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HongJoong y SeongHwa acostumbraban salir los Domingos, llevando a los niños a comer afuera, o caminar por las calles de Seúl, incluso algunas veces iban con los abuelos de los pequeños. Pero, aquel día el clima no era muy favorable, a pesar de que las lluvias habían sido tranquilas ese año. Por primera vez el cielo se rompió, desatando una gran tormenta que amenazaba con durar todo el día.
El frio clima invitaba a la familia a estar envuelta en sus cobertores, bebiendo algo caliente y viendo algunas películas.
Todos se hallaban en la sala, con el colchón inflable que usaron la primera vez que el trío de hermanos llegó a dormir con San y Yeosang ya integrados a la familia. Las luces apagadas, a excepción de la de la cocina, todo el lugar con cobijas y sabanas puestas para mayor comodidad.
El ambiente familiar era cálido, y tan silencioso, al contrario del principio, cuando los más pequeños hacían comentarios de la película como si nunca la hubiesen visto y JongHo cuestionaba todas las acciones de los personajes. HongJoong estaba sentado, con una mano ligeramente estirada hacia la derecha, acariciando la mata de cabello negra de Yeosang, permitiendo que durmiese más tranquilo que nunca, abrazando de manera inconsciente el cuerpo de WooYoung, quien también había caído dormido casi al principio de la película, acurrucado al cuerpo del mayor en busca de calor.
La otra mano de HongJoong rodeaba al pequeño cuerpo de JongHo, quien se había puesto en posición fetal para colocar su cabeza en las piernas del castaño, mientras sus deditos jugaban con sus propios labios, totalmente entretenido por la película, mientras lentamente sentía sueño.
También acostado, SeongHwa miraba su celular con San casi sobre su pecho, ya casi sobre su cuerpo, abrazando a Shiber con su brazo enyesado lleno de colores, babeando al perro.
MinGi era quien estaba más despierto de los niños, pero estaba distraído mirando la ventana de la sala que daba con al exterior. Aún con las cortinas entrecerradas, podía ver las gotas golpear el cristal y resbalar por este hasta perderse.
Los minutos continuaron avanzando hasta que la película llegó a su fin, presentando los créditos en una pantalla negra. SeongHwa despegó la vista de su móvil, solo para ver como todos los niños finalmente se durmieron, sin poder evitarlo por la calma que les rodeaba.
Se fijo en su novio, esperando verlo, si no dormido, al menos cabeceando, pero no. Estaba con los ojos cristalizados, mirando a los menores. El rubio dejó el móvil de lado. No podía levantarse, aquello significaría despertara San y no quería eso, no con su amado en ese estado. Estirando el brazo, posó su mano en la rodilla del castaño, dando un apretón para llamar su atención, funcionó.— ¿Estás bien?— Cuestionó en un susurró.
El castaño mordió su labio, negando con la cabeza. Anhelaba un abrazo de SeongHwa, pero sabía que no podría acurrucarse en sus brazos como deseaba, por lo que solo pudo poner su mano sobre la del trigueño.— Yo...— Empezó a decir también susurrando, sin poder hablar más por unos segundos. Necesitaba acomodar todo en su cabeza.—¿No tienes miedo?
—¿Miedo?— ¿Acaso se refería a la tormenta?, Ni siquiera se escuchaban rayos o truenos.
Los dientes de HongJoong volvieron a capturar el labio propio, cerrando sus ojos para contener las lágrimas.— Miedo de que, un día, quieran buscar a sus familiares, a su madre.
SeongHwa tardó en comprender a que se refería. De hecho no lo hizo hasta que HongJoong miró a San, quien restregó de forma inconsciente su rostro en la camisa del rubio. El menor temía a que llegase el momento donde, algunos niños adoptados, desean conocer a sus verdaderos padres, o reunirse con sus parientes de sangre.
—Temo.— Volvió a susurrar, sin retirar sus ojos de la cabeza de San.— Que quieran irse de aquí.
SeongHwa realmente no había pensado en eso, o bueno, en realidad si. Una vez, encontrando una foto donde aparecía su primo junto a, en ese entonces, su novia, y futura madre de sus hijos. Ese día se auto pregunto que haría si ella regresara y quisiera ejercer finalmente su papel de madre.
—¿Y sí, San quiere encontrar a sus padres?, ¿Qué haré cuando Yeosang necesite ver a su hermana y abuela?, ¿Y si BoYoung regresa?— Preguntó, refiriéndose a la madre de los tres hermanos.
HongJoong finalmente miró a SeongHwa, esperando oír una respuesta que calmase su ansiedad.—Amor.— Ambos seguían susurrando, para no despertarles.—Cuando eso pase, si llega a pasar, tendremos que respetar su decisión.
El castaño volteó a ver al pálido niño, no permitiendo que las lágrimas salieran por sus ojos.— No puedo Hwa, no podré, soy demasiado egoísta como para permitirlo.— Murmuró.— Son nuestros hijos.
SeongHwa colocó su mano sobre la de HongJoong, acariciando la parte de arriba con lentitud, mostrando su apoyo.— Hongie, son muy pequeños ahora.
—Ne~necesito protegerlos.— Susurró, con la voz comenzando a afectarse por las ganas de llorar.— No quiero que les rompa el corazón.
》Imagina que ellos no quieran verles.— mordió su labio, negando con su cabeza.— Les destrozara. ¿Y si no es así?. También puede ser que se sientan más felices con sus parientes de sangre, y nos dejen, oh no SeongHwa, por favor, no dejes que eso pase.
El menor realmente necesitaba un abrazo, pero SeongHwa no podía dárselo.
—Princesa.— Le llamó con un tono tan dulce, que reconfortó un poco al castaño.— Míralos.— HongJoong lo hizo, sintiendo su corazón encogerse al verles dormir tan pacíficamente con ellos.— Están aquí y así será por mucho tiempo. Tú y yo les daremos todo el amor que necesiten, y más.
》No hay día sin que los vea con una sonrisa, están felices de estar aquí, lo sabes.— HongJoong sonrió un poco, mirando como JongHo cerraba su manita sobre el pantalón del menor entre sueños, aun sobre su pierna.— Por favor, permanece tranquilo.
HongJoong se tardó un momento en responder. Se quedó pensando, reflexionando las palabras dichas por su novio. Como siempre había logrado la calma.
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