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Con el desayuno ya servido, la pareja lo tomaba en una habitación vacía, ambos recargados en la pared y en silencio. Analizaban el cuarto recientemente desocupado, que anteriormente era como una sala de televisión pero que ahora estaba incluso pintado de un color totalmente diferente al anterior, un naranja claro.
Ahí sería la habitación de su hijo o hija.
Ambos se alimentaban en silencio, sumidos en sus pensamientos. Dos días habían pasado desde que conocieron a los niños, y aún no habían tomado una decisión.
Trataban de visualizar a algunos de los pequeños viviendo ahí pero les costaba. Igual tendrían que comprar una cama o una cuna.
—Cariño.— Comenzó a decir SeongHwa, con sutileza.— ¿Qué piensas?
HongJoong pasó saliva sin mirar a su novio.— Nada, intentó pensar en algo pero de pronto pienso en otras cosas y termina todo revuelto, estoy muy confundido.
Luego volteó a su novio suspirando.》¿Y tú?
—En YeoSang.— Confesó SeongHwa.— He pensado mucho en él.
Mentiría HongJoong si dijese que no había pensado en el pequeño castaño, después de todo, la primera noche luego de verlos no pudo dejar de ver esa carita junto con las palabras de "Yo sé que eso no va a pasar, soy muy grande..."
—Yo también he pensado en él.
Guardo silencio, reflexionando. Adoptar a YeoSang no sería sencillo, él y era grande y seguro le costaría un poco más acoplarse a ellos pero no imposible. Sin embargo, eso también simbolizaba separarlo de San, y por lo que había escuchado aquello no sé lo tomaría bien ninguno de los dos.
—Sí traemos a San, seguramente nos odie.— Pensó en voz alta SeongHwa.— Y si traemos a YeoSang será igual.
En la mente de HongJoong apareció el rostro de ambos pequeños, pero no pasó mucho cuando también pensó en la pequeña Yuna. Su corazón no dio un vuelco como cuando pensaba en un par de varones, entonces lo supo.
—Tendríamos que adoptar a los dos.
Continuaron observándose a los ojos. SeongHwa escucho esas palabras y enseguida decidió dejar la comida de lado, para centrarse en su pareja.
—¿Los dos?
El pelirrojo asintió.— Piénsalo Hwa, nosotros podemos, nuestros trabajos nos lo permiten y ambos son muy lindos.
—Pero habíamos dicho que sería uno Joongie, no dos.
El pelirrojo agachó la cabeza, y no volvió a decir nada. Paso casi un minuto en total silencio, hasta que SeongHwa se puso de pie y abandonó la habitación. HongJoong cerró los ojos, tendría que descubrir la manera de convencer al castaño de adoptar a ambos. A pesar de que era la indicada, de pronto no sé veo A cono padre de alguien más que no fueran ese par se niños.
Volvió a escuchar las pisadas de su pareja entrando al cuarto y levanto la cabeza. Él se hincó frente a HongJoong y suspiro.— Vamos, hay unas camas que comprar y un cuarto que decorar.— Y le sonrió con sinceridad.
Una preciosa sonrisa se extendió por el rostro de HongJoong, quien se lanzó a su pareja para ambos acabar en el suelo. Le dio varios besos a su novio, mientras SeongHwa reía encantado.
—¿No lo dices por que sientes que debes hacerlo?, serán nuestros hijos Seong, quiero que estés seguro.
El castaño subió una de sus manos hasta el rostro de su amado, acariciando su mejilla a la vez que sentía.— Sí quiero Joongie, quiero ser padre de esos dos pequeños, contigo. Quiero que San me dé dulces del bolsillo de su pantalón y hacer que YeoSang se comporte como un niño.
HongJoong volvió a sonreír, y no se privó de darle un amoroso beso a su pareja. Se apartaron hasta que el aire les faltó.
》Así que levántate hermoso, tenemos que adecuar esta habitación para que sea perfecta para nuestros pequeños
HongJoong volvió a besar a su pareja sabiendo que él estaba inseguro de lo que haría, pero ya se encargaría de transmitirle la seguridad que necesitaban. Estaba a su lado, y eso nadie lo iba a cambiar.
—Vale, iremos, pero primero déjame acabar el desayuno. Deberías hacer lo mismo.— Ambos rieron, y sin mas se sentaron de vuelta en el suelo para terminar el que sería uno de sus últimos desayunos solos en mucho tiempo.
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