Hans y Nora cogieron el autobús para dirigirse al hospital de Cheshire City, donde buscarían a Leigh e intentarían entrar a ver a Roy. Durante el trayecto, Nora le estuvo contando cómo solía ser estar en el local con el resto de chicos. Le aseguraba que solía haber buen rollo, por lo menos con Billy y Bastian, incluso Jenna.
- Sinceramente, Jenna es algo así como mi mejor amiga, ¿sabes?
- Pues espero que no le lleves la contraria nunca, porque es probable que te calcine – Bromeó nuestro protagonista.
- Eso es solo contigo. Hoy, por ejemplo, la has cagado, ella tenía intención de tragar e intentar conocerte mejor, pero uff... No se lo has puesto fácil.
- ¿Qué querías que pensara? Me gano una enemiga reciente con poderes piroquinéticos y de pronto hay un incendio en casa de alguien que conozco.
- Que sí, que lo entiendo, pero en cuanto puedas, tienes que pedirle disculpas, se lo debes. Después de todo, ella salvó al novio de tu madre.
- ¿Qué?
- Pues claro, bobo. Ella capturó a aquel bichito llameante, además de reducir el fuego.
- Mi madre me contó que habían sido los bomberos...
- Claro, y todo gracias a Leyla. Ella es la que encubre todas estas cosas, obviamente Jenna no absorbió todo el fuego, así los bomberos pudieron actuar un poco.
- Como si no hubiese estado allí, ¿no?
- Exacto, entiendo que pensaras lo que dijiste, pero... No fue muy acertado – Comentó, riéndose.
- Vale... Le pediré disculpas – Dijo, refunfuñando. Llegaron finalmente a la parada del hospital – Venga, vamos – Caminaron hasta la entrada y se acercaron a recepción. – Hola, buenos días, ah... Venimos a ver a Roy.
- Roy... Qué más – Preguntaba la recepcionista, parecía amargada con solo oír su tono de voz, no dejaba de usar su móvil para jugar al Tetris.
- Pues... Roy... "Nosequé". No tengo ni idea, anoche se quemó su apartamento, creo que tiene quemaduras leves.
- Oh, sí, ese hombre. Está en urgencias, en una de las camillas, es por la puerta de la izquierda – Y siguió mirando el móvil, sin duda, una trabajadora ejemplar.
- Vamos, Nora – Y justo cuando fueron a entrar, un hombre les detuvo, parecía un vigilante.
- Eh, ¿adónde vais?
- Hemos venido a visitar a alguien.
- ¿Está acompañado?
- Sí, mi madre está ahí, creo.
- Entonces no podéis pasar, solo una persona por paciente – Masticó con dejadez.
- ¿Qué? Vamos tío, solo será un segundo. Luego nos vamos.
- Que no, largaos por ahí y volved cuando esté solo. Además, solo puede entrar uno.
- Hm, ¿seguro? – Nora se le quedó mirando un instante.
- Ugh... - Se le quedó mirando, pensativo - ¿Sabéis qué? Qué narices, vamos, entrad, pero solo por ésta vez.
- ¿E-en serio? ¡Gracias! – Hans y Nora entraron caminando con prisas por el enorme pasillo que había tras aquella puerta - ¿Qué puñetas le ha pasado a aquel tipo?
- Digamos que... No me ha gustado la opinión que tenía – Vaciló.
- No me digas que... ¡Has sido túuu! – El chico alucinaba – Eres increíble.

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La Tormenta Ignea (COMPLETO)
FantasyHans es un chico de unos 17 años, el cual tiene una vida medianamente común, o al menos, solía ser así. Su historia cambia cuando entra en contacto con un pequeño orbe de energía, que aparece sin previo aviso en su habitación, dejándole inconsciente...