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Hans y Billy se acercaron a la Mansión Hatter, con la intención de adentrarse en la misma zona donde habían obtenido aquel escaneado que parecía provenir de Ardis. No sabían con qué se iban a topar, pero el don de Billy les iba a venir de perlas, haría la tarea más sencilla. Al entrar, no había nadie, como era de esperar, al menos en el salón principal, seguía tan vacío y cubierto de telarañas como siempre. Hans siguió a su amigo hasta la puerta donde se encontraba el viejo portal, en la zona de abajo había gente revisándolo, todavía trataban de averiguar por qué ya no funcionaba.

Nuestro protagonista fue listo, puso su mano frente al interruptor de la luz, utilizó su don del rayo, dejando a oscuras por unos segundos a los que había allí, tiempo que aprovecharon para atravesar una puerta que había al fondo gracias a Billy. Con sus habilidades aquello era coser y cantar, incluso podían apagar las cámaras de vigilancia, nadie sabría que estaban ahí. Y tras aquella puerta, un enorme pasadizo, parecía bastante antiguo, como si se hubiese hecho en la misma época que la mansión. Los dos jóvenes deambularon por ahí, a prisa, hasta encontrar la puerta correcta.

- Vale, es esta de aquí – Decía Billy.

- ¿Esta? Bien, pues... - Cuando el chico quiso terminar la frase, su amigo atravesó la puerta, y la abrió desde dentro.

- Eres algo lento, ¿seguimos?

- Sigo sin entender por qué Connor nunca os vio como "relevantes", tu don es alucinante.

- Bueno, Connor era un imbécil... No se merecía morir así, pero, eso no le hace mejor persona.

- Al menos parece que lo intentó al final.

- Sí, con información que se supone que era importante, pero, ¿tú la has visto? Porque yo no.

- Ya... Ojalá podamos encontrar nosotros algo más – Hans se dio cuenta de que estaban en el despacho de Leyla. Encontró en su mesa, una foto de ella junto a Connor – Joder... Viéndolos así, tal vez nos estábamos perdiendo lo mejor de Connor, me habría gustado poder hablar con él de una buena forma.

- Sí, pero el problema lo tenía él, Hans, no nosotros – Decía mientras trasteaba el ordenador. – Que se diese cuenta tarde, es lo único que me sabe mal.

- Quiero pensar que Connor era mejor persona de lo que dejaba ver, aunque ya es tarde para saberlo.

- A ver si... - Billy notó algo extraño en una cajonera – Eh, este cajón no cierra del todo.

- Deja, vamos a sacarlo – Y al quitarlo, en el fondo del mueble había algo escrito encima de una superficie. – "Para Hans", ¿qué demonios? – Lo arrancó, encontrando un disco duro – Toma ya. ¿Qué hace mi nombre aquí?

- ¿Lo conectamos?

- Ya te digo, me acabo de poner de los nervios, así que de cabeza - ¿Por qué había un disco duro con el nombre de Hans?

- Vaaale... A simple vista no parece gran cosa, archivos, y más archivos, la mayoría corruptos.

- No tenemos todo el día, deberíamos mirarlo fuera de aquí, en casa de Ellen.

- Sí, pero mira... - Señaló – Aquí hay hasta información sobre esos dos chalados.

- "Logan Scott, residente del orfanato Saint Cage Village".

- Tío, ese es el mismo orfanato del que venía Connor, creo.

- Bueno, tampoco es que haya cientos de orfanatos en Cheshire, lo veo lógico.

- Uh, Dios. La otra psicópata... - Billy reconoció una foto de Bell.

- "Heather-Bell Rhodes, encontrada en la Mansión Hatter, residencia de origen desconocida".

La Tormenta Ignea (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora