Capítulo 72: Sentimientos

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Tal como todas las mañanas, Adrien llegó temprano a la escuela, no habiendo nadie más que él para esperar a sus compañeros. Y no tanto a sus compañeros, sino a Marinette. Tenía demasiados motivos para ser feliz. Había aceptado que sus sentimientos hacia ella eran totalmente genuinos y reales, y de algún modo, eso lo había ayudado a intentar llenar ese vacío en él.

Ese vacío que Emilie había dejado al irse. Haciendo garabatos en una hoja de papel, fue interrumpido por Nino. – Veo que madrugaste, Nino – dijo con diversión. El moreno se sentó en su lugar habitual. – Mi mamá me pidió dejar a Criss en la escuela antes de venir aquí – explicó. Nino miró con picardía la hoja que Adrien rayaba, notando ciertas flores y corazones en ella. - ¿Qué? ¿Tu carta de amor para Marinette? – preguntó burlesco. – Shhh – Adrien lo silenció. - ¿Crees poder bajar la voz respecto a eso? –

Nino comenzó a reír. – Viejo, ¿por qué callarlo? – cuestionó alzando los hombros. – Ya es hora de que le digas – dijo poniendo una mano en su hombro. Adrien desvió un poco la mirada. – No estoy muy seguro, ¿crees que ella... no sé, tenga idea de que siento algo? – Nino casi se da topes con la mesa.

¿Pretendes que se entere por telepatía? – preguntó irónico. El rubio se puso algo nervioso. – N-no bueno, me-me refiero a que... Un día leí que a veces las expresiones corporales dan a relucir lo que uno siente, ya sabes – intentó explicar. Nino lo escuchaba con atención y sonrió. – Te refieres a que, por ejemplo, por la manera en que la miras, ¿sea notorio? – cuestionó. Adrien asintió. – Si, pero aquí tenemos un problema – aseguró Nino. - ¿Cuál? – preguntó Adrien. Nino le palmeó la espalda. – Que comparo al Adrien de antes, con el Adrien de ahora, y honestamente, tu siempre has mirado diferente a Marinette – explicó.

Adrien parecía no entender del todo lo que su mejor amigo decía. – No comprendo – admitió avergonzado. Nino respiró hondo. – A diferencia de las demás chicas, tú siempre has visto diferente a Marinette, desde hace mucho. Incluso antes de salir con Kagami, siempre la cuidas, la apoyas. A lo que quiero llegar, es que quizás no se dé cuenta porque tú siempre la has tratado bien, has estado ahí. Aunque decías que ella era "sólo tu amiga" – resaltó entre comillas. – Siempre has estado a su lado –

Su relación ha evolucionado mucho, lo cual es fantástico. Así que arriésgate. Ahora regreso, iré por el libro de química a mi casillero, lo olvidé – dijo saliendo con rapidez de ahí. Si Nino lo había enredado, quizás ahora estaba un poco peor. - ¿Tú crees eso Plagg? – preguntó abriendo su camisa y mirando a su gatuno amigo. El pequeño kwami asintió. – Yo te lo dije mil veces, siempre has buscado su cercanía. Cuando se enojó por ese asqueroso chicle, te empeñaste en decirle la verdad. Todo el tiempo te preocupabas por agradarle, por hacerla sentir bien y ni hablar que no respetas su espacio personal –

¿Qué quieres decir con eso? – preguntó Adrien arqueando la ceja. - Recuerdas aquel día en que... ¿cómo era? – pareció pensarlo. - ¡Problemática! ¿atacó? – el rubio asintió. – Le preguntaste sobre si era tu fan, ¿qué necesidad tenías de acercarte a escasos centímetros de ella? – Adrien recordó ese momento, divertido y tierno a la vez. – M-me gusta mucho la moda y... - se puso totalmente nerviosa. Adrien se acercó ventajista a ella. - ¿Estás mintiendo? – preguntó casi asechándola.

Sonrió al recordar sus titubeos y nerviosismos. Cierto, ya no eran tan frecuentes. Quizás ahora los valoraba mucho más, pues casi se golpeaba mentalmente, la respuesta estaba ante él. Esas actitudes raras, siempre fueron porque ella estaba enamorada. - ¿Ya terminaste de recordar? – preguntó Plagg. – Y nunca la llevé a esa sesión de fotos – se limitó a decir. - ¡Tengo una idea! Le pediré permiso a mi padre para la siguiente sesión de fotos, ¡para llevar a Marinette! – decidió con emoción.

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