Decido no llamar a Halliwell y llamo a David para ir a clase. Éste se sorprende, ya que hacía bastante tiempo que no lo llamaba, pero en cuanto le pido que me lleve a la Universidad, acepta con gusto. David es como un hermano mayor / padre para mí, y me llevo genial con él.
Cuando llega, baja del coche y me abre la puerta de atrás, y yo entro. Cuando él vuelve al coche, saludo a Peter, que es el conductor y éste me dedica una sonrisa amable.
Durante todo el trayecto, de alguna manera, eché de menos a los hermanos de Halliwell en la parte trasera cantando al ritmo de Katy Perry, al igual que la Radio Disney puesta, sin razón aparente. David tiene siempre puesta la estación de noticias del Condado, y aunque no me molesta, me he acostumbrado tanto al coche de Halliwell que...
No me doy cuenta de que en apenas quince minutos hemos llegado ya a la Universidad. Me desabrocho el cinturón.
- Que tengas un buen día, Steph.
Bajo del coche y Peter, el conductor, baja la ventana.
- Sí, gracias - contesté.
Anduve hasta mi facultad, en silencio. Me puse a pensar en qué estaría haciendo Halliwell, si habría llevado a sus hermanos en el colegio. Paro un momento y sacudo la cabeza. ¿Qué estoy haciendo?
- ¡Stephanie!
Me doy la vuelta en cuanto escucho la voz, sabiendo perfectamente quién es.
- ¿Por qué no has venido en mi coche hoy? - pregunta de sopetón.
Yo carraspeo, no sé por qué le evito. Me siento incómoda.
- Uh, he llamado a David hoy - contesto, mientras me muerdo ligeramente el labio inferior -. No quería seguir molestándote.
- No lo haces.
Trago grueso y le miro sorprendida. No sé que decir.
- A ver, es decir, es mi trabajo llevarte aquí - rectifica algo... ¿colorado?
- No te preocupes, el Range Rover ya está arreglado y dado que tienes que llevar a tus hermanos al colegio, no necesitas llevarme a mí también.
Halliwell frunce los ceños algo sorprendido y extrañado, y yo muevo el pie, porque estoy nerviosa. Ligeramente cabreada, aunque no tenía motivos.
- ¿No será un poco raro? - dice de repente, tras unos largos segundos de silencio incómodo - Soy tu guardaespaldas y no te llevo a clase.
Negué con la cabeza.
- No es necesario que seas tú el que me lleve a clase. Al fin y al cabo, David estuvo antes, ¿no?
Parpadea un par de veces y se lleva las manos a los bolsillos de sus vaqueros azul oscuro. Hoy lleva puesto una camiseta blanca, a pesar de que hace algo de frío en pleno Octubre.
- Supongo que sí - contesta al fin, no muy convencido.
- Vale. Me voy a clase - digo en voz baja, dejándole allí de pie, encaminándome hacia mi facultad, aún con el nudo de garganta debido a las mentiras que solté.
*****
Salgo de clase y me dirijo a los aparcamientos, cruzándolo, viendo de paso el coche de Halliwell, perfectamente estacionado. ¿Me esperaría? ¿Debería decirle que no me esperase? ¿O ya lo sabría? Opto por no decir nada y en menos de dos minutos el Range Rover llega y David baja de él para abrirme la puerta y me subo y me siento, abrochándome el cinturón.
- ¿Qué tal el día, Steph? - pregunta Peter.
- Normal. Como siempre.
David cambia la estación de radio a otra, sonando una canción de Katy Perry, haciendo que mi mente vuele al coche de Halliwell y a sus dos hermanos en los asientos de atrás. Involuntariamente, sonrío.
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Glamour © [Editando]
Teen FictionStephanie Moore. 18 años. Hija de papá. Destinada a tener éxito. Fama, dinero, lujo, fiestas y de la alta élite. Elliott Halliwell. 19 años. Barman. De estatus medio. Esfuerzo, humildad, logros y trabajo duro. Su origen y su estatus no le paran de s...