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HongJoong estaba recostado en el sillón, con sus lentes puestos mientras observaba la imagen de su celular. Estaba teniendo una vídeo llamada con su novio, quién le avisaba a qué hora arribaría a Corea el día siguiente.
—¿Seguro?, No creo que sea sencillo cuidarlos en un aeropuerto.— SeongHwa habló para luego darle un sorbo a la botella de agua que estaba bebiendo.
—Claro, aparte no dejan de insistirme en que quieren ir por ti, si llegó solo se van a enojar conmigo.— Respondió. El pelinegro río, creando esa imagen en su cabeza.
—De acuerdo, los veo mañana.— Ambos adultos agrandaron sus sonrisas, una semana podía ser mucho tiempo. SeongHwa levantó el brazo con el que no sostenía el celular, celebrando.— ¡Finalmente!
HongJoong colocó sus dedos frente a sus labios para que la risa no se escuchara tan fuerte, y no llamar la atención de sus pequeños que veían una película en la habitación de sus appas. Quería hablar un momento a solas con su novio, y apenas se enterasen que se había comunicado, le quitarían el celular.
—Entonces lo veo mañana señor Kim.
—¡Mami!— Los dos oyeron el grito de Yeosang, y el moreno vio el momento exacto en que HongJoong suspiraba y cerraba sus ojos para responder.
—¿Qué ocurre?
—¡WooYoung está llorando otra vez!
El castaño estaba seguro de que se trataba de otro berrinche por ver al adulto, le extrañaba mucho, y más atención y mimos que recibía por parte de él. HongJoong abrió sus ojos, encontrándose con la media sonrisa de SeongHwa.— Vuelve ya.— Susurró, no solo para que le ayudase en esas situaciones, si no por que también lo extrañaba muchísimo. El mayor sonrió, deseando besar esos labios que llamaban mucho su atención.
—¡Mami Hongie!— Ahora fue WooYoung, y el mayor se sentó en el sillón escuchando sus pisadas acercarse. Susurró a SeongHwa algo como que esperase un momento, pero el pelinegro ni lo oyó. Dejó el móvil sobre la mesita ratonera, y se giró para ver como el cachetón venía corriendo, con sus mejillas empapadas.
Para WooYoung solo había dos tipos de berrinche. O no quería nadie le tocara hasta que cumpliesen lo que quería, o buscaba mimos para que al chiquearle le diesen lo que pedía. HongJoong comprendió que este era del segundo tipo cuando llegó hasta él y extendió sus brazos sin dejar de llorar, rogando por un abrazo reconfortante.
Entre sollozos se acomodó entre los brazos de su mami, llamando el nombre del adulto que se encontraba fuera del país. Lo arrulló un momento, para calmarlo, besando sus cabellos castaños.— Appa Hwa ya viene mañana, ¿Lo recuerdas?
La nariz moqueada del menor hizo un ruido, y HongJoong sonrió apartándolo un poco de su pecho, para limpiar sus mejillas mojadas, y de paso acomodar su flequillo.— Ya qui~quiero que venga.— Jadeó al terminar, y volvió a soltar un sollozo.
