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Finalmente llegaron a Cheshire, nada más llegar, el sonido de un relámpago interrumpió toda concentración, la ciudad estaba inmersa en una enorme tormenta eléctrica. La luz cegadora entre las nubes se hacía notar, los rayos caían en mitad de la calle, era peligroso, sin duda, Radius estaba allí. Hans cerró los ojos un instante, tratando de encontrar la fuente de la que provenían todos aquellos truenos... El pico más alto de la ciudad, el Alice Venus, un enorme rascacielos que había en el centro, se podía ver en la lejanía, aunque parecía algo cambiado. Las mismas enredaderas y vides que había en la Torre de Leyla, habían crecido en aquel lugar, salían hacia el exterior, debían de estar todos allí.

- ¡Bien, aquí es donde se decide todo! Nosotros cuatro iremos al frente, debemos mantener el factor sorpresa – Decía Isaac, poniéndose serio.

- La sorpresa ya me la he llevado yo cayendo en ese portal – Dijo Derek, molesto. – Además, ¿quién te ha puesto a ti al mando? – Un rayo cayó cerca de Derek.

- Madre mía, ¿estás bien? – Hans le ayudó a levantarse.

- ¡¡SÍ, ESTOY PERFECTAMENTE!! – Alzaba la voz, todos se quedaron sorprendidos - ¡AGH...! ESTOY HABLANDO MUY ALTO, ¿NO?

- ¡No, hombre no, para nada! – Ellen le vaciló.

- AH, ¡ESTUPENDO, CREÍA QUE SÍ!

- ¡A ver, centrémonos! Radius es nuestro principal objetivo, no podremos hacer nada contra los demás si trata de freírnos todo el rato – Mencionó Hans.

- Eso es – Isaac sacó un artefacto pequeño de su bolsillo.

- ¿Qué es eso? – Preguntó Ellen.

- Hans, ¿tú puedes llegar por tu propia vía hasta allí?

- Claro, con mi don no será un problema.

- Genial, Ellen, Derek, conmigo – Pulsó el botón de aquel cacharro y de la nada un ligero vehículo con alas se transformó, llevaba la letra "M" en la parte frontal.

- Hala, ¡qué pasada!

- ¿TIENES UN SIDECAR? ¡Y TIENE ALAS, RECONOZCO QUE ES TODA UNA SORPRESA! – Derek seguía chillando.

- Uy, por Dios... - Isaac se llevó la mano a la frente – Vale, te seguimos chico – Los tres se subieron.

- Guay, pues... A por todas – Dijo nuestro protagonista.

Y así, los cuatro se dirigieron al gran rascacielos, rodeado de rayos y enredaderas. Una vez en la azotea, Hans y los demás podían ver como aquellas plantas parecían estar creando caminos alrededor de la construcción, ¿acaso tenían conciencia propia? Al tocar el suelo, notaron cómo una presencia se acercaba poco a poco, del cielo, apareció Radius, cargado por completo.

- Vaya, vaya, vaya... ¿Mi hermano mayor ha vuelto a casa? Es extraño decir eso, ¿te parece incómodo Hans? Al fin y al cabo, nuestra madre es la misma – Se reía.

- Sí, es extraño, y... - Se le acercó un par de pasos más adelante – De verdad me habría gustado que hubiese sido en otras circunstancias.

- ...aún estás a tiempo, ¿sabes? – Parecía mostrar paciencia – Puedes venir conmigo, llevarte a Ignis contigo, y... Estar en paz, por una vez.

- Yo ya tenía mi paz... Y Leyla acabó con ella.

- Como esperaba... Bueno Hans, ¿listo para una pelea entre hermanos? Queda prohibido meter bocados, ¿entendido?

- Sí, entendido... - Trató de sonreír.

- Bien, bien... ¡Pues esquiva! – Comenzó a lanzar rayos por sus manos tratando de cazar a Hans, este pudo salvarse por los pelos, se agarró de una enredadera y decidió salir del edificio.

La Tormenta Ignea (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora