¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El despertador sonó puntal. HongJoong escuchó los pitidos de su móvil, anunciando que el día comenzaba. Sintió algo sobre sus labios, abrió los ojos con lentitud para ver.
Como sospechaba, se trataba de la mano de JongHo, quien estaba desparramado a su lado, con piernas y brazos bien estirados mientras dormía. Suspiró al quitar su manita, y procedió a moverse.
Con sumo cuidado intentó salir de su cama. Y es que desde hace días parecía una misión imposible.
Desde la primera noche que SeongHwa estuvo ausente, Yeosang en seguida dijo que dormiría con su mami para cuidarle, y sus hermanitos se sumaron. HongJoong al principio pensó que aquello era muy tierno de su parte, por lo que no dijo nada y se preparó para dormir con sus cinco hijos en una misma cama, sin saber que ya a la segunda noche se sentiría asfixiado. Pero no podía decirle que no a sus hermosos niños.
Por eso tenía a Yeosang acostado del lado de SeongHwa, San casi en la orilla, JongHo a su lado y MinGi del otro. Y, por alguna razón que desconocía, uno de ellos siempre terminaba en el suelo a pesar que antes de dormir siempre estaban acomodados. Esa mañana, WooYoung amaneció sobre las almohadas y cobijas que HongJoong colocaba por precaución. El adulto logró ponerse de pie sin despertar a nadie, aunque no debería preocuparse porque sus pequeños no despertaban a menos que les sacudiera. Ni siquiera los continuos pitidos de la alarma perturbaban su sueño.
HongJoong se estiró, y fue hasta WooYoung para levantarlo del suelo. De forma automática, WooYoung abrazó a su mami y recargó su cabeza en su gran hombro, continuando dormido.
Le dejó en la cama, y después de apagar la alarma, se marchó de su habitación.
Como si se tratase de un robot, el castaño iba de un lado a otro por la cocina haciendo todo de manera automática. Tenía un ojo medio abierto, y el otro cerrado. No quiso esmerarse en la elaboración del desayuno, por lo que servía solamente vasos de leche para dejarlo en cada uno de los lugares que ocupaban los niños. Ya sabía dónde se sentaba cada uno, así que ponía sus vasos preferidos según el lugar. De una caja tomó paquetes de galletas, y los fue repartiendo. Regresó a la cocina para hacerse un café, que tomaría en camino a su trabajo, dejándolo en un termo rojo.
Se encaminó al baño para entrar a darse una ducha rápida, para despertar completamente. En menos de diez minutos ya estaba yendo a su habitación, con una bata roja cubriendo su cuerpo y una toalla secando sus cabellos castaños.
Entró a su cuarto, dejando la puerta abierta para que la luz se filtrase y le ayudase a ver la ropa que iba a usar. Se vistió con rapidez, y luego de ponerse sus zapatos, fue hasta sus pequeños para comenzar a despertarlos. No sabría decir que momento del día era el más complicado para él, sin SeongHwa. Las mañanas, eran una batalla bastante dura.
—¡Arriba!— Cantó, moviendo a sus pequeños. Oyó quejidos y pucheros.— ¡Hay que levantarse!
—No quiero ir a la escuela mami.— Se escuchó por parte de MinGi.
Fue hasta él, y le cargó para dejarlo de pie en el suelo. Frotando sus ojos, se fue hacia su habitación para buscar su uniforme, que ya estaba listo a los pies de su cama.
Repitió el proceso con San, y el castaño tardó más en caminar, primero se quedó balanceándose un poco por el sueño, con los ojos cerrados. Sin dejar de abrazar a Shiber, se marchó tras su hermano. Yeosang, quién recién se sentaba poco a poco tratando de abrir sus ojos. Vio a HongJoong cargando a WooYoung, intentado despertarle. Intentó apoyarse en sus manos para bajarse de la cama, pero al hacerlo, sintió caliente, y húmedo. Volteó a ver a la zona, gritando molesto al ver que era cerca de la cadera de JongHo.— ¡Mami!, ¡JongHo se orinó!
HongJoong miró a la parte que apuntaba Yeosang, ya despierto y con una expresión de asco. Exagerando, miró su mano con terror y se fue corriendo al baño, para desinfectar su mano.
El adulto suspiró dejando en el suelo a un WooYoung más despierto, quien salió del cuarto sin ver a donde iba.
Los brazos del castaño cargaron a JongHo, viendo una mancha en la sabana. Tendría que cambiarlas lo más pronto posible. Primero se llevó al pequeño al baño para darle una ducha, aprovechando para despertarle. Obviamente el menor comenzó a quejarse, pues odiaba bañarse tan temprano. Salió con su bata rosada, temblando, y HongJoong le cargó hasta su cuarto.
Todos tenían ya puestos sus uniformes, Yeosang le había ayudado. Justo en ese momento abrochaba los zapatos negros de San. Le agradeció a su fanático del pollo, y les pidió que fuesen a desayunar mientras vestía al más pequeño. Cuando JongHo se reunió con sus hermanos, sus ojos brillaron al ver que desayunaría galletas.
Mientras HongJoong cambiaba las sabanas sucias por unas limpias, los cinco niños disfrutaban de su pequeño desayuno. Así iniciaban los días sin SeongHwa en casa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
