Capítulo 19: Olvidando los Problemas

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Antes de comenzar con el capítulo: ¡Wow,  2 mil lecturas! Gracias por el apoyo y sus buenos comentarios.  Decidí subir este capítulo por haber llegado a ese número, gracias otra vez :) Esperen el capítulo #20 este lunes y un pequeño spoiler al final de este capítulo. 

Marinette y Carlos caminaban por algunas de las calles de la ciudad. La vista era sumamente hermosa. El chico le señalaba y le contaba datos interesantes sobre algunas construcciones de la ciudad. – La ciudad es muy bonita - decía Marinette mientras tomaba algunas fotografías. – Supongo que no tan hermosa como París- le respondió él riendo. La chica asintió. – Cada ciudad tiene lo suyo ¿no? – ambos rieron al mismo tiempo. – Ya hemos caminado bastante, ¿te gustaría sentarte? – le preguntó él. Tomaron asiento y Marinette comenzó a observar el cielo, se sentía bien, como si un cambio era lo necesario en su vida. El teléfono de Marinette sonó. Alya le había enviado las fotos de ese día. Comenzó a verlas, ver a Adrien en las fotos le recordaba todo lo que había pasado. Carlos notó su expresión de tristeza y se aventuró a preguntar. - ¿Ellos son tus amigos? – preguntó señalando su celular.

Marinette asintió. Le presentó a cada uno de sus amigos en las fotografías con alegría. – Marinette- dijo el chico viéndola a los ojos. - ¿Por qué viniste de tan lejos a un desfile? – La expresión de ella cambió, se cruzó de brazos. – Que-quería escapar... de todo- dijo ella con una leve sonrisa. El chico la observó sorprendido, no quiso decir más. Sabía que algo fuerte había pasado, pero para no incomodar cambió el tema. - ¿Te gustaría comer algo? – le preguntó mientras se levantaba de la banca. Marinette lo miró con extrañeza y observó la hora en su celular. - ¿A esta hora? – le cuestionó. Él asintió. – Conozco un buen lugar donde venden pizza y sigue abierto, claro si quieres pizza- rio el levemente rascándose la cabeza. – Me parece bien, tengo mucho sin comer pizza, además Italia se caracteriza por eso ¿no es así? – Él asintió.

Un chofer pasó por ellos. El chico abrió la puerta para ella y la dejó entrar primero, después él entró y cerró la puerta. – Llévanos al parque della Vettabbia- le dijo el chico al hombre. Minutos después llegaron. – Marinette, este es el parque della Vettabbia- dijo él presentándole un bello parque iluminado por luces doradas. En el rostro de Marinette se pintó una sonrisa. – Es... hermoso – decía con entusiasmo. – Es uno de los parques más bellos de Milán y hacia allá está mi restaurante favorito. Ambos llegaron a un pequeño, pero muy acogedor restaurante, decorado al estilo vintage. Tomaron asiento en una mesa junto a la ventana y un chef se acercó a ellos. - ¡Ah, mi estimado Carlos! ¡qué gusto verte de nuevo! – decía el hombre emocionado, se acercó al chico y le dio unos pequeños golpes en la espalda. – Hola Giuseppe – saludó él alegremente.

Venimos por la mejor pizza de la ciudad- le dijo el chico animado. – Para mi mejor cliente y su novia, lo mejor- ambos se vieron sorprendidos y nerviosos. El chico rascó su cabeza. – Ella... es una amiga de París – dijo con simplicidad. El hombre volteó a ver a Marinette. – Mucho gusto señorita, disculpe la equivocación- Marinette negó con una leve sonrisa. – Es que Carlos nunca viene acompañado a este lugar, en unos minutos les mandaré una deliciosa pizza – dijo el hombre retirándose. Lo primero sorprendió a Marinette. – Carlos... ah... yo... - decía Marinette nerviosa. El chico volteó a verla y asintió. - ¿Sí? -. - ¿Te puedo preguntar algo? – el chico sonrió. - ¿Por qué tu madre y Giuseppe... - le decía Marinette cuando el chico la interrumpió. - ¿Por qué dieron a entender que no tengo amigas? – le preguntó él.

Marinette se sorprendió. – Eh...yo, lo si-ento, no fue... - el chico le tomó la mano y le sonrió dulcemente. – Marinette, no debes disculparte por todo cuando estés conmigo, ¿de acuerdo? – Ella lo vio fijamente y una tranquilidad que no sentía hace mucho tiempo, inundó su corazón. – Verás, el ser hijo de una mujer como mi madre, tan reconocida, hace que todas las chicas que conozco se acerquen a mí por obtener algo más – le dijo el chico mientras miraba por la ventana. Marinette lo miró con sorpresa. – Creen que, al acercarse a mí, pueden obtener una oportunidad como modelos en la empresa o algo similar, por eso, siempre trato de pasar desapercibido en cualquier lugar – decía el chico con desánimo. – Pero eres un chico fantástico, amable, divertido- le dijo Marinette tratando de levantarle el ánimo.

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