentía su ausencia, que los quería a pesar de que les demostrará lo contrario cuando jugaban y les hacía caras.

Desde hace días, no había momento más feliz para el pequeño pelinegro que cuando se reunía con ellos.

Ese día estuvo a cargo de SeongHwa. Toda la mañana anduvo jugando con unos muñecos, e incluso durmió un rato en el sofá del estudió de su padre. Cuando despertó, estaba asegurado en su asiento. Parpadeó un par de veces hasta que su vista se acostumbró a la luz solar, vio a SeongHwa conducir y habló.— Seong hyung.— El mayor volteó un momento, sonriéndole.

—Despiértate Jonggie, ya casi salen tus hermanos.

El sueño se esfumó del cuerpo del menor, quien se movió en su lugar inquieto, ya quería verlos.

Dentro se muy poco, el rubio dejó el carro donde siempre y cargó a JongHo en brazos. El niño quería bajarse de ellos para ir corriendo hasta la entrada que ya conocía, por donde sus hermanos se reunían con él. No siempre era así, a veces los veía hasta más tarde en su casa cuando regresaba del trabajo de uno de sus padres, o más noche cuando iban por él a casa de sus abuelos. El punto es que no importaba cómo, siempre que veía se vuelta a sus hermanos quería abrazarles.

SeongHwa le dejó en el suelo, pero sostuvo su mano para que no saliera corriendo como tantas veces había hecho en distintos lugares. Llegaron a la puerta, donde varios padres esperaban por sus hijos. En ese momento solo salían los de kínder, y en una medía hora más eran libres los de escuela, por lo que algunas veces esperaban ahí, y otras daban otra vuelta para ir por ellos.

JongHo no dejaba de estirar su cuello y de estar de puntillas, tratando de encontrar a alguno de sus hermanos en medio de tantos niños con la misma ropa. Soltó un quejido, iba a llorar por no verles. No prestaba atención a la voz de SeongHwa hablando con una maestra, diciéndole de dos niños, y tampoco a la mujer que pasaba los nombres a otra maestra para que fuesen por los niños.

Cuando menos se lo espero, vio a sus dos hermanos correr con sus mochilas rebotando en la espalda hacía ellos, y por supuesto, con Shiber sacudiéndose de un lado a otro en la mano de San— ¡YOUNG-YOUNGIE!, ¡SANSHINE!

Grito ansioso, dando saltitos en su lugar.》¡Ya vienen hyung!

SeongHwa no sabía que era más hermoso, JongHo emocionado por ver a sus hermanos, o el pequeño par corriendo hacía ellos con enormes sonrisas en el rostro.

WooYoung y San chocaron como siempre contra SeongHwa, contentos de volver a verle. Le abrazaban por la cadera, comenzando a hablar sobre su día al mismo tiempo. JongHo le dio un manotazo a WooYoung para que le saludará, y este en seguida volteó a verlo. Las mejillas del castaño se elevaron tanto que sus ojitos se formaron como dos líneas, dejo al mayor para ir con su hermanito y abrazarlo con fuerza, cargándole al punto de que los pies del niño dejaron de tocar el piso por tan solo unos centímetros.

El niño chilló, enfadado por ese acto pero no intentó bajarse, al contrario, abrazó con más fuerza a su hermano mayor. San también fue hasta ellos, y espero a que JongHo volviera al suelo para él también cargarlo, riendo al verle enojado y chillando.— ¡También te extrañé Jonngie!— Dijo San, regresando al suelo al pelinegro.

SeongHwa miro con una sonrisa como los niños interactuaban. WooYoung y San adoraban cuidar de JongHo. Ambos tomaron cada una de sus manitas, para que no se perdiera según ellos, y se acercaron a SeongHwa para continuar narrando su increíble día en la escuela. Había aprendido un nuevo juego, un amigo se había caído en el recreó raspándose la rodilla, y de tarea tenían unas fichas/planas de caligrafía.

SeongHwa escuchó atento las narraciones de los niños, mientras se interrumpían una y otra vez. El mayor solo sonreía, divertido con sus manera de contar los sucesos. Para que el rato pasase más ameno, compró helados a los niños al vendedor que siempre ponía su carrito frente a la escuela a la hora de la salida.

Así degustando JongHo su helado de galleta, San de vainilla y WooYoung de chocolate, los de escuela comenzaron a salir. SeongHwa volvió a acercarse a la entrada para repetir la acción de hacía rato, dar su nombre y el de los niños, mientras el trío más pequeño se quedaba a su lado.

Primero apareció YeoSang, caminado tranquilo hacía ellos. MinGi pasó corriendo a su lado, provocando que el pelinegro le mirara sin expresión. El castaño abrazó a SeongHwa, sonriendo al ver recibido con una caricia en sus cabellos peinados.

El de marca de nacimiento apenas llegó fue abrazado por SeongHwa, quien sonrió al verle un tanto apenado, a veces su hijo se incomodaba con las muestras de cariño. A veces, por que en otras ocasiones, se comportaba como un consentido y le encantaba.

—¿Vamos a casa?— Preguntó a los cinco, obteniendo un grito de afirmación.

WooYoung y San volvieron a tomar las manitas del menor, haciéndolo enojar por que ya no podía seguir comiendo su helado con comodidad. MinGi tomó la mano de SeongHwa quejándose por que el también quería un helado, y YeoSang iba a su lado con un puchero formado en sus labios de forma inconsciente, tenía sueño.

Ya en casa sabía lo que le esperaba. Yeosang tomaría su siesta diaria que se había vuelto de suma importancia para él, MinGi se pondría hacer tarea mientras que WooYoung y San se pondrían a jugar con JongHo hasta que llegara la hora de la comida, luego haría la tarea. Esa era más o menos su nueva rutina, y aunque no lo pareciese, la casa continuaba siendo un caos en ocasiones. Sus niños eran un torbellino de risas y travesuras muchas veces, y los amaba con todo su corazón.

 Sus niños eran un torbellino de risas y travesuras muchas veces, y los amaba con todo su corazón

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Cosas de padres ♡ (SeongJoong, Ateez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora