48.

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Una hora y media después me estaba subiendo al avión privado para partir hacia Madrid. 11 horas y un poco más me esperaba por delante. Llegaría en la mañana, cerca del mediodía. Aunque yo no tenía noción del tiempo, mi mundo se había parado. No procesaba la información. En esa hora y media no quise que nadie me hablara ni preguntara. Solo le dije a Paco, quien rápidamente empezó a suspender los conciertos y preparar nuestra vuelta.

No me importaba absolutamente nada, solo ella. Y tan solo pensar como podría estar me destrozaba.

Piso al fin Madrid, por lo que me sacan por otra salida y lo agradezco. Había periodistas esperando, ya que querían saber el motivo de la suspensión de los conciertos que quedaban y mi vuelta a España. Le pedí al chofer que me lleve directo a mi casa, quería coger el coche para ir tranquilo y solo.

Hermano.- suelta Flavio levantándose al verme. Llegó a él y me abraza fuerte.- todo va a estar bien.- suelta al separarnos.

Esperemos.- suspiro.

Hugo.- dice sam abrazandome.- lo siento mucho.- susurra.

Donde está.- pregunto mirándola. Ella suspira.

Al final del pasillo, está sola, no quiere ver a nadie.- suelta y cierro mis ojos.- ni siquiera sabe que venías, no ha hablado mucho de igual manera.

Cuéntame más detalles.- suelto y me mira con una mueca.

Tenía un mes y medio, no logro prenderse bien y al hacer mucha fuerza estos días al vomitar no ayudó mucho, aparte el problema que ella tiene, sabes que las posibilidades eran pocas.- suspira. Y cierro mis ojos lamentándome.

Se puede pasar, necesito verla.- ella asiste rápidamente.

Ve, te va a necesitar.- suelta acariciando mi hombro.

Gracias por estar aquí.- suelto mirándolos para luego despedirme de ellos y caminar hacia su habitación.

Las piernas me tiemblan. Mis ojos quieren aguarse pero trago fuerte para que eso no suceda. Quería mantenerme fuerte delante de ella. Llegó a la puerta indicada y respiro antes de entrar.

Y allí está. Mirando hacia la ventana qué hay en la habitación. Pérdida en sus pensamientos, ni siquiera se da cuenta de mi presencia. Recién se entera cuando llego a su lado y toco su mano. Se sobresalta y me mira, su nariz roja y sus ojos hinchados de tanto llorar. Esos ojos que tanto me gustaban pero ahora transmitían tristeza.

Hugo..- logra susurrar y sus ojos se cristalizan.

Hola mi amor.- suelto despacio. Su llanto aparece. Cierro mis ojos y la atraigo hacia mi para abrazarnos.- todo estará bien, saldremos de esta juntos, te lo prometo.- suelto en su oído mientras acaricio su cabeza.

Perdóname.- suelta y la miro sin entender.- perdóname, esto es culpa mía mi amor.- yo niego rápidamente.

No es culpa de nadie, son cosas que pasan.- suelto agarrando su cara.

Y justo a nosotros debe pasarnos.- dice mirándome.- por que la vida debe ser tan injusta con nosotros, por qué.- pregunta entre llanto. Mis ojos se nublan por las lagrimas que quieren salir pero se retienen. Apoya su cabeza en mi pecho y la abrazo nuevamente.- déjame.- suelta de repente.

Que.- suelto alejándome un poco.

Déjame, vete.- dice empujándome.

Eva no hagas esto.- suelto mirándola.

Esto es toda mi culpa, no tuve los cuidados que debía.- dice negando.- me odias verdad, dímelo.- suelta secando sus lagrimas.

No es tu culpa mi amor, entiendolo, ni tú ni yo lo sabíamos, sino yo también te hubiera cuidado como debía.- digo triste queriendo tocar su mano y la corre.- y no, como se te ocurre eso, no te odio, claro que no lo hago. Mi amor, todo estará bien, vamos a salir de esta, yo voy a estar a tu lado para sostenerte y ayudarte a salir.- digo y niega llevando su pelo atrás de su oreja.

Enredados. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora