Nuevas Batallas

Capítulo 48: Flashback I: La confesión de Carlos

Nota: Antes de comenzar a leer, este y el siguiente capítulo se desarrollan casi a la par del viaje de Adrien al futuro, son los 3 días que Marinette pasará fuera de París y como vimos en capítulos anteriores, los pasará en Londres y en Escocia. La pelea de Aspik y Multimouse aun no ocurre. Esta vendría siendo la continuación del capítulo 43. ¡Espero lo disfruten!

¿Te gustaría venir conmigo a Londres? – preguntó nervioso. Marinette abrió los ojos con sorpresa, pues dicha propuesta no se la esperaba. Volteó ligeramente hacia arriba y contrario a lo que esperaba, Tikki la animaba a decir que sí. – Piénsalo, aún hay tiempo de una respuesta – le dijo Carlos tomándola de los hombros. El claxon sonó afuera, anunciando que su auto lo esperaba. – Te veo mañana Carlos – le dijo ella dándole un dulce abrazo. – Hasta mañana parisina – le dijo él con una sonrisa y marchándose. Se dirigió a su habitación aun pensando en la propuesta. – Deberías ir Marinette – le alentó Tikki. – No sé... no quiero dejar París y – Tikki la interrumpió. – París estará bien, Kaalki te puede ayudar para ir y venir, ¿no lo crees? – le dijo con dulzura.

La azabache sonrió de lado. – Está bien, iré – dijo con una leve sonrisa. La mañana del lunes llegó con rapidez y la emoción en ella crecía, volvería a Londres otra vez, y no sola, junto a Carlos. Quizás no tenía mucho de conocerlo, pero sin duda, el italiano tenía un lugar importante en su corazón. Estar con él era una conexión que ella podía describir como "inexplicable". - ¡Marinette, ya llegaron por ti! – le gritó Sabine desde abajo. - ¡Ya voy mamá! – gritó dándose prisa en bajar las escaleras. Se despidió de Tom y Sabine con un abrazo y subió al auto con Carlos y Andrea. Marinette bajó el vidrio. - ¡Mamá! Avisa en la escuela que no estaré. ¡Los amo! – se despidió y emprendieron el viaje a la estación. Horas después, llegaron finalmente a Londres. - ¡El Big Ben! – mencionó Carlos con emoción, pues Londres era de las pocas ciudades que no había visitado.

Llegaron al hotel. – Marinette, tu habitación es la número trece en el segundo piso. Mi habitación es la de al lado y la de Carlos está enfrente – le informó Andrea. El lanzamiento es mañana en la noche, así que descansen y aprovechen para conocer la ciudad. - ¿Un tour por la ciudad, parisina? – preguntó él. Marinette asintió. – Descubriremos Londres juntos – le dijo ella con emoción. Salieron del hotel en dirección al Palacio de Buckingham, la residencia de la reina. - ¡Es increíble! – decían al mirar la estructura del palacio. Fotos entre ellos no se hicieron esperar, no sólo frente al palacio, inclusive junto a los guardias de la puerta. Su recorrido continuó por el Ojo de Londres, la noria más famosa de la ciudad, la Galería Nacional, los jardines, en fin, Londres era una ciudad que tenía mucho que ofrecer. Llegaron a un pequeño restaurante a descansar un momento y tomar un café. – La ciudad es hermosa – dijo Marinette, realmente estaba disfrutando el viaje. Carlos asintió. – Es fantástico salir de la rutina – mencionó el italiano. El teléfono de Marinette sonó. "Es Nadia Chamack con las noticias esta tarde en París. Un villano que se hace llamar Hechicero, está ocasionando que todos los parisinos tengan poderes mágicos y se dañen unos a otros, estamos en espera de Ladybug y Chat Noir para que salven a nuestra ciudad".

A-ahora re-regreso, iré al baño – dijo Marinette con nervios. Carlos asintió y sacó su teléfono un momento. La azabache se encerró en un baño y abrió su pequeño bolso. - ¿Lista Kaalki? Fase 1 del plan – dijo con decisión. Se transformó en portadora del miraculous del caballo y abrió un portal a París. Una vez allá, se transformó en Ladybug y entró a la batalla junto a Chat Noir. Se despidió del chico con rapidez y regresó a Londres sin problema. – Akuma del día, derrotado – dijo con una sonrisa. Salió del baño y Carlos seguía ahí esperándola. – Lamento la demora, había algunas chicas adentro – dijo Marinette. Carlos negó. – No pasa nada – Marinette arqueó una ceja. - ¿Ocurre algo? – preguntó. Él asintió. – Necesito hablar contigo, pero no aquí – le dijo.