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Pasadas las horas, Hans recibió el alta, parecía que todo iba a quedarse en un susto, aunque seguía preocupado por lo ocurrido. Jenna y él caminaron hacia la puerta de salida, donde, por sorpresa, Bastian y Billy les estaban esperando.

- ¡Eh, estás de una pieza! – Soltó Billy, acercándose.

- Podría haberte reanimado yo mismo, la verdad – Bastian vacilaba, mirando las ventanas del hospital. – Pero bueno, al menos te habrán dado una cama decente, ¿no?

- Supongo, ¿qué hacéis aquí? – Preguntó él.

- Pues ver cómo estabas, Nora nos avisó de lo ocurrido.

- ¿Nora? – Miró alrededor - ¿Y dónde está?

- Ha tenido que irse, un asunto familiar según nos ha dicho, parece que va para largo.

- Vaya, espero que no sea algo grave – El chico se quedó preocupado.

- Seguro que todo va bien – Respondió Jenna – Hablamos de Nora, después de todo.

- Pues sí, oye, Ted nos está esperando, deberíamos irnos, aquí ya no pintamos nada – Dijo Billy, señalando el coche en el que habían venido. Era cierto, Ted era aquel chofer que llevó a Hans y Nora cuando ocurrió aquel destrozo en la carretera.

Volvieron al sótano del Sombrerero, allí se sentaron y continuaron hablando, sobre todo de lo que había ocurrido en la Mansión Hatter. Bastian y Billy oían cómo Jenna contaba lo sucedido con ahínco, podían notar su preocupación. A pesar de que Hans era el protagonista de aquella anécdota, él estaba pensando en dos cosas; la primera, ¿por qué Jenna tenía los ojos lagrimosos en el hospital? Y la segunda, ¿qué había ocurrido para que Nora se fuese tan de repente?

Cuando todo parecía en calma, algo removió el ambiente. Connor llegó al lugar, en silencio, como siempre. La única que dijo algo fue la chica del pelo rojizo.

- ¡Eh, Connor! – Se levantó de la silla - ¿Dónde te metes? Estás desaparecido últimamente.

- He decidido darme una vuelta por la mansión, he oído que alguien la ha liado bastante – Puso su afilada mirada sobre nuestro protagonista.

- Sí, el portal se ha cerrado, eso nunca había sucedido... - Añadió Jenna.

- ¿Qué fue lo que hiciste? – Volvió a mirar a Hans.

- P-pues... Lancé a la criatura que teníamos delante por el portal, usando uno de esos rayos que puedo usar y... Como que volvió en mi contra, luego se cerró.

- Entiendo.

- ¿Has visto a Leyla? – Preguntó Billy.

- Sí, estaba allí. Todavía no saben si el portal volverá a abrirse, pero sea como sea, el nuevo va a tener problemas – Y volvió a mirar, por tercera vez, al chico, con aquella intimidante mirada.

- ¿Pones esa miradita a propósito o es que es tu cara natural? – Dijo, arqueando una ceja, le cansaba aquella sensación de desaprobación por parte de Connor.

- Hm, ¿te molesta?

- Pues sí.

- Entonces bien – Le sonrió, mezquinamente.

- Connor... - Jenna le llamó la atención, con disimulo.

- Sé lo que estás haciendo, Jenna, y te acabará explotando en la cara – Dejó caer el moreno.

- ¿De qué estás hablando? – Preguntó ella, extrañada.

- Él no es Cyrus, por muchos rayos que sea capaz de lanzar, no vas a poder aplicar el "un clavo saca a otro clavo" – Tras terminar aquella frase, todo se volvió frío, ninguno de los que había en aquella sala, creían lo que aquel tipo acaba de soltar por su boca.

La Tormenta Ignea (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora