Y parecía que el tiempo se había detenido en esas simples palabras.
Tu padre es Hawk Moth.
Adrien se sentía como si en realidad estuviera paralizado, aún más de lo lastimado que ya estaba. Flashbacks vinieron a su mente, de aquel día en el que junto a Ladybug, sospecharon de su padre. Todo coincidía lo suficiente para ponerle rostro al enemigo que tanto los había perseguido.
¿Qué había hecho al final? Despistarlos. Y su plan maestro fue akumatizarse a sí mismo. Era un genio. Así nadie dudaría de él, ni siquiera su propio hijo.
Pero así como su mente heroica construía una nueva percepción de todo, su mente humana, su mente de hijo se destruía totalmente.
- No es cierto... Dime que no es cierto - dijo en un susurro. Pero Félix se mantuvo en silencio y esa mínima esperanza de que su primo le dijera lo contrario, se esfumó. Adrien se dejó caer al suelo de rodillas, con la rabia corriendo por sus venas. - Adrien, levántate - dijo Félix inclinándose junto a él para apoyarle.
Y fue ahí cuando Félix se dio cuenta que Adrien estaba llorando. Como un niño pequeño que se había lastimado la rodilla al caer en el suelo del parque. Inconsolable. - Adrien, cálmate - pidió Félix en tono sereno. Adrien levantó el rostro.
- ¿Qué me calme? ¿Cómo demonios quieres me calme, Félix? ¡Si mi padre es Hawk Moth! ¡Un monstruo! - gritó. - Tu primo tiene razón, debes calmarte - le sugirió Plagg abrazándose a él. Y fue ese sincero abrazo el que de algún modo logró serenar a Adrien.
Pero las lágrimas en él no cesaban. - Vete - pidió a Félix. El inglés tragó duro, era difícil ver a su primo en esa situación, sin embargo, tarde o temprano, eso debía pasar. Era el camino que seguía en la vida de Adrien.
- Adrien, escúchame. Aún hay cosas que debes saber y - Félix calló al momento de ver a Adrien levantarse. - Vete, quiero estar solo - dijo con enojo en sus palabras y abriendo la puerta para que él saliera. - Adrien - Félix insistió.
- Largo - finalizó Adrien y prácticamente sacó a su primo de la habitación.
Tras cerrar la puerta y quedarse únicamente con Plagg, Adrien se derrumbó una vez más. Ni siquiera ánimos tenía de saber más. No quería decepcionarse más. Y ni siquiera tenía ganas de refutar o contradecir a Félix.
Se dejó caer nuevamente al suelo, llorando y gritando, deseando que nada fuera real. La admiración que sentía por su padre, si es que a la admiración se le podía llamar temor, se había esfumado.
No quedaba nada de su familia. - ¿Por qué Plagga? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué no puedo ser feliz por una vez en mi vida? - preguntó en el llanto, recargándose en la puerta de su cuarto.
Adrien jalaba su cabello con brusquedad, casi golpeando su cabeza. Como queriendo escapar de esa cruda realidad en la que ahora estaba sumergido. Y más recuerdos venían a su mente, precisamente los de los últimos meses. Aquellos en los que Gabriel lo hacía a un lado por entrar a su oficina a trabajar.
Y únicamente eran mentiras. La realidad era que su oficina era el prefecto escenario para disfrazar sus fechorías. Esas que tantas veces logró vencer junto a Marinette. Esas que más de una vez lo pusieron en peligro a él. Y esas en que más de una vez, casi le quita a Marinette.
Y ahora entendía tanta consideración a Hawk Moth. Ella lo había hecho por Adrien. Le había otorgado tiempo al peor ser que pudiera existir en París. Y su lady, había hecho una promesa con tal de salvarlo. Fusionaría los miraculous para él. Recordó todas esas palabras, esa promesa específicamente.
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Nuevas Batallas
FanficDespués de la Batalla por los miraculous, Marinette es la nueva guardiana. Un gran peso en sus hombros se hace presente, pero tiene a su fiel amigo y compañero que siempre está junto a ella. ¿Cómo irán las cosas entre Adrien y Marinette, ahora que...