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Bastian llegó a la sala del hospital donde se encontraba Nora. Utilizó su don para que se recuperara, no despertó, pero tenía mejor aspecto. El chico aseguró que debía descansar durante un largo rato, igualmente, Hans por fin pudo respirar aliviado. Cuando el doctor apareció con el padre de la joven, aseguró que su estado era mucho mejor que hacía una hora, que terminaría volviendo en sí. Ver al padre de Nora contento, llenó a Hans en su corazón, sin duda, aquel hombre había sufrido mucho en poco tiempo.

Decidieron dejarle con su hija, y volver a casa de Ellen, donde, una vez allí, vieron el panorama que tenían frente a ellos. Billy había llegado allí, Lein y Ellen permanecían atentos al recién llegado, quien aún estaba inconsciente, aunque le tenían atado en una silla. Derek estaba en la cocina, maldecía desde allí.

- ¿Qué rayos es esto? – Tenía un zumo en la mano.

- No sé, ¿un zumo? – Dijo Ellen.

- ¿Y teníais que comprar el más asqueroso del supermercado? Qué asco la ciruela.

- Derek, para ya... ¿Cómo está Nora?

- Bien, se... Se pondrá bien, Bastian lo ha arreglado – Dijo el chico, algo contento.

- Menos mal... Nos dijo que trató de llamar a Leyla, pero no contestó.

- O sea que, ¿no sabe nada?

- Hemos estado echando un vistazo al resultado del control mental de Nora, lo ha conseguido... Ni rastro de lo que ha pasado en la calle, nadie lo recuerda, todos han seguido con sus vidas.

- ¿Y las grabaciones?

- Oh, de eso me he encargado yo – Añadió Derek. – Donde nací, la tecnología era demasiado avanzada a lo que tenéis aquí, ha sido fácil acceder a las cámaras y grabaciones, nadie sabrá nada.

- Vaya, eso es... Impresionante, gracias, Derek.

- No hay de qué... En fin, vamos a despertar a este tío.

- ¡Jenna! – Billy se acercó a abrazarla – Me alegro de verte, por fin estás aquí.

- Sí, ya era hora, ¿eh? – Le sonrió.

- Ughh... - Aquel desconocido comenzó a despertar, poco después, notó que no podía moverse – Qué es esto...

- No te muevas – Le dijo Lein.

- ¿En serio? ¿Me atáis a una silla de madera cuando puedo usar la piroquinesis a mi voluntad? Sois ridículos.

- Oye... Solo queremos hablar contigo.

- Ya, y por eso me dejasteis inconsciente – Miró a Derek.

- Ibas a cargarte al chaval, no voy a pedirte perdón por eso – Le respondió, acomodándose las gafas.

- ¿Y bien? ¿Qué tenéis en mente? Porque estoy a nada de liberarme y acabar con todos vosotros.

- Dinos quién eres, y qué haces aquí.

- Mi nombre es Ignis, provengo de Ardis Nebulosa. Un mundo que...

- Conocemos Ardis, no te preocupes – Aclaró Ellen.

- Hm, eso es inusual. Un momento... - Se fijó en la chica – Pelirroja... Guantes en las manos... Eres Ellen.

- C-cómo... ¿Qué sabes tú de mí? – Se extrañó.

- Tú no deberías estar aquí, ¿qué está pasando...? – Le miró fijamente – Tú eres amiga de Isaac.

- Sí... ¿Y tú?

La Tormenta Ignea (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora